(Este capítulo es como el cap 22 remasterizado, a partir de aquí continuaré la historia más seguido)
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Lunes 4:30 de la tarde.
La luz de la tarde comenzó a impactar las paredes de los edificios de la gran ciudad. Esa luz marcaba el horario de fin de clases en muchas escuelas al igual que en oficinas de trabajo, y para otros, era la bandera de salida que marcaba la hora de la cacería.
En uno de los más saltos edificios se estaba llevando a cabo una reunión peculiar entre dos personas, una de ellas era un hombre castaño, de piel blanca y ojos cafés, ese hombre vestía un traje elegante que se distinguía entre los demás trabajadores en el edificio. Y la otra persona se trataba de una mujer alta que vestía algo similar a un vestido negro flexible y una capucha del mismo color que su vestido, aquella capucha cubría la mayor parte de su rostro siendo visible solamente sus labios rojos.
En la habitación yacían más personas, las cuales no eran personas normales, si no héroes que emitían un aura hostil hacia la mujer que yacía de pie frente al escritorio del castaño. Ella al notar esto, dejó sus armas sobre la mesa y se quitó la capa dejando solamente el velo que cubría su cabeza y rostro.
Hombre: En otras palabras, ¿Me estás diciendo que quieres que deje el caso de Midoriya Izuku en tus manos?
La mujer alzó ligeramente la mirada y sacó un folder con varios documentos, estos papeles los mantuvo cerca de ella mientras lanzaba una maleta al otro lado de la habitación la cual chocó contra la pared.
¿?: Shawth, sé que es muy precipitado lo que te estoy pidiendo, pero de verdad quiero que me dejes este caso.
El hombre colocó su cigarro en su boca y seguidamente dejó salir una bocanada de vapor proveniente de su garganta provocando un olor a hierva que inundó el lugar.
Shawth: ¿Por qué debería? Ya tengo personas trabajando en el caso, meterte a ti significaría que no tendría héroes especiales para otras misiones.
Ante la respuesta, la mujer frunció el seño y lanzó el folder que llevaba tiempo sosteniendo en su mano, de aquel papel salieron varios documentos de fraudes, imágenes de el hombre junto a una mujer, e incluso imágenes de casos que jamás se dieron a conocer a la sociedad. Los héroes que rodeaban la habitación se prepararon para atacar a la mujer, pero esta tronó los dedos y los ya nombrados héroes se detuvieron y cayeron de rodillas.
¿?: Si no es por las buenas, me temo que será por las malas. Déjame el caso a mi, si no lo haces, las copias de todas estas evidencias de las asquerosas cosas que haces detrás de tu imagen como jefe de los héroes van a terminar en la red y televisión.
El castaño se puso de pie y apuntó con un arma a la mujer, pero a diferencia de él, ella ni se movió un poco, pues sabía que jamás iba a disparar una bala.
¿?: Si me matas, ten por seguro que vendrán por ti, y tu cabeza terminará colgada en un poste de luz. Dame el maldito caso a mi, y te aseguro que estás imágenes jamás verán la luz.
El hombre ya cansado de discutir con ella, decidió ceder ante la petición y comenzó a hacer un papeleo y hacer algunas otras cosas en la computadora. Una vez terminado, le dio una hoja sellada por él a la mujer y esta la guardó dentro de su capa que recién se había puesto.
¿?: Ah, y una cosa más. No quiero que Lady Nagant o alguien de su equipo intervenga, si lo hacen, los mataré... incluyéndote a ti.
Shawth: ¿Qué te hace creer que podrías derrotarla.?
La fémina se detuvo cerca de la puerta y sonrió dejando ver un brillo blanco de sus ojos, tronó los dedos y los héroes en la habitación regresaron a la normalidad. Seguidamente, la mujer tomó su maleta y se retiró dejando un tenso ambiente del que todos se recuperaban lentamente.
La fémina llegó al estacionamiento del edificio en dónde subió a un auto y comenzó a conducir velozmente hacia un punto de encuentro que tendría dentro de poco. En el momento de salida, su mente se mantenía fija en un solo objetivo, “Midoriya Izuku”
¿?: Midoriya, ¿Qué diablos estás tramando? ¿Qué diablo está tramando All For One? Y lo más importante, ¿Cómo le hago para que tu muerte no se vea tan sospechosa?
