14. Gravedad.

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CASSIA

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CASSIA.

Llegué al patio trasero casi a rastras.

¿Qué carajos acababa de pasar?

Liana me había sacado del salón con una rapidez impresionante, y todo cuando apareció esa chica. La cara de Tyler y de Liam fue de estupefacción absoluta, aunque la chica ni siquiera se inmutó o simplemente le dio igual. De cualquier modo, me tenía demasiado inquieta no saber la razón por la cual los chicos reaccionaron de esa forma. Liana llevaba más de dos minutos caminando de un lado a otro. Alcanzamos a ponernos los abrigos, estaba nevando.

­­­—¡Como pudo Nate traer a Sara! —exclamó Liana, molesta.

Debió percatarse que yo no entendía nada de lo que estaba pasando porque se detuvo y se acercó a mí.

—Disculpa por haberte sacado así de la casa —murmuró—. Si quieres puedes entrar, hace mucho frio.

Suspiré, era verdad, hacia mucho frio. Si mi padre supiera que estaba en el patio trasero me regañaría. Por suerte esta casa era enorme.

—¿Y dejarte sola con este clima? No gracias, te acompañaré —dije.

Ella asintió y tomó asiento en una de las tumbonas que estaban a un lado de la piscina. El agua estaba congelada.

—Gracias —dijo en un suspiro—. Justo ahora prefiero estar aquí muriéndome de frio, que allí dentro con esa arpía.

Uhhhh, Liana insultando a otra persona que no fuera Tyler o Liam, esto era grave.

Aun así, preferí guardar silencio.

—Ella era mi amiga —comentó Liana, mirándome—. Todos nos conocimos cuando éramos pequeños, al ser un pueblo pequeño estudiábamos en la misma escuela.

Cuando dijo todos supongo que se refería a los chicos, ella y la chica.

<< Cuando tenía siete años mi padre nos inscribió a Liam y a mí en la escuela del pueblo, estudiábamos en casa al principio. Conocíamos a Tyler y a Nate porque eran nuestros vecinos, cuando llegamos a la escuela no nos supuso un problema tener amigos, porque los teníamos a ellos. Los problemas llegaron una vez que terminamos la primaria. Tyler, Liam y Nate estaban con sus cosas del equipo de fútbol, bueno, aunque Nate nunca fue de deportes, se inscribió como ayudante del entrenador. Todo para acompañar a los chicos —sonrió un poco— yo también estaba en otras cosas, me gustaba mucho formar parte de los comités del instituto. A la mitad de nuestro primer año, Sara llegó. Nos hicimos amigas al instante, por ende, también de los chicos. Íbamos juntos a cualquier lugar —explicó— salíamos al cine, nos quedábamos a dormir en la casa del otro. Con el tiempo noté que Liam cada vez se le acercaba más, y me di cuenta de que le gustaba. Lo peor es que no era al único que le gustaba Sara >>

¿Y si contamos las estrellas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora