El Cielo y el Infierno.

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Lo que sentí en el momento en el que nuestros labios entraron en contacto, fue probablemente la sensación más caótica que he sentido dentro de mi. Eran suaves y dulces, era como si incluso mi boca hubiese sido estimulada por aquel beso. Y ahora, puedo decir con seguridad que puedo presumirle a los demonios que logré tocar el cielo sin necesidad de haber entrado realmente.

No sé que es lo que el destino me esté preparando, tampoco estoy seguro cómo terminará esta historia, y mucho menos sé que puede suceder si un ángel y un demonio llegan a amarse. Quizás comience la guerra que destruirá el mundo terrenal, o tal vez los creadores desterrarán a sus creaciones. Realmente no lo sé, y he decido que quiero describirlo, quiero saber que es lo que sucede cuando se juntan el cielo y el infierno.

El poderoso relámpago que iluminó la ciudad por segundos llegó a su fin, y por obvias razones, el beso de la pareja terminó. Sus mentes se habían convertido en un tornado que revolvía sus pensamientos sin saber que decir o hacer después de ese hecho, así que, inteligentemente como siempre lo han hecho, decidieron separarse para que los demás no los descubrieran. Ella sólo le guiñó rápidamente y se adelantó a la entrada en dónde su amiga la pelivioleta la esperaba con una toalla en las manos para que secara su rostro.

Izuku, quién había sido el más afectado de aquel encuentro, sólo echó su entintado pelo hacia atrás y caminó hasta la entrada en dónde un chico pelirrojo le brindó igualmente una toalla con la cual secarse.

Kirishima: Viejo, eso fue asombroso. ¿Por qué no nos habían dicho que tenían ese número preparado?

Izuku: Bueno, fue algo improvisado.

Este miró de reojo a su ahora pareja que conversaba con algunas de las estudiantes de la clase, y sólo pudo tener un pensamiento que cruzó su mente, “¿A caso soy digno de tener un ángel entre mis brazos?”

Sin embargo, las conversaciones fueron interrumpidas por la joven de la piel rosada quien supuestamente daría comienzo a la hora de la cena. Los estudiantes se comenzaron a acomodar en la sala y otros servían los platillos, pero en eso, la pelinegra jaló del brazo al chico de pelo blanco y lo llevó hasta las escaleras en dónde no los veía nadie. Estando ahí, ella se lanzó a los brazos de su pareja y lo abrazó fuertemente como si jamás quisiera soltarlo de nuevo, esto sin duda alguna era algo incómodo para él, es decir, después de tantos años siendo despreciado, después de tanto tiempo cumpliendo órdenes de todos lados, y después de mucho tiempo de estar confundido consigo mismo, ahora estaba experimentando lo que era recibir afecto una vez más.

Momo: No quiero soltarte, no quiero que me dejes, y no quiero que te vayas de mi lado. Sólo quiero estar contigo y cumplir mis metas, es todo lo que quiero.

¿Cómo describiría aquel momento? Es algo complicado pues su mente y corazón estaban en un viaje astral del que jamás quería regresar. Sus manos que rodeaban su torso eran suaves y cálidas, además que su cintura era bastante cómoda de abrazar, pero sobre todo, el latido de su corazón era el que lograba decir más que mil palabras.

Momo: Tu corazón, está latiendo muy rápido, y tu cuerpo me está brindando una gran sensación de calidez, eso es suficiente para mí.

El pecoso la apegó más a él y se inclinó ligeramente para poder besarla por segunda vez, y en ese segundo contacto logró aclarar su mente para poder describir las sensación en su boca, la cual era “Como si los pétalos de una flor acariciaran sus labios"

Izuku: Sólo quiero tenerte aquí, a mi lado, y jamás soltarte.

Las mejillas de la chica se tornaron en un ligero color rosado que era resaltado por su tono de piel la cual era blanca como los pétalos de una Gardenia.

Aquella Flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora