— Fer, ¿podrías llevarme a casa, por favor?— susurré mientras secaba mis mejillas, otra vez.
—¿Estás bien?
—Sólo llévame a casa.— sonreí levemente. Me ayudó a levantarme y cogio mi bolso. Después, mi brazo rodeo su cuerpo y el suyo rodeo mis hombros.
—¿Qué ha pasado?— no dudó en preguntar en cuanto empezamos a andar.
Negué con la cabeza y tapé mi cara con la mano que me sobraba. No quería contárselo pero a la vez, necesitaba desahogarme. Es lo más recomendable en este caso. Gritar, hablar o romper cosas son los mejores métodos. No iba a gritar ni romper nada en el restaurante, hablar era mi única vía de escape.
—Me ha dejado porque no es capaz de confiar en mi.— susurré después de coger aire y soltarlo.
—Es un imbécil, no te ofendas.— negué, mientras intentaba no reírme. La verdad es que lo era.— Yo confiaría en ti. Deberías haberme elegido a mi como tu novio.— solté una carcajada, él sí que era un imbécil.
—Pensé que no ibas a reír tan pronto, Kate. Espera aquí, iré a por tu abrigo no creo que quieras que te vean así. Espera eh.
—Lo haré. No pienso ir caminando a casa.— expresé mi pereza con burla.
Me guiñó un ojo mientras me daba el bolso y se marchó hacia la mesa. Lo seguí con la mirada y vi como hablaba con nuestros amigos. Saqué el móvil y miré si tenía alguna notificación. Nada. Lo guardé, totalmente decepcionada.
—Ten, pontela. Hace algo de frío.— habló mientras estiraba mi chaqueta. Mis brazos entraron por las mangas de mi chaqueta, sus manos apretaron mis hombros cuando la coloqué por completo.— Venga, vamos.— dijo sacando las llaves de lo que supuse que era su coche, y definitivamente lo era.
**
Me tumbe sobre el sofá, froté mi cara y reprimi mis ganas de llorar. No quería hacerlo, no delante de él, no por un chico a pesar de todo lo que pasamos. Cerré los ojos con fuerza para impedir que lágrimas traicioneras se escaparan.
—Puedes pasar, cierra la puerta si lo haces.— murmuré aún con los ojos cerrados.
Oí la puerta cerrarse y poco después una mano empujándome para hacerse espacio en el sofá.
—¿Volverás a llorar? Ahora estoy preparado, llevo pañuelos. Los cogí de la guantera.— solté una pequeña risa.
—No, lloraré pero, ¿puedo abrazarte?— pregunté insegura. Los abrazos siempre me reconfortan. Me levantó y me acercó a él. Me aferré a su camiseta negra y sollocé.— Lloraré un poco, quizás.— me abrazó con fuerza mientras dejaba que las lágrimas fluyeran.
No entendía en absoluto a Javier. Me había dejado por una simple creencia que tenía por mi pasado, por una tontería. No confiaba en mi, no lo hacía. Y eso es lo que más me dolía. Yo confiaba en él, confiaba en un hombre. Un hombre que no era de mi familia, eso era algo increíble en mi, y él no se daba cuenta de eso. Y ahora, más que nunca, necesitaba evadirme de todo, como hacía antes. Limpié mi cara, de nuevo, y respiré hondo.
—¿Puedo hacer algo?— vi mi reflejo en esos ojos verdes tan profundos. Me miró confundido y asintió no muy convencido.
Me acerqué a él, mis labios presionaron los suyos con suavidad. Mi mano tocó su mejilla y la acarició, mientras besaba sus labios. Tardó en corresponderme, lo notaba totalmente perdido, no sabía que hacer, lo notaba. Su lengua se introdujo en mi boca y la recorrió hasta que la mía decidió actuar. Nuestras lenguas se rozaban y jugaban, el ambiente empezaba a calentarse al igual que nuestros cuerpos. Me subí a horcajadas sobre él e inmediatamente sus manos viajaron a mi cintura atrayéndome más a él. Nos seguimos besando durante segundos que se hacían eternos. Me separé de él y levanté su camiseta, necesitaba que la ropa desapareciera. Volví a besarlo, sus manos bajaron hasta mi culo, el cual agarró con fuerza, moviéndome, ejerciendo presión en su miembro que empezaba a endurecerse bajo mi cuerpo. Me quité el sujetador y lo lancé. Me deshice de mi sudadera que también tiré por ahí. Fernando me llevó en brazos hasta la mesa del comedor, me tumbó sobre esta y empezó a acariciarme. Sus dedos rozaban mis pezones haciendo que se endurecieran aún más, gemí ante sus caricias.
—Te necesito, ya.— suspiré. Me besó dulcemente, acatando mi petición.
Desabrochó el botón de mis vaqueros, cayeron al suelo segundos después. Se acercó más a mi y dejó pequeños besos por mi vientre mientras sus dedos sujetaban mis braguitas y me las quitaba. Él también quitó todo rastro de ropa de su cuerpo y se posicionó delante de mi. Me miró y asentí, dándole permiso a hacerlo. Se introdujo en mi con facilidad ya que estaba muy lubricada, cerré los ojos y gemí. Se sentía muy bien, necesitaba hacerlo, ahora no tenía dudas. En cuanto entró del todo, sus manos se posicionaron en mi cadera la cual sujetó con fuerza, empezó a entrar y salir con rapidez, con fuerza. Como a mi me gustaba, sabía hacerlo bien. Aumentó aún más el ritmo de arremetidas hasta que consiguió que ambos llegáramos a un placentero orgasmo. Se recostó sobre mi, aún seguía dentro. Nuestras respiraciones estaban agitadas, nos movíamos acompasados. Besó mi cuello y se separó de mi. Me cogió en brazos con extrema facilidad, me llevó hasta mi cama, me tumbó y se acostó a mi lado. Acarició mi pelo hasta que me quedé dormida.
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Holiwii!
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Mañana subiré otro, y también subiré capítulos en Combinación ¿extraña?-Andrea

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Before sex
DiversosKatherine Johnson una chica con problemas para comunicarse de... una manera normal. No hay forma de que aprenda a comunicarse de otra manera... o sí. Siempre habrá alguien que podrá ayudarla, pero claro ella no es consciente de eso hasta que es dema...