Dejándola de lado, vayamos a las habitaciones de la U.A, más exactamente en la habitación de un joven de pelo blanco que yacía sentado frente a su computador haciendo varias maniobras informáticas que llevaban ya un rato estresándolo.
Después de un largo rato, una vez que sus ojos se cansaron pero estando seguro de lo que había hecho, cerró la computadora y se recargó en la parte trasera de su silla mirando ligeramente al techo.
Izuku: Espero que funcione, no le puedo fallar al maestro.
Cerró los ojos tratando de relajarse, pero para su mala suerte, el fuerte sonido de música que provenía de la planta baja del edificio lo interrumpió haciendo que este se estresara mucho más de lo que ya estaba.
Izuku: Ojalá no sea otra estúpida fiesta.
Ya arto de la situación, bajó por la escaleras notando que la mayoría de estudiantes se encontraban en un pequeño convivio pasando el rato, obviamente había unas excepciones como Todoroki y Bakugou quienes miraban desde lejos. Pero lo que él mismo destacó más no fue la presencia de esos dos, si no la ausencia de alguien.
Así que salió al patio del edificio y se sentó en una de las bancas esperando a esa persona. Por alguna razón tuvo un mal presentimiento y esto fue lo que lo llevó a esperarla en aquel lugar.
Después de unos cinco minutos, logró ver la figura de una azabache que recién entraba por la enorme puerta hacia los terrenos de los edificio. Estaba cansada, con varios moretones y heridas por todo su cuerpo. El ahora peliblanco se levantó de la banca y sostuvo a su compañera antes de que cayera al suelo.
Izuku: Momo, ¿Qué te sucedió?
La chica abrió un ojo con algo de dificultad y en su rostro se marcó una gran sonrisa que por obvias razones confundió al joven que estaba preocupado por su estado.
Momo: Llévame a mi habitación, que nadie me vea, allá te diré que sucedió.
El chico sin dudar ni un momento la tomó entre sus brazos y entró por la puerta trasera para no llamar la atención de los demás, subió por las otras escaleras y llevó a la chica a su habitación.
Una vez dentro, la colocó sobre la cama y esta hizo algunas muecas de dolor combinadas con algunas sonrisas.
Momo: No volveré a hacer eso, fue una mala idea intentar aumentar mi resistencia al dolor de esa manera.
Al chico cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo, así que agarró una botella de agua de la hielera, la abrió y roció un poco sobre el rostro de la chica. Al entrar en contacto con su rostro, ésta se levantó de golpe para secarse el rostro con una toalla.
Momo: ¿¡Por qué haces eso!?
Al exclamar la pregunta, se dio cuenta que el chico estaba sacando algunas cosas de un botiquín de primero auxilios. Además, su respuesta no fue respondida de la manera que a ella le hubiera gustado.
Izuku: Primero hay que lavar y desinfectar las heridas.
Éste colocó un poco de agua oxigenada sobre un trozo de algodón y comenzó a limpiar las heridas del rostro de la chica. Sus caras estaban bastante cerca, sin embargo, él no la miró en ningún momento a los ojos, sólo se dedicó por un largo tiempo a desinfectar todas esas heridas en su rostro.
Izuku: ¿Cómo diablos terminaste tan herida? ¿Y por qué?
El chico terminó con su rostro y pasó directamente con los brazos de la chica los cuales estaban igual de heridos.
Momo: Le pedí ayuda a una estudiante de tercer grado para que me ayudara a entrenar, pero yo quería que ella me hiciera daño para que mi cuerpo se acostumbrara al dolor.
Casi todo lo que dijo era verdad, excepto que no fue una alumna de tercero, si no Gran Torino que literalmente le dio una paliza durante su entrenamiento en la tarde.
Izuku: Eres muy descuidada, pudiste haber ido con Recovery Girl justo después del entrenamiento.
Momo: Ya te lo dije, quería que mi cuerpo se acostumbrará al el dolor.
