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Las sábanas le hacían cosquillas cada vez que se acomodaba sobre el colchón, había aprovechado el día tranquilo para quedarse holgazaneando un poco antes de su turno en el bar, y al haber metido el uniforme con anterioridad en la mochila pudo disfrutar de su ociosidad sin culpa.

Sus primeras dos semanas en el trabajo transcurrieron sin mayores problemas, había logrado aclimatarse al ambiente laboral de manera satisfactoria y eficiente, a medida que los turnos pasaban podía tolerar con más facilidad los ruidos de los vasos de cristal y hasta era capaz de llevar bandejas sin temor a que se rompieran en el camino o al llegar a la mesa. Jisung se rascó la nuca tronando los huesos de su cuello, había pasado casi toda la tarde recostado en su cama viendo videos en su celular para relajarse porque a pesar de que no estaba tan cansado, sus músculos se tensionaban a la mínima cosa y las frecuentes discusiones con su padre y su esfuerzo de querer inscribirlo a cómo dé lugar en las orientaciones de su empresa, le sacaban de quicio.

-¿Uh? -entrecerró los ojos enfocando la pantalla, una notificación de mensaje apareciendo.

"Hannie"
< Minho >;) 21:29 >

Jisung sonrió involuntariamente, ese apodo le parecía de lo más dulce y nadie más le decía de esa forma, era difícil creer que la confianza había crecido tanto al punto de que ahora llamarlo así era normal.

"Hyung???"
< Han~ 21:30 >

Ni siquiera pasó un minuto entero y ya tenía el móvil vibrando otra vez entre sus manos.

"Quieres que pase por ti? hoy me apetece recorrer las calles de Seúl"
< Minho >;) 21:30 >

Respondió un "te espero en mi puerta" tecleando con una mano y levantándose de golpe, tenía que calzarse las zapatillas y peinarse un poco, su cabello ya hasta había adoptado la forma de la almohada y no quería espantar a los clientes del bar.

Si Minho apretaba el acelerador apenas una vez llegaría en un abrir y cerrar de ojos, así que aprovechando la ausencia de sus padres tomó su mochila y una sudadera delgada para esperar en el pórtico a que su amigo llegara.

No pasaron más de quince minutos cuando lo vio acercarse tranquilamente, bolso al hombro y sudadera sin cierre puesta cómodamente sobre su cuerpo, se veía desenfadado y tranquilo como siempre. Le sonrió de lejos esperando a que lo mirase, el mayor alzó una mano en señal de saludo y cruzó la calle.

-Hola -dijo aferrándose con fuerza a los tirantes de su mochila negra- podrías haber estacionado aquí mismo, mis padres no están y sus autos tampoco.

El más alto ladeó la cabeza confundido pero se recompuso enseguida negando y sonriendo sutilmente.

-Tomé el bus, mi coche está en el taller -explicó avanzando un par de pasos para acercarse, de pronto sintiendo la necesidad imperiosa de oír la voz de Jisung lo más próxima posible- ¿Por qué pones esa cara? -rió usando sus dedos para acariciarle la barbilla- ¿No quieres caminar conmigo?

Jisung se apartó rodando los ojos y fingiendo que no le impresionaba el hecho de que Minho había tomado el bus hasta su casa solamente para que se fueran juntos al trabajo. Curioso, en serio lo era, en sus pobres experiencias sociales jamás había recibido tal atención, no recordaba ninguna por más que se esforzara, quizás Changbin dándole un aventón en su moto o pagando por su comida cuando olvidaba la billetera, pero nunca algo de ese nivel que por más simple que fuera a los ojos de Minho, para Jisung simbolizaba amistad verdadera.

Se quedaron un rato más bromeando y comentando sobre un nuevo albúm que cierto artista había revelado ese mismo día, y cuando por fin habían emprendido camino, la camioneta roja del señor Han apareció doblando la esquina y aparcando cerca de la acera con la precisión y exactitud que cualquiera desearía tener.

GLASS | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora