Algunos descubrimientos.

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No cabía duda de que aquellos trazos en el delicado cuerpo de la pelinegra eran simplemente hermosos, sin embargo, ¿qué haces cuando algo es tan hermoso y delicado? Exacto, lo cuidas y lo pones en los mejores y seguros sitios.

El chico le dio su blusa y le presto su suéter para que se cubriera el torso, la miró a los ojos, la tomó de las manos y habló con delicadeza.

Izuku: No deberías exponer tu cuerpo de esa manera.

El peliverde comenzó a caminar entre los faros de la calle, la chica se puso el suéter, miró a todos lados y lo siguió.

Momo: Te preocupas por mi ¿cierto?

El ahora albino la miró de reojo, quizás le había dado al clavo con esa frase, pero ni él mismo se entendía, por lo que no podía dar una respuesta exacta.

Izuku: El señor Ryuzaky me mataría si te pasa algo, así que tengo que cuidarte de todo peligro.

Regresó la mirada al camino con una cara seria, algunos segundos pasaron en los que el silencio fue el protagonista, la azabache sonrió y dio una pequeña risa.

Momo: Lo que digas, yo sé que te preocupas por mí.

Que le importará o no, era algo que no le incumbe a ella, fue lo que pensó. Minutos pasaron y llegaron a la lujosa mansión, ambos entraron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Una vez estando en su cuarto, el peliverde se acostó en su cama, tomó la flor por un lado de su cama y la observó recordando los trazos del dibujo pintados en el cuerpo de la chica, por un motivo, a diferencia de otras ocaciones, no le repugnaba la idea de estar a lado de ella y su "Sueño del héroe" fue un momento agradable.

Izuku: Ugh, ¿qué diablos me sucede?

La chica estaba en su cuarto mirándose al espejo, el rojo contrastaba con sus ojos y piel, hermoso, esta se puso la pijama para dormir el resto de horas que quedaban antes del amanecer.

Al día siguiente, el pecoso se levantó, se vistió con su elegante traje para el trabajo y espero a su jefe en la salida principal de la mansión, antes de partir le envió un mensaje a la chica.

Siento mucho no poder ayudarte con tu entrenamiento hoy, quizás en otra ocasión nos dedicaremos a eso.

Enviar, todo estaba listo, el azabache salió de la casa con una máscara en su rostro para cubrir su identidad, detrás de él caminaba el anciano que los protegió la última vez, estos subieron al auto y pusieron marcha a un lugar que el peliverde desconocía.

Izuku: Disculpe jefe, ¿podría decirme a dónde vamos?

Ryuzaky: Con la familia Todoroki.

Un cosquilleo recorrió su espalda, tal vez era miedo, nervios o preocupación por lo que la chica que dejaron vivir diría.

Los minutos pasaron, nadie decía nada, el caso parecía serio, pero la cautela del pecoso le impidió hacer más preguntas, una vez llegados a la residencia, estos se colocaron sus máscaras, tocaron la puerta y una mujer de pelo blanco fue quien abrió la puerta.

Ryuzaky: - Mirando unos documentos - ¿Es usted la señora Rei Todoroki?

Rei: Sí, soy yo, ¿se le ofrece algo?

Ryuzaky: Soy un detective del gobierno, ellos son mis acompañantes - dijo señalando al par detrás de él - venimos para hacerles algunas preguntas a su familia y a usted sobre su hijo Natsuo Todoroki.

La mujer no pudo contener las lágrimas, cada vez que le mencionaban a su hijo su corazón se hacía pedazos una y otra y otra vez, el pecoso quería reír, quería gritar a los cuatro vientos que él era el asesino, pero debía mantenerse quieto y no arruinar por lo que trabajó mucho tiempo.

Aquella Flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora