Capítulo 12

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Abrí los ojos lentamente, rodé por la cama y estiré mis brazos, mi rutina diaria, la dferencia, es que hoy me duele la cabeza. No volveré a beber en mucho tiempo, hasta que se me olvide lo que provoca en mi. Oí un suspiro a mi lado y me giré de inmediato. ¿Qué hacia él aquí? Y como las series que todos vemos, miré debajo de la colcha, estaba desnuda. Estábamos desnudos en la misma cama, mierda.

Salí de la cama y me tapé como pude, empecé a caminar hacia el baño.

—¡Kate! No puedes mantener las piernas cerradas ni un momento.— me regañe a mi misma.—¿¡Cuándo aprenderás!?¿Cuándo?— cerré la puerta del baño. Me senté sobre la tapa del váter y abracé mis rodillas.

Con él... con mi amigo, eso no se hace, ¡joder! He roto tres reglas en menos de una noche, nunca las había roto. Y viene él con su cara de niño mirándome con esos ojos que ni el mismísimo gato con botas y las rompo. Cuatro años de la existencia de mis reglas y nunca me había pasado esto.
¿Qué te pasa, Kate?
¿Por qué él?

Tenía que hablar con él, tenía que aclarar las cosas, que no se malinterpretaran. Esto no significaba nada, solo era una amiga que le hacía un favor a un amigo y ya está.

Encendí la ducha y me metí en esta, tenía que aclarar mi mente, y qué mejor que una ducha para despejarme.

**

—Gracias por dejarme ropa, Erica.— dije mientras me hacía una coleta alta para despejar mi cara.

Me había dejado un jersey azul marino, unos vaqueros ajustadisimos y unas botas marrones, todo de lo más simple.

—Nada. Ahora, dime, ¿a quién te has follado?

—No te importa.— canturreé, me apliqué un poco de base para tapar un grano que me había salido, la menstruación se acercaba.

—¿Con Leo?— preguntó ¿asustada? La miré con una sonrisa burlona.

¿Leo? ¿Es que se lo quería tirar y no quería compartirlo conmigo?¿Por qué dudaba de mi? No iba hacer nada con él, hasta que ella no me dijera "Adelante". Ya me sabía nuestras reglas, solo tenía que relajarse y no comerse la cabeza, mejor que vigilara a las otras de nuestro grupo de... Tengo que hablar con las chicas un tanto frescas de la universidad y buscarnos un nombre, lo haría después.

—Leo, no. Es todo tuyo, por mi no hay problema. Y sobre lo otro es complicado, no puedo contártelo.— la puerta se abrió y nos mostró a una deslumbrante Vanessa.

Su pelo rubio despeinado cayendole sobre un hombro, una camiseta de tirantes y una chaqueta vaquera, unos vaqueros rotos por los muslos y unos tacones negros nada extravagantes. Erica y yo nos miramos, totalmente sincronizadas y silbamos dando nuestra opinión sobre su estilo.

—Ness, ¿dónde vas tan guapa?

—He quedado con un tío que conocí ayer mientras vomitaba la mierda de ron que compras.— le reprochó.

—¿Mientras vomitabas? Asco...— Erica y yo hicimos un sonido expresando nuestro disgusto.

—Volvamos al tema, que nos dispersamos. ¿Con quién te has acostado?— preguntó otra vez Erica.

—¿Perdón?¿Con quién te has acostado?— se sorprendió Vanessa.

Y ahí empezaron las peticiones a dos voces implorándome que les contara lo que tanto deseaban saber. Y de repente grité su nombre, se hizo el silencio y miradas sorprendidas se posaron sobre mi, le pegué una patada a la pared, furiosa.

—No quiero ningún comentario respecto a lo que pasó en la habitación de tus primos. Ahora si me disculpáis saldré un rato a despejarme. Javier, sigue dormido ni se os ocurra despertarle.— cogi una chaqueta de cuero de Erica y salí de ahí corriendo.

No me gustaba esto que sentía, no podía dejar de pensar en él y en lo que hicimos. Me encantaba haber estado con él en ese aspecto pero a la vez sabía que no había hecho bien. Yo, era y seré un mar contradicciones andante. Caminé por las calles pijas y vacías cercanas a casa de mi amiga, y es lo que tiene. Pasé por una pequeña plaza en la que había un grupo de chicos sentados sobre unos bancos, menos mal que era de día.

—¡Guapa, ven aquí!— gritó uno, le sonreí con autosuficiencia y seguí andando.

—¡Katherine!— me giré y miré al que había gritado mi nombre con el ceño fruncido.

Me acerqué al grupo, sabiendo que después me arrepentiria de esto.

—¿De qué me conoces?

—Eres amiga de Erica, Susana y las otras...— y dale con Susana, la tenía hasta en la sopa.— Y te he visto por la universidad.— ¿Es que todos los jóvenes de esta ciudad vamos a la misma universidad, no hay más o qué?

—Oh, vale, bien. ¿Qué quieres?— pregunté cortante.

—Vente a mi casa, lo pasaremos bien.— me atrajo hacia él posando su brazo en mi cintura.

Pensándolo bien, no era tan mala idea. Olvidaría por un momento que me había acostado con él, olvidaría todo lo que sentí con él, olvidaría todo lo relacionado con él...

No es tan mala idea... O a lo mejor sí...

**

Aquí os dejo un capítulo porque estoy feliz! Hemos llegado a los 700 leídos, sois jodidamente geniales!
Bueno, aún sigue abierto el concurso del capítulo anterior, un estáis a tiempo de probar algo de suerte.
Pronto haré un maratón porque os lo merecéis, no tengo claro el día pero lo más seguro es que sea el fin de semana que es cuando tengo más tiempo libre o el lunes.

Ey! Os gusta la poesía? Porque no os pasáis por el libro de @Paulishnita_19_00

Os gustaría leer algo romántico, pasaros por los libros de @isa_sot

Y si os gusta Michael Clifford una amiga está haciendo una fic de él... @bea_rubio

Y ya que estáis, y si os gusta la ficción y el amor pasaros por el nuevo libro de @Clarijuari8

Hasta la próxima!♥

Os quiero un montón!

-Andrea.

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Before sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora