GLASS | minsung

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Lo analizó, lo analizó como nunca, incluso después de ser regañado por sus padres al retirarse de improviso en lo único que pudo pensar fue en el beso, o más bien, los besos que había compartido con su mejor amigo y le volaba la cabeza, jamás consideró el hecho de confesar sus sentimientos pero ahí estaba él, escribiendo un mensaje a las tres de la mañana con dedos temblorosos, volcando su alma completa en el párrafo y rogando ser correspondido porque era su primera vez, para Jisung era la primera de muchas veces en donde de verdad había alcanzado lo que todos llaman felicidad aunque solo hubiese sido un momento, él lo había vivido entre los brazos de Minho y si repetirlo significaba exponerse, lo haría, poco le importaba su padre o el juicio del resto, le gustaba un chico y al fin tenía las agallas de plantarle cara.

"En primer lugar lo siento por desaparecer y dejarte solo con mi familia, también lamento no abrir la puerta cuando golpeaste, es que no fui capaz porque de verdad me afectó lo que hicimos, si te parece podemos hablarlo mañana, luego del trabajo"
< Han~ 03:47 >

A medida que la hora avanzaba, las ganas incontrolables de eliminar el mensaje eran  tentadoras, sin embargo se auto convencía para no hacerlo y tener paciencia, de seguro se había quedado dormido y recibiría una respuesta a la mañana siguiente sin problema pues él no era así, no le colgaba un visto sin motivos y mucho menos lo ignoraba, pero lo que no sabía era que Minho si había leído el mensaje, desde su bandeja de notificaciones y sin atreverse a contestar, siendo en extremo consciente de las repercusiones de aquel beso, temiendo haberla cagado para siempre.

-Maldición -se cubrió la cabeza con la sábana, queriendo desaparecer.

Jisung sentía su pecho encogido, la ansiedad de saber qué estaba sucediendo era excesiva y a pesar de haber esperado durante dos horas, no obtuvo contestación. A las seis de la mañana recién pudo conciliar el sueño.

Cuando cayó dormido las aves cantaban en el exterior y la luz le taladraba los párpados como balines de goma, y si él hubiese escogido se habría quedado en esa misma posición todo el día, pero una llamada entrante de su hermano lo sacó de la poca tranquilidad que con esfuerzo había cultivado.

-¿Sigues enfermo? -interrogó con preocupación en la voz- ayer estabas pálido, ¿Quieres que te lleve algún medicamento?

-Me siento mejor, gracias por llamar -con pesar comenzó a desperezarse y a quitarse las frazadas de encima- mamá y papá salieron esta mañana, el silencio de la casa me ayudará a sanar completamente -exageró, en realidad jamás había estado enfermo, simplemente tenía vergüenza de enfrentar a Lee- y gracias por acompañar a Minho a su casa, te lo agradezco.

-Descuida -rió- oye ya debo irme, pero ese amigo tuyo -agregó antes de cortar, bocinas de autos se escuchaban de fondo- sabía que lo ubicaba de algún lado y ya lo recordé, cuando conocí a Taehyung tenía una foto con un chico en su facebook, estoy seguro de que era él, Minho -el castaño frunció el ceño sin entender- creo que es su ex, Tae no me lo explicó en detalle, pero según lo poco que me dijo definitivamente tuvieron algo.

La noticia lo tomó por sorpresa y luego de un "oh, ya veo" a modo de respuesta, terminó la llamada con un extraño pesar en el pecho. Respiró arrugando la nariz y cerrando los ojos, un ex no era la gran cosa, en otra ocasión sin dudas lo habría ignorado, tal vez hubiese pensado un par de minutos en ello para posteriormente descartarlo de sus prioridades, pero no fue el caso, y es que la idea de Minho con una pareja le revolvía las tripas, y más aún sabiendo que su anterior novio lucía tan guapo como Taehyung, ¿Cómo competiría contra eso? O mejor dicho ¿Quería si quiera competir? No lo sabia, no tenia nada claro, sus sentimientos se contradecían y se arremolinaban como dos huracanes en colisión, le gustaba mucho su amigo, le atraía como mosca a la fruta pero no podía asegurar querer tener una relación con todas las implicaciones, puesto que era un novato y no se tenía fe. Gruñó sacándose la ropa arrastrando los pies hasta la ducha, necesitaba despejarse y eso significaba mínimo diez minutos bajo la regadera.