El chico terminó de sanar algunas de las heridas de la joven, este colocó algunas vendas en los brazos y piernas de ella, después caminó hasta una pequeña mesita dónde estaba el botiquín y al regresar notó que en su suéter deportivo yacían algunas manchas de sangre.
Izuku: ¿También la espalda? ¿A caso te peleaste con un oso o algo así? Nah, mejor olvida lo que dije. Sonará algo mal de mi parte, pero necesito que te quites las prendas superiores para limpiar esas heridas.
La pelinegra lo miró de reojo con un ligero rubor en sus mejillas, miró al suelo y rápidamente a los ojos del peliblanco quien al igual que ella también tenía ese rubor.
Momo: Eres un pervertido.
El sonrojo en la cara del joven se hizo más evidente, pues en ese momento se dio cuenta que lo que dijo de verdad tenía doble sentido.
Izuku: S-sólo hazlo y ya.
El chico miró para otro lado al mismo tiempo que ella se quitó su suéter y sostén, después cubrió sus pechos con sus brazos y miró hacia la ventana evitando algún contacto visual.
Izuku: Bien. Prosigo.
Momo: Tus manos… se sienten muy suaves.
Esto lo dijo segundos después de que las manos del chico hayan entrado en contacto con su espalda. Él no dijo nada, sólo siguió con lo suyo, y mientras seguía con eso, logró notar el tatuaje rojo en el costado de la azabache. Sin previo aviso, éste pasó su mano sobre la imagen plasmada en su piel, y ella sólo logró sentir sus manos recorriendo cada centímetro de su piel en donde yacía la imagen.
Izuku: Me sorprende que no te hayan dicho nada sobre esto, suelen ser muy prohibidos.
Momo: Lo sé, supongo que no les importa como luzca, les importa más que me concentre en mis estudios.
El peliblanco terminó de limpiar las heridas, luego agarró unas vendas y las enredó en el costado, abdomen y espalda de su compañera. Regresó el botiquín a su lugar mientras que la pelinegra se vistió de nuevo.
Izuku: Debes ser más cuidadosa, ¿Qué hubiera sucedido si no hubiera estado yo aquí?
La pelinegra sonrió burlonamente y se dejó caer sobre su cama mirando el techo que estaba lleno de estrellas artificiales.
Momo: Quizás estaría en el hospital. Además, no eres nadie como para decirme eso, diario llegas al edificio lleno de heridas como yo.
Izuku: Esto no se trata de mi, si no de ti.
Suspiró profundamente y también se dejó caer de espalda sobre la cama admirando el brillante techo a pesar de ser aún de día.
Momo: Has cambiado mucho, no eres el Kohana que conocía, y eso me agrada.
El chico la miró y ella le regresó la mirada con una gran sonrisa pintada en su cara. Él observó cada sitio de su rostro, desde sus carnoso y rojos labios hasta sus brillantes y dormilones ojos. ¿Cómo era posible que alguien tan impuro como él tuviera un ángel tan hermoso como ella por un lado? Su mente se volvió un caos como aquella vez que durmieron juntos en la misma cama con la sensación de querer permanecer a su lado. Y esa fantasía o mejor dicho, “Pensamiento” se vio interrumpido por la armónica voz de la chica a su lado.
Momo: ¿Escuchaste lo que te dije?
El chico parpadeó un par de veces para centrar su mirada en su compañera que yacía sentada en una silla por un lado de la ventana. El hecho de haber estado soñando despierto lo apartó por momentos de la realidad al punto de que ni se dio cuenta en que momento la azabache se levantó.
Izuku: Ah, lo siento mucho. Olvida los que pasó.
El chico se levantó de la cama y limpió sus ojos con las muñecas de sus manos. En el momento en el que abrió de nuevo los ojos, su mirada chocó con la de la chica creando un pequeño momento incómodo del cual fueron interrumpidos por el visitante en el cuarto.
Izuku: Debo irme.
Este comenzó a caminar rápidamente hacia la salida, pero sintió el delicado agarre de su compañera quien tomó su brazo y lo detuvo.
Momo: Esta noche haremos un pequeño concurso de talentos, casi no pasas tiempo con los demás, así que por eso te invito, para que vengas con nosotros.
