¿Y si contamos las estrellas?

17. Culpa.

LIAM.

Idiota.

Me sentía como un completo idiota.

La alarma de mi móvil había sonado hace aproximadamente cinco minutos. Recordandome que hoy era Lunes y debía ir a la escuela. Pero, no quería. Era una cobarde además de un imbecil.

Sin embargo, estar acostado en mi cama no iba a resolver ninguno de mis problemas. Así que, a regañadientes me levanté de la cama y fui directo al cuarto de baño. Veinte minutos después ya estaba completamente vestido frente al espejo colocándome la corbata del uniforme escolar.

Tomé el móvil de la mesita de noche y encendí la pantalla. Habían mensajes en la bandeja de entrada, pero ninguno de ella.

Era entendible. Yo tampoco habría respondido de ser al revés.

Me dejé caer en la cama, hundiendo mi cara en la almohada. Mala idea. A mi mente solo llegaba la cara de Cassia, a diferencia de su expresión habitual sonriente, solo podía verla con lágrimas en sus mejillas y mirándome decepcionada.

<<No eres el único que se hizo una idea equivocada de alguien>>

Merecía que no respondiera a mis mensajes.

También merecía que no me hablara.

Lo merecía todo.

—Liam —susurró Liana cerca de mi oído.

—Entrar en un habitación sin tocar es de mala educación.

—Pensé que te habías quedado dormido —explicó—. La próxima vez lo haré, no vaya a ser que te vea como Dios te trajo el mundo. Eso sería muy traumante para mí.

Eso me habría causado gracia en otra ocasión, pero honestamente no tenía ánimos de sonreír. Me sentía demasiado mierda para hacer eso. Liana lo notó. Ella tenía la facilidad de saber cómo me sentía sin necesidad de tener que decirle.

—Oye Liam, no estés así. Estoy segura que si hablas con Cassia ella te escuchará y podrán arreglar este problema.

—No es tan fácil, Liana —murmuré.

Giré mi cuerpo y quedé acostado de medio lado en el colchón, haciendo un espacio para que mi hermana se sentara.

—Si, no lo es. Pero acostado aquí en la cama no vas a solucionar nada. Y llevas así desde que llegamos de la cabaña.