Capítulo editado.
Las clases pasaron lentas, provocando un agotamiento severo en mi, pero nada ni nadie me pararía. Sólo tengo que saberlo y me alejaré de él si es lo que quiere. Me levanté de mi silla y recogí mis cosas mientras veía como los demás alumnos se iban, incluyendo a Javier. Cogi la chaqueta, me colgué el bolso y salí corriendo de clase. Me puse de puntillas en el pasillo pero no conseguí distinguir ninguna cara en concreto, y es que yo no destacaba por mi altura. Caminé hacia la salida y me encontré a Susana, una... ¿Una buena persona?
—Hola, Kate.— dijo sonriendo ampliamente.
—Katherine.— le corregí.— ¿Qué tal, Su?
—Muy bien, ¿tú?— dijo con amabilidad. La conocía perfectamente, no éramos amigas ni nada parecido solo hablábamos de vez en cuando y compartíamos chicos, la conocía bien y sabía que quería algo.
—Bien, bien... ¿Qué quieres? Dilo, ya nos conocemos. No hace falta que finjas.
—El chico ese de la fiesta de Erica con el que estabas, ¿podrías darle mi número?— abrí los ojos con exageración ante su propuesta.
—¿P-perdón? Susana, no soy tu cupido personal...— dije mientras negaba con la cabeza y la miraba con compasión.
—Me lo debes... Te conseguí a ese chico de medicina.
—Ya, y te lo agradezco.— le sonreí de verdad. Joder si se lo agradecía, ese chico era genial en la cama.— Pero, ya sabes. Aún no me he acostado con él, no te lo puedo pasar.— le guiñe un ojo, mostrando complicidad.
Ni de coña se lo iba a pasar. Javier no merece ser un objeto sexual de las guarras de la universidad, grupo en el que me incluyo. Él es diferente, increíblemente inocente, adorable, tímido, algo torpe y no se merecía la indiferencia de las chicas de "mi grupo" después de acostarse con él, él es bueno y no iba a permitir que le hicieran daño.
—Bueno, bien. En cuanto termines con él, dale mi número. Adiós Kat- Katherine.— se encogió de hombros coquetamente y se fue contoneando sus caderas. Rodé los ojos y volví a mi principal objetivo: Javier.
Salí del edificio principal y fui al aparcamiento, es inmensamente grande y encontrarlo me costaría mucho, conseguí averiguar que Javier tenía coche así que tendría que estar por aquí si no se ha ido ya. Vi su silueta a lo lejos, sujeté bien mi bolso y corrí hacia él. En cuanto me vio acercarse, dejó lo que estaba haciendo y me miró expectante. Paré a una distancia adecuada y perfecta para no agobiarle.
—H-hola, solo quería hablar contigo sobre lo de esta mañana.— mi voz temblaba, estaba nerviosa, no soportaría otro mal comentario. Me acerqué a la puerta del piloto, es decir, me acerqué a él.
—Yo, lo siento. Estaba agobiado y reaccione así.— él también se acercó a mi. Me apoye en su coche y él se coloco enfrente de mi, como dejándome sin escapatoria. Y aquí es cuando vuelvo a sentirme cohibida y también cuando vuelve mi frustración por no saber por qué me siento así, intento descubrir que es, de verdad lo hago pero me es imposible descubrirlo si causa esas cosas en mi.
—¿Por qué estabas agobiado?— cogi su mano y acaricie la palma de esta, un acto reflejo, quería que se relajara y de paso me relajaba yo también. Es extraño pero cuando acaricio el torso de un brazo o la mano me relajo inmediatamente.
—Los chicos de clase, me dijeron cosas de ti que me sorprendieron. A ver, ya sabía muchas cosas pero pensé que eran rumores. Parecían tan convencidos, como si se hubieran puesto de acuerdo, y supuse que era verdad, me lo creí.
—¿Qué te dijeron?— ya me estaban tocando los ovarios los gilipollas estos...
—Me dijeron tantas cosas...— le di un pequeño golpe en su abdomen una de mis maneras de que me lo dijera, mi golpe sin fuerza provocó su risa. Carraspeó y habló,— Me dijeron cosas como: "No volverá acercarse a ti". "Después de pasar entre sus piernas, dejará de pensar en tu existencia."
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Before sex
RandomKatherine Johnson una chica con problemas para comunicarse de... una manera normal. No hay forma de que aprenda a comunicarse de otra manera... o sí. Siempre habrá alguien que podrá ayudarla, pero claro ella no es consciente de eso hasta que es dema...