Capítulo 6

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Capítulo editado.

Abrí los ojos alarmada. ¿Erica? No, eso es muy mala idea. Javier y Erica en la misma habitación. Erica y su fino vocabulario. Javier y su inocencia. Mala combinación, muy mala combinación. De esto no puede salir nada bueno.

—¿Para qué?

—Le apetecia venir, ya sabes que esta es como su segunda casa. Además, ha discutido con su madre.— la escuché mientras comía.

Su madre, bendita madre. Es un mujer extraordinaria, es la que más se preocupa por Erica y la que mejor la entiende. En lo que llevo de amiga de Erica he notado un vínculo especial con su madre, se lo cuenta todo pero en todos los vínculos especiales hay problemas. En cambio, su padre no pasa tiempo con su hija, viaja de un lugar a otro casi siempre, se supone que es para que a su familia no le falte de nada. De vez, en cuando el padre se lleva a su madre a esos viajes de negocios y es ahí cuando Erica hace esas espectaculares fiestas.

—Vamos que se queda a dormir.— limpié la comisura de mis labios con una servilleta con dibujos de princesas, Vanessa y sus gustos un tanto infantiles.

—Exacto. Quita tus cosas de la cama de su habitación.— dijo en tono autoritario. Vanessa cada vez se parecía más a mi madre, eso es preocupante, muy preocupante. Mi madre la ha poseído o algo así.

—No la entiendo... ¿Por qué no vive aquí?

—Dinero, si se va de casa, no tendrá dinero. Ya sabes que sus padres la quieren en casa hasta que termine la carrera. Y vale que seamos sus amigas pero yo ya tengo suficientes gastos.— abrí los ojos con exageración.

No, no, no. ¡Qué no venga! Yo no le pienso pagar nada, mis padres me dan dinero, exactamente 700€, demasiado poco para una chica que su principal actividad es follar, un chica que gasta mucho dinero en comprar cajas de preservativos. Vanessa y yo compartimos gastos y al final todo el dinero que tenía se queda en 200€, con el dinero de los preservativos descontados, claro.

—No me estoy enterando de nada.— murmuró Javier.

—Nada, son tonterías. ¿Qué haréis después de comer?— preguntó Vanessa curiosa.

—Ni idea, ya se nos ocurrirá algo. Por cierto, no me he enterado de nada sobre el método secuencial, sé que tiene que ver con el transversal y longitudinal pero...— hice una mueca, me costaba atender en clase. Era de ese tipo de personas que se distraía con facilidad. Recuerdo que mi madre creía que tenía déficit de atención, se quedó en eso, una creencia.

—Te lo explicaré.— sonreí, me encantaba que fuera tan bueno. Me encantaba él en general.

—Gracias. ¡Eres el mejor!— Al decir esto él se sonrojo, es adorable. Me encanta su timidez, su torpeza y su amabilidad. Nunca he conocido un chico así, es tan distinto, tan raro, tan especial.

—Voy a potar, sois jodidamente adorables.— Vanessa hizo una mueca de disgusto y luego, nos mostró una sonrisa tierna.

Sonó el timbre, Vanessa se levantó de la mesa con torpeza provocando que los vasos y platos se movieran levemente. Corrió hacia el telefonillo y abrió sin saber quien era. La fulmine con la mirada, un día nos atracan por su culpa.

—Erica, es rara e impulsiva. Es posible que te incomode, si lo llega a hacer hazme alguna señal y nos iremos a mi habitación.— se sonrojo, de nuevo. Sonreí, lo que menos quería era que se sintiera fuera de lugar o algo por el estilo. Me preocupaba por él, de verdad lo hacía.— A que me expliques esos métodos tan extraños...— aclaré al ver su cara. Suspiró aliviado.

Dos toques en la puerta después y Vanessa y Erica se estaban abrazando.

—Hola cariños, tengo mucha hambre. Vane, amor, me das algo de esa comida tan rica que preparas. Procuraré no discutir con mi madre cuando Kate cocine.— Vanessa rió y salió despavorida a la cocina. Erica se giró hacia mi.— Hola cielo, ¿Y él es?

Before sexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora