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No habían vuelto a tocar el tema del "beso" a pesar de haberles causado un huracán de sentimientos.

Jisung llevaba varios días trabajando en el bar desde que Chan le suplicó que volviera, e incluso habían estado practicando baile en las clases de verano que Minho impartía, pero la palabra "beso" estaba tan obsoleta como los teléfonos con botones, ninguno de los dos se atrevía a bromear al respecto y ahora hasta quedarse solos era complicado, pues el recuerdo de sus labios juntos arremetía en sus mentes de imprevisto y les carcomía el cerebro.

-Me darán el resultado en un mes supongo -explicó mientras bebía agua de su botella, los estudiantes más pequeños ya se habían retirado y solo quedaban ellos en el gran salón- no quería hacerme expectativas muy altas, pero ya me ilusioné -rió con pesar.

Antes de que siquiera se le pasará por la cabeza conocer a Jisung y por consiguiente, flecharse de él, el único objetivo en su vida era crecer como artista, y esa misma motivación lo había impulsado a aplicar a todas las becas posibles que su instituto le permitía adicional a otras externas, y en el presente, habiendo pasado meses de aquellas inscripciones una de las más prestigiosas academias de Estados Unidos le había devuelto las llamadas, diciéndole que estaban evaluando su expediente y que le avisarían si era aceptado, cosa que lo tomó por sorpresa.

Ya no sabía con certeza si viajar al otro lado del mundo era su principal meta.

-Si no ingresas los perjudicados serán ellos, se perderían tú talento -intentó animarlo, pero la idea de separarse de él le dolía en el pecho- ¿Vas a enviarme postales? Siempre quise conocer California.

-Mejor que eso, Hannie -dejando sus pertenencias a un lado se acercó, rodeándolo con un brazo- quiero que vengas conmigo.

Lo había pensado desde que comenzó a conocerlo, la fortaleza que poseía y las ganas de escapar eran demasiado intensas como para ignorarlas, Jisung necesitaba aire fresco, gente nueva, oportunidades, valoración, él necesitaba que lo vieran brillar e irse de viaje buscando todo aquello era un plan perfecto, o al menos lo era en la cabeza de Minho.

-¿Estás loco? -abrió los ojos como platos, separándose y manoteando- mi padre me mataría.

-¿Y? -alzó una ceja, cruzándose de brazos y adoptando un semblante mucho más serio- ¿Vas a permitir que te siga manipulando? Vamos, Han, ya terminaste la escuela, estas ganando tu propio dinero y si quisieras podrías irte en cualquier momento, en realidad no sé por qué lo estás aplazando.

Jisung suspiró bajando la mirada y enfocando sus zapatillas, el temor y la cobardía aflorando en contra se su voluntad. "¿Dejaré que el miedo me mantenga sujeto al piso?" Pensó, y es que si lo colocaba desde una perspectiva objetiva y externa, ciertamente no tenía nada más que perder, su coraza era lo bastante gruesa, consistente y sólida como para soportar unos cuantos gritos, de todas formas ya lo había aguantado antes, muchas veces.

-Acepto -rió, era incapaz de negarse a una propuesta como esa, por más asustado que estuviese- necesito organizarme y prepararme para la furia de mis padres pero acepto Hyung, iré contigo.

La sonrisa incrédula pero brillante que se dibujó en el rostro del bailarín fue imposible de olvidar para Jisung, adoraba escucharlo reír y ser el motivo de esa felicidad, risa que si todo resultaba como lo planeado, oiría cada mañana, tarde y noche.

Con el corazón cálido y lleno de expectativas se mantuvo motivado por el resto de la semana, trabajar y soportar a su padre regañarlo jamás había sido tan fácil, su mente prefería mil veces preocuparse de imaginar un futuro ideal con Minho que deprimirse o siquiera enfadarse por alguna estupidez, y le enorgullecía. Se sentía satisfecho consigo mismo.

GLASS | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora