Me pedí una hamburguesa pequeña, o eso ponía en la carta. Esa hamburguesa tenía de pequeña lo que yo tenía de pura. También pedí unas patatas algo picantes y agua, nada fuera de lo normal.
Miré a Javier que miraba su plato permanentemente, de vez en cuando acercaba el tenedor a su boca. Me acerqué a él y di dos toques a su hombro, no me hizo caso.
- ¿Qué te pasa, cariño?- apoyé mi barbilla en su hombro mientras formulaba mi pregunta en un susurro.
- Voy al baño, ahora vuelvo. - habló mientras se levantaba precipitadamente.
Lo vi marcharse aún más confundida de lo que estaba. ¿Por qué se comportaba así? No entendía en absoluto lo que pasaba por esa cabeza tan difícil. Limpié mi boca con una servilleta que tiré sobre mi plato, totalmente frustrada. Tenía unas ganas terribles de enredar mis dedos en mi pelo castaño y echar esos mechones rebeldes hacia atrás, como hacía siempre para intentar frenar el nerviosismo que empezaba a embargarme.
- Iré a lavarme las manos, ahora vengo. - me colgué el bolso al hombro y corrí hacia el baño.
Me situé delante del espejo y suspire con pesadez. Lavé mis manos con rapidez, para después, mojar mi nuca y mis muñecas. Sequé mis manos y salí del baño chocando con un cuerpo que conocía muy bien, Javier.
- Espera un momento, por favor.- agarré su mano y tiré de él.- ¿Qué te pasa? ¿He hecho algo mal? ¿Algo te ha molestado? - pregunté preocupada, no entendía su comportamiento. No entendía la situación en la que estábamos ahora, no entendía casi nada de lo que pasaba. Sólo sabía que había hecho algo mal, algo que a él no le gustaba y tenía que arreglarlo.
- ¿De qué conoces a ese tal Fernando?- dijo sin rodeos, tal y como esperaba.
- Un antiguo amigo.
- ¿Te has acostado con él?- No sabia si decirle la verdad. Al final, asenti.- Lo sabía.- murmuró más para si mismo que para mi.- ¿Por qué te separaste de mi?
-¿No es evidente?
- Para mi no. Sólo noté que no querías que te abrazara como si te incomodara que él te viera junto a mi.
- En absoluto. No quería sentirme un jodido trofeo. Me abrazabas como si fuera un objeto, solo faltaba que me mearas encima para marcar territorio.
- ¿Y que iba a hacer? Te has acostado con él, es normal que...- lo interrumpi.
- No confías en mi, es eso. Fue una vez, no me he acostado con él más, no he repetido. No quiero hacerlo. No sé qué tengo que decirte para que frenes esas paranoias.
- No puedo confiar en ti, siempre que veo a alguien en la universidad pienso si te has acostado con esa persona y si...- lo interrumpí.
- Tienes que hacerlo, tienes que confiar en mi, esto no funcionará si no lo haces.- mordí mi labio, necesitaba que dijera que iba a intentarlo, que iba a confiar en mi.
- No puedo dejar de pensar en eso. No puedo evitar desconfiar de ti. No puedo evitar ponerme celoso. Yo no puedo con esto, lo siento.
- ¿No lo vas a intentar si quiera?
- Lo he intentado, créeme.
-No lo parece.- solté más que enfada.
- Pues lo he hecho.
- No puedes dejarme. No tienes motivos para estar celoso, ni para desconfiar de mi. Ahora eres lo más importante para mi, no renunciaría a ti.
- Has estado coqueteando con él durante la comida.
- ¡No! No he hecho eso, de verdad.- lloré, solté lágrimas mientras intentaba convencerle, un intento en vano por lo que veía.
- Déjalo, me voy.- y se marchó.
Mi espalda se apoyó en la pared y me senté en el suelo a llorar. Ya era la segunda vez que lloraba por él.
Me había dejado o eso parecía. Y por unas simples imaginaciones, que venían por mi pasado o por una baja autoestima, no sabría decir por cuál de las dos razones, todo se había complicado.
Estaba más que enfadada con él, sea cual sea la razón, olvidó todo lo que hice por él, todas esas reglas que rompí por él. No pensó ni un minuto todo eso y simplemente decidió desconfiar de mi, sin ningún indicio de nada.
- Ey, Kate, ¿estás bien?- se agachó en frente de mi ese chico de ojos verdes.
- No, no lo estoy.- lo abracé con fuerza, no quería que me dejara también y lloré en su hombro. Sequé mis lágrimas con la manga de mi sudadera y suspiré.
Estaba celoso sin razón, ahora, iba a tener razones para estarlo.
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Before sex
RandomKatherine Johnson una chica con problemas para comunicarse de... una manera normal. No hay forma de que aprenda a comunicarse de otra manera... o sí. Siempre habrá alguien que podrá ayudarla, pero claro ella no es consciente de eso hasta que es dema...