Hyunjin sorprendió a todos cuando a su corta edad de trece años resultó ser un beta. Sus padres esperaban que el delicado rubio se presentara como omega, más no fue así y ahora, el único hijo de los Hwang llevaba una vida tranquila como un humano co...
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Christopher no iba a negar que sintió su corazón ser atravesado por mil agujas cuando fue rechazado por el omega, sin embargo, no iba ni tendría porqué enojarse con éste, ya que si se ponía a pensar, Hyunjin nunca le había dado indicios de sentirse atraído hacía él, aunque eso no evitara que su corazón se acelerara por estar caminando junto al omega. Son sentimientos que el alfa debería aprender a reprimir y con el tiempo a vivir con ellos, al menos hasta que pueda ver a Jinnie como solo un amigo.
Christopher insistió en acompañar a Hyunjin hasta su casa, después de todo no dejaría que se fuera solo, y si bien al principio fue incómodo, Bang se las ingenio para establecer una charla con él menor y tratar de romper un poco la tensión que había entre ellos. Luego de un rato de mantener conversaciones triviales, Chan empezó a preguntarle a Hyunjin sobre su destinado, aunque eso hiciese que su corazón se comprima dentro de su pecho y su lobo aulle de tristeza.
Este no era nada más ni nada menos que Yang Jeongin, el hermano menor de Changbin, ¿que sorpresa verdad? Aunque el fornido alfa nunca comentó nada de Jeongin cuando Chris se mostró interesado en Hyunjin.
Al principio, Hyunjin respondía con simples monosílabos a lo que el alfa preguntaba, pero luego empezó a abrirse más hasta que terminó por confesarle que el menor de los hermanos Yang era el alfa que se había ganado su corazón.
—Entonces...¿el ya sabe que ustedes dos son destinados?—el alfa posó su mirada en Hyunjin, quien ante esa pregunta mordió levemente su labio inferior.
—Realmente no sé con certeza si él sabe. Quiero decir, asumo que si, no es algo que hayamos hablado, pero sé que es él porque mi omega me lo dice. Supongo que así como mi omega me lo dijo, su parte lobuna se lo habrá hecho saber a él también.
—Y, ¿qué se siente?
—¿Encontrar a tu destinado?
Chan asintió.
—Creo que desde el inicio ambos lo supimos, y yo sé que él lo sabe aunque no me lo haya dicho. No es una sensación en específico, son demasiadas, tantas que llevan a abrumarte.
Chan lo miró invitandolo a seguir hablando.
—Al principio no sabes con exactitud que es, te sientes seguro al estar con él, tu lobo aulla de felicidad pidiendo con desespero quedarte por siempre a su lado. Al sentir su aroma me dan ganas de embriagarme en él, de hundir mi cabeza en su cuello para tener más de aquel delicioso olor del cual puedo jurar nunca me cansaría, mi omega ronronea y se pone dócil, bajamos todas nuestras defensas, confiamos plenamente en Jeongin, ya que sabe que es nuestra pareja destinada. Sientes como si lo conocieras de toda tu vida, incluso de otras vidas, como la clásica sensación de ¿hogar? De pertenecer, y no me refiero a pertenecerle a alguien, si no que encontraste tu lugar seguro en el mundo.
»Jeongin es quien le da calidez a mi corazón y trae calma a mi alma, como si fuera mi carga de adrenalina pero a la vez una inyección de dopamina, hace que todo mi ser vibre y se sienta vivo pero de una manera que nunca antes había sentido. Es sentir todo y a la vez no sentir nada, porque de repente todo se para, y solo estamos él y yo.