Él mostró una sonrisa un tanto forzada y dentro de su cabeza trató de inventar una excusa para mantenerse lo más alejado posible de sus compañeros.
Izuku: No lo sé, debo terminar algunos proyectos.
Momo: Oh, ya veo. Entonces tal vez puedas verme bailar como en mi graduación en otro momento.
Tal vez él no era de del tipo de personas que disfrutara de bailes, “Elegantes" como la harían personas de los altos mandos, pero la vez que bailó con ella en la graduación, fue el momento en donde tuvo una de las más extrañas sensaciones del mundo, y el hecho de tener la oportunidad de verla de nuevo recreando aquellos suaves y lentos movimientos en una pista, era suficiente para hacerlo dudar si debería asistir o no.
Izuku: No lo sé, veré si tengo tiempo más tarde.
El pecoso se soltó del agarre y caminó hasta su habitación sin ser visto por los demás. Una vez ahí, cerró la puerta y se puso de espaldas hacia ella, llevó sus manos a la cabeza y dejó caer su cuerpo lentamente hacia abajo hasta entrar en contacto con el suelo.
Izuku: [¿Qué estoy haciendo? ¿Por qué me pones de esa manera, Momo? ¿Por qué provocas esto en mi? Primero Hanahaki y ahora el tan sólo mirar tu rostro… ¿Es esto el resultado de un quirk? ]
Esas y más preguntas eran las que recorrían su mente mientras que dentro de su cabeza se proyectaba la imagen de aquella joven aspirante a héroe, su sonrisa, su pelo, sus ojos etc. Todo de ella lo estaba volviendo loco en algún sentido u otro.
Después del pequeño derrumbe mental que tuvo, se puso de pie y se dio un baño para que de esa manera pudiera concentrarse en los planes del gran ataque que se llevaría a cabo en el siguiente día. Preparó una imagen mental de todo lo ya planeado, desde la exitosa infiltración hasta el rostro que su “Amigo" Kacchan pondría. Era un total deleite imaginar todo el caos que podría causar en minutos y que fueran suficientes para tener dentro de él en tan legendario poder de All For One.
Pero su gloria duró por muy poco tiempo, pues al casi terminar de bañarse, logró escuchar que había música a todo volumen en la planta baja del edificio. Sin duda alguna le irritaba la música a volúmenes tan exorbitantes. Así que con mala cara se terminó de bañar, se vistió, y se dirigió al lugar previamente mencionado.
Al comenzar a bajar las escaleras, escuchó una voz que reconoció al instante, así que lentamente se asomó por la orilla de la pared y observó a la hija de los Yaoyorozu que hablaba por medio de un micrófono.
Momo: <Bienvenidos estudiantes de la clase A. Como ya saben, hoy haremos un pequeño concurso de talentos. Obviamente es sólo por diversión y para que podamos saber más de nosotros…>
La chica continuó dando unas motivadoras palabras, y al mismo tiempo nuestro protagonista se metió en la parte trasera de la sala de estar evitando ser detectado, o por lo menos eso intentó. A los pocos segundos de haber llegado, escuchó que la azabache mencionó su nombre por medio del aparato, lo que hizo que las miradas se enfocaran en él.
Algunos de los estudiantes se apartaron un poco, mientras que otros sólo miraban algo curiosos el hecho de que él estuviera ahí.
Momo: <Creí que ni vendrías>
Una vez dicho esto, el joven llevó su mano a su nuca y se rascó mirando hacia otro lado evitando algún tipo de contacto con ella. Ciertamente a ella no le afectó que la hubiera ignorado, pues sabía que él era poco social con otras personas y sólo quería mantener bajo su perfil.
Las presentaciones no fueron la gran cosa, eran sólo simples actuaciones que iban desde los chistes sin gracia y llenos de cringe de Mineta, Tokoyami recitando poesías oscuras e Iida diciendo el abecedario completo en varios idiomas.
Sin embargo, la atención se acaparó en las dos últimas actuaciones, las cuales eran una canción con el hermoso y angelical tono de voz de Jirou, y un improvisado “Baile" por parte de los protagonistas.
La pelivioleta se sentó enfrente de un piano que fue puesto en la mitad de la sala. Para ese momento, la noche ya había caído, y con ella, la lluvia. Lluvia la cual logró poner el ambiente perfecto para las siguientes dos actuaciones.
La joven respiró profundamente, las luces se apagaron y sólo un par de lámparas se enfocaron en ella.
Justo antes de iniciar, la pelinegra fue a dónde Izuku y le dio un pequeño banco para que descansara, este lo recibió amablemente y ella se sentó por un lado de él.
Entonces, los largos y delgados dedos de la joven comenzaron a moverse en el teclado que reprodució una canción que ambos conocían, “Le It Out"
(Ending de Full Metal Alchemist Brotherhood)
Momo: Estoy segura que la conoces.
El pecoso asintió en silencio y continuó escuchando la canción que elevó la sensación del ambiente causando que alguno que otro llorara y otros aplaudieran.
La pelinegra se recargó en el hombro de su acompañante mientras ambos veían la manera en la que sus compañeros felicitaban a su amiga. ¿Quién diría que en un momento tan random habría una conversación corta pero interesante?
Momo: Mi madre solía cantarme esa canción cuando las cosas iban mal, siempre me subía el ánimo de esa manera y me decía que todo estaría bien. A veces extraño esos momentos.
El chico la escuchó, este instintivamente recargó su cabeza un poco sobre la de ella y tomó su mano con la suya que estaba cubierta por el manto negro de sus guantes.
Izuku: Incluso las personas más fuertes sufren, que te quede eso claro. Sinceramente creo que es una canción de consuelo que todo deberían conocer.
Algunos segundos más tarde, la chica se soltó sin decir nada y se paró enfrente de todos sobre el improvisado escenario. Le extraño era que la pelivioleta no se había movido del lugar, si no que siguió tocando las teclas armónicamente al mismo tiempo que la azabache hizo una reverencia y abrió la enorme puerta de la entrada provocando que su vestido rojo se mojase y se pegara a su cuerpo.
Momo: Tohsaka Kohana, ¿Me harías el favor?
Ella dirigió su mano hacia la dirección de su compañero, rápidamente todos se enfocaron en él. El sonido del agua y los gritos del silencio causaron que el ambiente fuera aún más pesado. Izuku yacía confundido, ¿Hacerle el favor de qué? No es como que ella haya sido muy clara, pero esta vez no le daba opciones de imaginar a lo que se refería.
¿Qué era lo peor que podría pasar? Se hizo a sí mismo esa pregunta mientras se levantaba del asiento y se dirigía a la puerta. La sensación del agua entrando en contacto con su cuerpo era bastante agradable, pero no tanto como ver a la chica con su vestido rojo que bajo la lluvia resaltaba más la figura de su cuerpo.
Él se paró frente a ella y miró de reojo a sus compañeros. Ella agarró sus manos e hizo que la tomara de la cintura al igual que ella lo tomaba del cuello.
Izuku: ¿Qué estás haciendo?
Momo: Me juraste que algún día volveríamos a bailar y que te enseñaría. Estoy cumpliendo con lo que me dijiste.
( La canción que cantó Jirou en esta escena es, “Dance with the Devil" de Breakin Benjamin, pero el video que les puse aquí es un cover el cual debe ser usada aquí para que entiendan mejor lo que están bailando. Es una versión interpretada por una mujer y tocada sólo en piano.)
El sonido del piano interrumpió lo que el pecoso estaba apunto de decir, la azbache se apegó más a él, se paró un poco de puntas y le habló al oído.
Momo: Sigue mis pasos, yo seré quien te guíe en este baile.
La canción comenzó a subir de tono, y con ello los primeros pasos de la pareja. Un paso hacia adelante, tres hacia atrás… el patrón de pasos cambiaba a cada momento, pero mantenía la manera tan elegante y tranquilizante en la que se movían.
En varias ocasiones el chico la pisó por no poder seguir sus pasos, pero ella no se rindió pues sabía que tarde o temprano él lograría seguirla.
Las gotas de lluvia entraban en contacto sobre sus cuerpos y la sensación era sumamente indescriptible. Sus compañeros los observaban en total silencio mientras escuchaban la poderosa voz de la pelivioleta que acompañaba su baile con una canción que hería la mente del pecoso.
