Liam Danvers es un chico inteligente, amable y guapo. Por diferentes circunstancias, se ve en la obligación de mudarse a una nueva ciudad junto con su familia. Él, se verá en la obligación de adaptarse, no solo al nuevo lugar que llamará hogar. Si n...
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CASSIA.
El clima otoñal había desaparecido para dar paso al invierno. Los días habían pasado demasiado rápido y cuando quise darme cuenta, faltaba solo una semana para celebrar la navidad.
Y yo aún no había decorado mi casa.
Si, una tragedia ¡¿donde había quedado mi espíritu navideño?!
Y solo había un culpable.
Liam.
Ese chico había estado distrayendome.
Pero que buena distracción...
Bueno, si...
Espera. ¡NOOO! Ahg.
-¡Cassia, pásame las tijeras! -exclamó Olivia desde la sala-. Están en la cocina.
Suspiré agotada, desde la mañana Olivia y yo habíamos estado decorando el interior de la casa y, aunque faltaba aún, lo poco que llevábamos no estaba para nada mal.
Me dirigí hacía la cocina y abrí los cajones de la encimera. Los revisé todos y no estaba la dichosa tijera. Volví a buscar y no conseguí nada.
-¡Olivia, no están las tijeras! -grité desde la cocina.
A los segundos Olivia apareció con el ceño fruncido.
-¿Revisaste los cajones? -cuestionó.
-Es lo primero que revisé.
Ella se acercó a mi y comenzó a buscar en los cajones. En el tercero sacó un objeto plateado con azul, si, la tijera. Olivia la levantó frente a mí sonriente.
-¿No y que no estaban? -dijo burlona.
Abrí y cerré la boca indignada.
¡Yo busqué bien! Y allí no estaban.
-¿Es que hiciste brujería o algo así? -dije con el ceño fruncido-. Allí no había nada.
-Menos mal y no era una serpiente, si no te hubiese picado -río.
-No da risa -murmuré.
Olivia negó con la cabeza aún sonriendo, se dio la vuelta y salió de la cocina. La seguí después de echarle una mirada resentida a los malditos cajones.
