—¡No! No compres nada. ¿Quieres no agobiarte, por favor?— murmuré mientras comía una galleta.
—No me agobio, solo soy previsora. Sólo quiero comprar un detallito al bebé y a la mami más guapa del mundo.— habló Vanessa con extrema felicidad al otro lado del teléfono.
—No digas mierdas. No sabemos si es una niña o un niño o un jodido alíen, no compres nada. Alex está en el sofá viendo la tele, esperándote. ¿Vienes ya o qué?— caminé hacia la puerta de la cocina y me apoyé en el marco.— Creo que se está quedando dormido, no serás tan cruel de dejar a tu novio dormir en un sofá.
—Ya voy, no me entretengas.— abrí la boca sorprendida.— Entabla una conversación con él, no tardaré nada.— colgó.
Suspiré mirando la pantalla del movil, no tenía ninguna notificación. Caminé hacia el sofá y me senté al otro lado de donde se encontraba el novio de la rubia.
—Dice que no tardará en venir, miente. Así que te daré conversación.¿Has hablado con Fer? — pregunté al chico que me miraba extrañado.
No sabía nada de él desde hace días, no le he hablado por miedo a agobiarle. Estaba claro que necesitaba asimilarlo, es normal. Un hijo no es algo que ocurra todos los días.
—No, no hemos hablado. Intenté hablar con él pero me dijo que estaba ocupado. ¿Por?
—Es que tenemos que hablar sobre un tema importante, se toma demasiado tiempo para reflexionar...
—Suele comerse mucho la cabeza.— asentí, eso parecía.— ¿ Y de qué tenéis que hablar? Si no te importa decírmelo...
Lo miré por varios segundos, al fin y al cabo, se iba a enterar tarde o temprano.
—Tu amigo será padre, aunque no es del todo seguro que sea de él...
**
— Se encuentra mucho mejor, le he dado una pastilla y se ha quedado dormido. Anda que ya te vale, no podías decírselo con delicadeza.
— Lo hice, juro que lo hice. Es muy sensible, definitivamente lo es.— asenti repetidas veces aunque no me viera.— ¿ Vas a quedarte todo el día con él?— puse una mano en mi vientre, ahora, solía hacerlo un montón. Se había convertido en una costumbre.
— Sí, creo que iré mañana, prefiero quedarme con él.
—Vanessa... solo se ha mareado, no es para tanto.
—Claro, tu lo demuestras todas las mañanas. A tu parecer se va acabar el mundo por un mareo de los tuyos. Te dejo ya, adiós. Te quiero.
— Yo también, adiós.— colgué.
¿Y ahora que hacía?
Aún no había hablado con Javier, era hora de hacerlo. No podía esperar más, tenía que decírselo cuanto antes.
Miré la hora en el móvil. La una de la tarde, aún sigue en la universidad. Lo sé, no he ido. No es una escusa pero me encontraba muy mal como para ir. Lo mejor era descansar y reponerme... ¡No me juzguéis! Ya lo hace Vanessa por todas vosotras...
Cogi una chaqueta vaquera de mi habitación, metí las llaves en el bolsillo y cogí el móvil. Salí de casa segundos después. Bajé las escaleras trotando, en menos de cinco minutos estaba llegado a la universidad. Recorrí el parking en busca del coche de Javier, localicé su coche negro en el lugar de siempre. Caminé hasta este y en cuanto llegue me apoyé en él. Quedaba aún unos minutos para que saliera de clase, saqué el móvil y abrí WhatsApp. Deslice la pantalla hacia abajo buscando a Fernando, abrí la conversación y escribí:
" Hola, ¿cómo estás?"
Cerré la aplicación y me metí en Instagram, le di me gusta a unas fotos que ni miré, Javier había subido una foto. Observé la foto, estaba con una chica pelirroja abrazado, sonriendo. Sonreí con nostalgia, esa chica podía ser yo de no haberse complicado todo. Me quedé paralizada observando todos los detalles de la foto hasta que alguien carraspeó a mi lado. Levanté la cabeza y le miré. Los miré. Esa chica pelirroja tenía sus dedos enredados en los de él.
— ¿P-po-podemos hablar? Es importante...— susurré con la voz muy débil y en un tono muy bajo, con suerte me habrá escuchado.
Él me miraba con el ceño fruncido, la chica me miraba sonriente. Le sonreí de vuelta.
—Claro. Laura, entra en el coche ahora voy.— la chica asintió, se despidió de mi con un movimiento de mano que yo correspondi con una sonrisa y un asentimiento de cabeza. Ella entró en el coche y él habló:— ¿Qué pasa?
—Lo siento, lo siento un montón. Yo no quería que nada de esto pasara, lo juro. Perdóname, dime que lo harás.— me derrumbe, no dude en lanzarme a sus brazos y soltar incoherencias con lágrimas mojando mi rostro.
—N-no sé que debo perdonar. ¿Qué te pasa?¿ Estás bien? Kate, tranquila, por favor.— soltó rápidamente acariciando mi espalda, intentando tranquilizarme.— Para de llorar y dime qué pasa.— me sujetó de los hombros y me separó de él con lentitud.
— Yo no quería que nada de esto pasara, lo juro.— sollocé.— Estoy embarazada.— solté en cuanto cogí aire suficiente para soltarlo sin problemas. Iba a hablar pero le puse un dedo en los labios mandandolo a callar, aún no había acabado.— Lo que te voy a decir ahora, lo siento muchísimo más, de verdad. Pero tú me dejaste por una paranoia y me cabreé tanto que... No sé si tu eres el padre o lo es... o-otro chico.
—¿Qué?
—Lo siento, en serio. Perdóname, dime que lo harás, por favor.— lo abracé o lo intenté porque se hizo a un lado para impedirlo.
—¿De qué mierda vas? Te dije que no cambiarías, te dije que no lo harías. No me equivocaba...— murmuró perplejo.
—Lo siento.
—¡No!¡No sientas nada, joder!¡No lo sientas, no me mientas más!— gritó a pleno pulmón provocando que me asustara.
Lloré aún más viéndolo enfadado conmigo, caminaba de un lugar a otro murmurando algo que no podía oír por mis gimoteos. Me apoyé en el coche, me fijé en la chica pelirroja que había salido del coche y nos observaba a ambos, confundida.
—¡No vuelvas a acercarte a mi!¡No lo hagas!¡No te quiero en mi vida! ¡Me da igual que estés embarazada de mi o el primer gilipollas que se te haya cruzado por delante, no te quiero cerca!¡Fuera de mi puta vida, joder!— gritó, la gente me miraba con lástima. Me daba igual, ahora, lo único que quería era dejar de mirar al chico que más he querido y quiero con miedo como temiendo a que me hiciera daño.
—Javier entra al coche, ahora.— habló la chica con voz firme.— ¡Qué entres!— gritó cuando vio que no le hacía caso.
Me alejé del coche para dejarlo pasar. Me apoyé de espaldas a otro coche y lo observé, por última vez según sus duras palabras.
Ya no me quería con él...

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Before sex
RandomKatherine Johnson una chica con problemas para comunicarse de... una manera normal. No hay forma de que aprenda a comunicarse de otra manera... o sí. Siempre habrá alguien que podrá ayudarla, pero claro ella no es consciente de eso hasta que es dema...