LIAM.
Oí el silbato del entrenador sonar y me puse en marcha, corrí por el campo sintiendo la adrenalina a mil. La pelota de fútbol pasaba de un jugador a otro, nos habían dividido en dos equipos de cinco integrantes cada uno. Aproveché y le robé la pelota a un chico del equipo rival y salí corriendo al lado contrario del campo, directo a la portería, hice un pase a mi compañero y en una jugada conjunta terminamos anotando un gol.
El marcador quedó 2-0 a favor del equipo naranja, que es donde estaba yo.
Apoyé las manos en mis rodillas quedandome un rato en esa posición para tomar aire. El entrenador llamó a los que aspiraban el puesto en el equipo para que presentaran la prueba, entrené toda esta semana para estar en forma, pero igual estaba exhausto.
El sonido del silbato y el grito del entrenador me obligó a reincorporarme y caminar hacia la fuente del sonido, los demás también se acercaron. Me detuve frente a la fornida figura del señor Jhons que nos brindó una dura mirada.
—Como juego de práctica, podría mejorar —dijo—. Pueden retirarse los cinco del equipo perdedor, quizá el próximo año tengan más suerte... o talento—les hizo una seña para que se fueran. Yo la verdad hubiese preferido que me dijera que me largará a que no tenía talento, eso fue cruel—. Los otros cinco prepárense porque mañana será la prueba final, elegire a dos para la banca. Ahora dense una ducha, apestan a zorrillo muerto.
Se alejó gritándole a unos chicos que estaban al otro lado del campo, debo admitirlo, me cayó bien. Mi otro entrenador era peor, no podía ni mirarlo a la cara sin que te gritara palabrotas, nos ponía a correr mientras el comía frituritas.
Si, un agradable sujeto.
Me dirigí a las duchas donde duré más de lo que pretendía, cuando salí me coloqué una toalla alrededor de la cintura y con otra más pequeña seque mi cabello. Como no formaba parte del equipo no tenía un locker aún, así que tuve que dejar mi ropa en una banca. Estaba solo en los vestuarios.
Ya me estaba terminado de colocar los pantalones cuando sentí la puerta abrirse, no le di importancia, tal vez seria algún chico que olvidó alguna cosa.
—Hola liam —me sobresalté al escuchar una voz femenina.
Rachel me miraba desde el otro lado de la habitación.
¿Que hacía esa chica en el vestuario de hombres?
Creo que nos quiere violar cabron.
¿Qué?
¡QUE NOS VA A VIOLAR! CORRE PERRO COREEEEE.
Ignoré la voz de mi subconsciente concentrandome en la pequeña figura que se acercaba a mi. En ese momento recordé que estaba sin camiseta y descalzo por el mundo.
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¿Y si contamos las estrellas?
Fiksi RemajaLiam Danvers es un chico inteligente, amable y guapo. Por diferentes circunstancias, se ve en la obligación de mudarse a una nueva ciudad junto con su familia. Él, se verá en la obligación de adaptarse, no solo al nuevo lugar que llamará hogar. Si n...