Di adiós, como si bailaramos con el diablo esta noche
No te atrevas a mirarlo a los ojos
Mientras bailamos con el diablo esta noche.
Irónicamente, la pelinegra yacía mirando los profundos y rojos ojos de su acompañante, los cuales hacían que ella misma pudiera ver su reflejo.
Momo: Kohana, estoy segura que hay cosas que no me has dicho sobre ti.
A pesar de haber escuchado esa frase, sus pasos siguieron el mismo compás como si lo hubieran practicado miles de veces.
Momo: Cuando llegaste, por alguna razón me evitabas, pero con el tiempo fui descubrirnos cosas de ti, cosas que vinieron de tus propios labios. En muchas ocaciones me ayudaste, de alguna u otra manera me diste palabras de apoyo que me motivaban, aunque parecieran lo contrario. Gracias a ti experimenté varias cosas y me llevaste a un lugar hermoso como aquel campo de flores. Quizás te preguntes, ¿A dónde va todo esto? Y yo quiero decirte que… gracias a Hanahaki y la aceptación a mi misma, logré entender que por ti siento algo que va más allá de una amistad.
En el momento que sonó el estribillo por segunda vez, un poderoso relámpago iluminó los cielos e iluminaron los ojos ónix de la chica. A diferencia de otros días, esa vez su mirada era más brillante, no sólo por el relámpago, si no que sus ojos trataban de transmitir más de lo que las palabras podrían.
Momo: He aprendido mucho de ti, he entrenado contigo, he pasado bonitos momentos también. Tú no te alejaste de mí como otros, tampoco viniste a mi por dinero. Simplemente nuestros caminos se unieron en un punto de la existencia, y nunca me criticaste, de hecho, tú también amas las mismas cosas que yo, incluyendo… Aquella Flor.
Ambos bailaban a una distancia en la cual nadie podía escuchar lo que decían, esto debido a la angelical voz de la pelivioleta y el sonido del impacto de gotas de agua con el suelo.
Momo: Kohana, estoy segura de que sientes lo mismo que yo, y si es verdad lo que digo, entonces quiero que aceptes mis sentimientos. No estoy segura si lo que siento es amor de verdad, pero quiero descubrirlo mientras estoy contigo. Dame la oportunidad de aprender a amar, y deja que mis manos puedan tocar la tuyas sin importar lo diferentes que son.
Una vez más, un relámpago iluminó los cielos. El chico no sabía que decir, eran muchas cosas que fueron dichas una tras otra, era simplemente imposible procesar todo.
Pero a pesar de las dudas, sabía que algo estaba claro, y eso era… que él también sentía algo por ella.
Izuku: Momo… tu sabes que ambos somos muy opuestos, no sé por qué te arriesgas a estar conmigo. Aunque siendo sincero, también siento algo por ti que jamás he sentido por alguien más. Tampoco estoy seguro si se trata de amor o no, pero yo también quiero que me acompañes a descubrirlo, quiero que seas esa Diosa de la creación que acompañe a este Demonio de la destrucción.
Momo: Lo haré, no importa que tus manos puedan matarme por tan sólo contacto, por que si de verdad sientes algo por mi, evitarás hacerme daño a cualquier costa.
La canción terminó y varios relámpagos cruzaron los cielos de la gran ciudad, y mientras estaban iluminados en blanco, el protagonista apegó más a la chica a él y acercó sus labios a los de ella para que entraran en contacto, así siendo la luna y las estrellas las únicas testigos del inicio de un amor prohibido que Hanahaki advirtió desde un principio.La bella y la bestia de esta historia fueron claros consigo mismos y decidieron entregar sus corazones. Pero a pesar de eso, esto no es el fin del cuento pues aún hay más cosas que asechan desde las sombras y demonios que dañan sus almas como si no quisieran que ellos estén juntos.
Continuará....
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Aquella Flor.
FanfictionTras haber sido criticado, abusado y alejado de la sociedad por haber nacido con algo que nunca deseó, Izuku Midoriya quién también es conocido por su sobrenombre Deku, se verá envuelto en numerosos eventos en los que lentamente lo llevarán a su obj...