Lo que realmente quiero.

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¿De dónde viene la explosión? ¿Qué debo hacer? ¿Será que tengo que intervenir? Eran tan sólo tres de las tantas preguntas b que recorrieron la menta del ahora albino, la explosión no parecía grave pero de todas formas se vio en la necesidad o obligación de ir e intervenir.

Al llegar a la entrada de la escuela, el albino se percató de que su compañero de trabajo "Max".

Izuku: ¿¡Que diablos sucede!?

Max: ¡Acaban de tomar la escuela!

El pecoso sabía que era algo malo, sible sucedía algo a la chica entonces a él lo despedirían, y si lo despedían le quedaría mal a su maestro, obvio no iba a dejar que eso sucediera.

Izuku: ¡Voy a entrar!

El chico entró por la puerta principal de la gran escuela mientras que balas volaban por todos lados por la confrontación de los policías y los sujetos que tomaron la escuela, el chico cubrió la parte de atrás en donde no había cámaras encontrándose con un hombre vestido de negro quien le apuntó para que no se moviera.

Hombre: Dtente, no dejaremos que entres mientras trabajamos.

El joven no hizo caso agarrando al hombre de la cara y reduciendolo a nada, el pecoso entró por la puerta trasera del edificio buscando a quien se suponía que tenía que protejer, pasaron algunos minutos así hasta que llegó a un salón en el tercer piso en el cual había varios alumnos acorralados mientras que cierta azabache se mantenía apuntando con un arma de balas de goma hacia un hombre vestido de negro con una rehén.

Momo: ¿Tohsaka?

El pecoso se paró frente a ella apuntando al hombre quien aún tenía a la chica como rehén.

Izuku: ¿Está bien señorita Momo?

Momo: Sí, todo bien.

Izuku: Perfecto, entonces vámonos.

Momo: ¡Claro que no! Tenemos que denerlos.

Izuku: Con todo respeto, a mi no me contrataron para esto, yo sólo cuido de su seguridad.

La pelinegra miró algo irritada al albino, Deku no quería verse envuelto en ese tipo de cosas pero al parecer no tenía otra opción.

Asintió con la cabeza y disparó en la pierna del hombre así este soltando al rehén, seguido de esto la azabache puso el arma en el cuello del sujeto hasta arrinconarlo en una ventana, el hombre de negro sacó una navaja e hirió a la chica, el pecoso no se daría por vencido por lo que dio un salto para después patear al secuestrador y tirarlo de la ventana desde el tercer piso.

Izuku: ¡Está herida! Tenemos que hacer algo.

Mientras este decía aquellas palabras los demás maestros y alumnos salieron del salón mientras que el par salió con un poco de dificultad por la herida de la chica. Una vez abajo, el moreno llegó con un botiquín de primeros auxilios y cubrieron la herida, minutos más tarde el escándalo había terminado y el resto de los secuaces fueron detenidos.

Izuku: Por otro poco y todo saldría mal. ¿Se encuentra usted bien?

Momo: Estoy bien, gracias por venir, si no hubiese sido por ti probablemente estaría muerta.

Izuku: [ Pues no me importaría si muriera o no ] Supongo que la salvé entonces.

Momo: Sí, los maestros dijeron que regresaramos a nuestras casas, vámonos, este lugar estará cerrado por algunos días.

El joven acompañó a la chica hasta el auto, antes de subir ella se percató de que el pecoso tenía algunas rozaduras de balas.

Momo: Estás herido.

Aquella Flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora