Capítulo 18

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Jeongin sintió como la ola de calor se expandia más y más con el correr del tiempo, para el momento en el que entró en el supermercado su aroma ya estaba bastante intenso debido a la cercanía de su celo, y pudo sentir inmediatamente las miradas so...

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Jeongin sintió como la ola de calor se expandia más y más con el correr del tiempo, para el momento en el que entró en el supermercado su aroma ya estaba bastante intenso debido a la cercanía de su celo, y pudo sentir inmediatamente las miradas sobre él. Algunas de alfas furiosos, quienes enseguida arrimaban a su pareja hacía ellos liberando un pequeño gruñido intentando marcar territorio, como así también de omegas que se lo comían con la mirada sin prudencia alguna, liberando más de sus feromonas para lograr captar la atención del pelinegro.

De más estaba decir que Jeongin se sentía asqueado por todo esto, primero, porque él continuaba teniendo 17 años, y algunos y algunas omegas que se le estaban insinuando superaban por mucho su edad. Y por otro lado, porque el pelinegro no era fan de tener un olfato tan desarrollado como lo tenían los alfas, odiaba cuando en el aire se mezclaban aromas de todo tipo y lo golpeaban como justo ahora, haciendo gruñir a su lobo interno que solo quería y necesitaba el aroma del rubio que esperaba en la casa.

Ya vamos, tranquilo se dijo Jeongin a sí mismo intentando calmar a su alfa que lloriqueaba en su interior. Después de mucho había podido estar cerca de su omega de nuevo y lo que menos quería era volver a alejarse.

Jeongin caminó rápidamente al pasillo donde los supresores se encontraban, tomando una caja para él y otra con los respectivos de omega. También agarró unos cuantos chocolates para mimar al rubio y como una manera de disculparse por haberlo dejado solo y, por todo, básicamente. Jeongin ya estaba armando en su cabeza la disculpa y las palabras que diría, hasta que una omega se cruzó en su camino haciendo que se le cayeran un par de chocolates.

—Lo siento, no te vi.—Se disculpó rápidamente Jeongin antes de acercarse al suelo a recoger sus cosas.

—Esta bien, supongo que yo también ando algo distraída.

Jeongin le sonrió amablemente antes de seguir su camino a la caja luego de haber recogido los chocolates, pero tan rápido como empezó a caminar sintió como la omega se aferraba a su antebrazo con fuerza, deteniendolo.

—¿A dónde vas tan apurado, alfa? ¿No crees que podriamos divertirnos juntos?—La omega le sonreía seductoramente, y aunque no lo hubiera hecho, sus feromonas de excitación la delataban.

El alfa de Jeongin se asqueó ante el contacto con aquella mujer que no era su lindo Hyunjin, rechazandola y haciendo que Jeongin se libre fuertemente de su agarre.

—No vuelvas a tocarme.

—Mhm así que eres de los que le gustan el control...creo que podré con eso.

La mujer nuevamente atinó a acercarse al menor, tan rápido como se acercó un gutural gruñido salió por la garganta del pelinegro.

—No eres mi omega, no quiero que te acerques.-tanto Jeongin como su alfa empezaban a perder la paciencia por la insistencia de aquella chica.

Beta | JeongJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora