Capítulo 14

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Maratón (2/3)

Pero aún así, no merecía la pena pero no podía conformarme con no saber el por qué de su distanciamiento, no podía conformarme con no saber la razón que estos dos meses había estado torturandome internamente.

Miré a mis amigas y a él, como ya había hecho antes, negué con la cabeza y suspiré mientras caminaba hacia él.

Una chica se acercó a él, le acarició el brazo y se aferró a este como si de un jodido salvavidas se tratara, bufé y sacudí mi cabeza. Kate, debes prepararte.

Llegué hasta ellos y carraspeé para llamar su atención. Javier me miró sorprendido y la chica con miedo, o respeto, dejemoslo así.

-Hola, ¿te importaría irte? Tengo que hablar con él...- sonreí falsamente, esa sonrisa que tanto me caracterizaba. La chica se marchó no sin antes darle un beso en la mejilla a Javier y decirle "Te veo luego, te quiero."

¿Te veo luego, te quiero? ¿Es que acaso, la chica quería ganarse una bofetada? Imbécil...

-¿Qué pasa?- expresó molesto.

¿Molesto?¿Él?¿Por qué? Oh, vaya, había estropeado el momento con su chica. ¡Qué pena!

-Tenemos que hablar, hace un montón que no lo hacemos y solo quiero saber la razón.- mi voz temblaba, no era para nada estable, ni yo ni mi voz ni nada.

¿Para qué te preparas mentalmente, si luego hablas con nerviosismo?

¡Oh, sí! Por mucho que te mentalices, él causa esas cosas en ti...

-¿Quieres saber la razón? Como si no lo supieras...- alzó la voz.

-¡No lo sé! ¿Crees que vengo a preguntarte porque me aburro? No tengo otra cosa mejor que hacer, que tocar las narices al personal. Se suponía que éramos amigos, no entiendo ni pienso justificar lo que has hecho...- si él podía gritarme, yo también podía hacerlo.

-¿Qué?¿De qué mierda vas, Katherine? Eres totalmente...- suspiró.

Odiaba su comportamiento, lo odiaba a él, me odiaba a mi misma por perder los papeles tan rápido, él me saca de mis casillas.

-¿Totalmente qué? ¿Quieres responder a mi primera pregunta?¿Por qué narices te alejaste?- grité furiosa provocando más miradas curiosas sobre nosotros.

Oí murmullos, sabía la razón. Tanto tiempo sin vernos, sin hacer cosas juntos y cuando lo hacemos, nos medio matamos. Eso despierta la curiosidad de cualquiera.

-¡Vete a la mierda, Katherine! Eres tonta, no te das cuenta de nada o para ti no tiene importancia nada, te da igual todo. Hasta yo, tu supuesto mejor amigo.- dijo con burla, mi vista se nubló.

¿Cómo se le ocurría decirme eso? No he hecho otra cosa que preocuparme por él, de pensar en él . Me dolían sus palabras y todos los efectos que causaban. Una lágrima se escapó, traicionera, pero la limpié con rapidez.

-Bien. Me da igual todo, genial.- sonreí, totalmente descompuesta.- Y-Yo... Yo no he hecho otra cosa que pensar en ti todo este tiempo, si eso no significa que me importas, no sé que lo hará...- negué con la cabeza mientras andaba nerviosa por la zona en la que antes me situaba.

Me senté en el suelo y mis rodillas se acercaron a mi pecho para protegerlo de él, mis brazos rodearon mis rodillas ayudando a eso de proteger mi corazón. Solté un par de sollozos y mi cuerpo convulsionó cuando empecé a llorar con mayor intensidad. Sentí una mano tocar mi pelo con temor, aparté el pelo de mi cara y miré a Erica.

-Cariño, vamos a casa.- me ayudó a levantarme, me rodeó con sus brazos y me dejó llorar sobre el hueco de su cuello.- ¿Qué miráis? ¡A lo vuestro, ahora!- gritó a los que nos rodeaban. Calmo su voz y me susurró,- Ahora iremos a casa, te prepararé un baño y dormiremos un rato. Ahora, tranquilizate.

La habitación estaba a oscuras casi por completo de no ser por la persiana, que no estaba bajada del todo. Suspiré y miré toda la habitación, mi habitación. Me destapé un poco y vi que llevaba el pijama, yo no me había cambiado de ropa. Recordé. Recordé el ridículo que hice en los pasillos por su culpa. Por sus palabras, que hicieron que explotara. Me tapé de nuevo y cubrí mi cabeza con la manta y grité contra el colchón. Necesitaba desahogarme y las lágrimas ahora escaseaban. La puerta se abrió con rapidez, oí unos pasos torpes.

-Kate, ¿estás bien?- la cama se hundió demasiado cuando Erica se sentó.

-Sí, solo quiero que pase esto...- suspiré contra la cama.

-Lo hará pronto.- habló Vanessa, ahora entendía porque la cama se hundió tanto.- Cielo, ve fuera. Alguien ha esperado a que te despertaras para hablar contigo.

-No pienso levantarme, que venga si quiere...- murmuré como una niña me di la vuelta, dándoles la espalda.

-Bien, ahora vendrá. Vamos Erica, necesitan su espacio...- oí un bufido y la puerta cerrarse...

Before sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora