Epílogo

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Querido Javier:

No sé por qué mierda estoy haciendo esto pero no puedo dormir llevo toda la noche pensando en ti y en lo imbécil que eres. La hoja da mucha pena, la he arrancado del cuaderno de psicometría, pero qué quieres, por lo menos conformate con eso. Estoy escribiendo esto como si te la fuera a dar, no lo haré. No puedo hacerlo. Porque te has ido. Lejos. Supongo... (No iba a entregartela de todos modos así que da igual).

Hace unos días decidí hablar contigo por última vez, cosa que prometí hace meses que no haría pero mis promesas no suelen cumplirse, no contigo. El caso es que fui a tu casa y toqué la puerta infinitas veces, no estabas. Tu hermana Marina abrió la puerta e inmediatamente me pegó una bofetada y empezó a despotricar contra mi,《¡Me has puesto a parir pero bien eh!》debes decirle a tu hermana que a una embarazada no se le pega, eso está muy feo. Tu madre vino después y le pidió que se fuera a su habitación y con esa tranquilidad que la caracteriza, me explicó que habías decidido irte a otro país con tu nueva novia, la pelirroja, querías empezar una nueva vida y lejos de mi, lo entiendo. No pregunté dónde, quería hacerlo pero quería cortar lazos contigo. Dejar de atarme a ti y si no paro de buscarte nunca podré alejarme de ti del todo. Repito, no quiero nada que me una a ti salvo el bebé que puede ser tuyo. Ya tengo pensados los nombres, soy algo imbécil en ese sentido, le pondré el nombre que dijiste que querías pero algo cambiados.

¿Recuerdas la vez que hablamos del tabaco? Te dije que lo odiaba porque te destruía, pues bien, a ti también te odio y por la misma razón. Llegaste a mi vida con esa sonrisa y esa mirada inocente, con esa amabilidad y timidez que siempre tenías presente, y con total tranquilidad pusiste mi vida patas arriba. Mandé a la mierda mis reglas y todo eso por ti, todo eso para que después te fueras a saber dónde.

Después de todo aún tengo a Vanessa, ella ahora está muy feliz con su novio Alex y me cuida tanto, sé que será una tía muy buena. Erica ha decidido irse de casa a pesar de que sus padres después de eso no le darán dinero, duerme siempre conmigo, dice que no quiere dejarme sola. Fernando viene todos las tardes después de trabajar, él es el que me compra la comida que se me antoja y el que me lleva a mi heladería favorita. Es un buen hombre, tiene 25 años me enteré hace poco, debería habérselo preguntado antes, por curiosidad más que nada. Ya he llamado a mis padres en cuanto lo solté, me colgaron pero días después me llamaron y lo hablamos con tranquilidad a lo mejor me voy unos meses con ellos a descansar y a presentarles a Fernando, no estamos juntos pero él va a ser el padre sí o sí, sea tuyo o no, así que es lo que toca.

Estoy intentando organizar mi vida de nuevo, hacer que todo vuelva a la normalidad, como si nunca hubieras existido. Este año será mi último curso en la universidad, por lo menos hasta que el bebé nazca entonces retomaré los dos años que me quedan. Hemos decidido ahorrar entre todas para mudarnos a una casa más grande, con suficientes habitaciones para todas. Queremos que el bebé tenga su propia habitación así que necesitamos cuatro habitaciones pero eso no es fácil, necesitamos dinero.

Bueno creo que me estoy enrollando mucho, te he contado todo lo nuevo que podía contarte y con esto doy por muerto y enterrado lo nuestro. Por aquí me meten prisa, tengo cita en el ginecólogo. Hoy si se deja ver su zona íntima, sabré el sexo del bebé.

Bueno eso, aquí con esta carta y estas palabras lo nuestro se acaba y para siempre, es una promesa que me hago y que cumpliré por mi bien, paso de derrochar más lágrimas por ti, así que alé, hasta nunca.

-Katherine Johnson.

Leí la hoja por última vez y la doblé hasta que no podía más. Me quedé observando esa pequeña carta sujetándola entre mis temblorosos dedos, suspiré como tantas veces hacía y guardé la carta en uno de mis cajones entre mi ropa interior.

-Kate, date prisa. ¿Qué haces?- interrumpió mi tranquilidad la rubia.- ¡Tienes un aspecto horrible!

-Gracias por decir lo evidente.- la fulmine con la mirada.

-Ya estamos con los cambios de humor...

-¡Cállate!- salí de la habitación y me dirigí al salón.- Fernando, Erica y Alex levantad el culo del sofá que nos vamos.

-¿Ahora?- preguntó Alex medio dormido.

-No, mañana. Vaya tíos va a tener mi hijo...

Son vagos hasta decir basta, los miré con mi mirada más desafiante esperando a que se levantaran, lo hicieron murmurando idioteces. Salí de casa y bajé las escaleras esperando así, que ellos se dieran prisa al intentar alcanzarme. Esperé apoyada en el coche de Fernando a que todos llegaran hasta mi.

-¿Cabemos todos? Lo dudo...- murmuró Erica.

-Erica vas en autobús, te voy avisando...- bromeó Fer.- Pues sí cabemos, lista.- le sacó la lengua.

Nos subimos al coche y pusimos marcha al hospital. Dediqué todo el viaje a mirar por la ventana hasta que sentí una mano en mi abultado vientre, miré al dueño que claramente era Fer que sonreía mirando al frente. Me acerqué a él y besé su mejilla, estaba totalmente agradecida por todo lo que hacía por mi y lo bien que se portaba conmigo a pesar de todo.

En cuanto llegamos esperamos en la sala de espera como es obvio hasta que me llamaron, todos entraron detrás de mi y la enfermera nos miró perpleja. Me pidieron que me tumbara sobre la camilla y que me levantará la camiseta por debajo del pecho. El ginecólogo me puso ese gel transparente y frío que hizo que me estremeciera, provocando la risa de los presentes.

-¿Estáis todos preparados?- preguntó el doctor.

- Alex la apuesta sigue en pie, espero que tengas el dinero preparado.- dijo Erica.

-Joder vaya dos... Con mi hijo no se apuesta.- murmuró Fer.

-O hija, aún no lo sabemos. Así que, ¿queréis dejar al doctor hacer su trabajo?- dije enfadada.

El ginecólogo colocó el transductor en mi vientre y lo deslizó por este, miré por el monitor y no distingui nada, agudice la vista pero nada.

-¿Qué es?¿Niña, niño, alíen?- preguntó Alex. Erica y él chocaron las manos como críos y rieron por su gracia.

-Alíen no es lo aseguro,- habló el doctor interrumpiendo la risa de los imbéciles.- Es...

Before sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora