Capítulo 3

4.3K 558 59
                                    

Jeongin tiene 17 años, había demostrado ser un alfa a la corta edad de 13, sorprendiendo incluso a sus padres, con esa revelación, ya que se esperaban que el menor sea un tierno omega

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jeongin tiene 17 años, había demostrado ser un alfa a la corta edad de 13, sorprendiendo incluso a sus padres, con esa revelación, ya que se esperaban que el menor sea un tierno omega. Éste era el hijo menor, así que no era de extrañar lo mimado (por de más) que era, no solo por parte de sus progenitores, sino también, por parte de su hermano mayor, Changbin.

Y al contrario de lo que su apariencia podía vender, Jeongin era un alfa con mucho carácter, y si bien la mayoría de las veces era un joven bastante agradable, bastaba con desafiarlo para que éste de a relucir su lado dominante y dejar bien en claro que él tomaría sus propias decisiones e incluso algunas ajenas, lo que a veces lograba colmar la paciencia de su hermano mayor ante la actitud caprichosa del menor.

Hacía dos días habían llegado a Seúl, al pelinegro no le sentó muy bien la noticia de tener que dejar toda su vida en Busan junto a sus amigos y familiares, pero no podía ir en contra de sus padres, y tampoco quería hacerlos sentir mal por lo que no dijo nada a pesar de estar disgustado con la repentina mudanza. Ésta se debía al trabajo de su padre, ya que había sido trasladado a la cede que se ubicaba en ésta ciudad.

El alfa ocupaba un puesto administrativo específicamente en la sección de contabilidad, controlando los ingresos y egresos de una de las empresas automovilísticas más grandes del país, así que si, la familia de Jeongin resultaba ser de una buena posición económica.

Como sus padres aún estaban ocupados ordenando las cosas de la mudanza y solucionando algunos problemas, como que algunos muebles aún no habían llegado, Jeongin decidió ahorrarles un problema más y se dirigió a la secundaria a la que asistiría a partir de ahora que (según google maps) quedaba cercana a su hogar, iría a preguntar si todo el papeleo de traslado e inscripción se había llevado con éxito.

Terminó de alistarse, se despidió de su madre dejando un suave beso en su mejilla y luego de su padre haciendo un choque de puños para dirigirse a la puerta de su ahora nuevo hogar. Cuando estaba apunto de girar de la perilla sintió que alguien colocaba su mano encima de esta, evitando así que el menor la gire, se limitó a rodar los ojos cuando reconoció el aroma a chocolate amargo del mayor.

—¿Qué quieres, Changbin?–dijo el menor con notable fastidio en su voz.

—Deja de estar tan a la defensiva, Jeongin.—el menor solo largo un bufido—Quería saber si te gustaría que te acompañe, ya sabes, ciudad nueva, no me gustaría que te pierdas por ahí.

—Ya no soy un cachorro...—Jeongin se sentía algo cansado de la actitud sobreprotectora de su hermano—Como sea, ¿tu no tienes que entregar también los papeles para la inscripción?

—Ya los envié por mail, siempre hay que estar un paso adelante, cachorro.—dijo el mayor a medida que una sonrisa soberbia se dibujaba en su rostro.

El menor solo rodó los ojos ante la actitud de su hermano, no podía negar que el mayor fuera muy inteligente y siempre tenía todo muy bien planeado, pero le gustaría borrar ese mapa perfecto de su mente a puños algunas veces.

Beta | JeongJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora