Hyunjin sorprendió a todos cuando a su corta edad de trece años resultó ser un beta. Sus padres esperaban que el delicado rubio se presentara como omega, más no fue así y ahora, el único hijo de los Hwang llevaba una vida tranquila como un humano co...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hyunjin abre los ojos y parpadea un par de veces para acostumbrar su visión a la luz que de repente empezaba a atravesar las cortinas de su habitación. La noche anterior había dormido muy poco dado que su cabeza iba de un pensamiento a otro, haciendo imposible para el, ahora omega, cerrar los ojos por al menos cinco horas seguidas, aún así, se levantó de su cama y agarró ropa cómoda para desayunar con sus padres antes de dirigirse al colegio.
Al sentarse en la mesa encuentra en el centro de ella una caja con pastillas. La sujetó entre sus manos para verla mejor, supresoresleyó.
—¿Qué es esto?, ¿ahora también tengo que tomarlos?
—En la mañana llamó Wonpil, tus laboratorios salieron bien, pero aún así, hasta que tu cuerpo se acostumbre, estarás liberando más feromonas de lo normal. Hasta que eso suceda tendrás que tomar supresores para controlar tu aroma.
Hyunjin no pudo evitar su cara de asco ante la disconformidad de su nuevo día a día, ya de por sí le molestaba tomar pastillas, ya que nunca aprendió a tomarlas bien, ahora debería hacerlo por tiempo indefinido hasta que su lobito deje de andar de puberto.
—Vamos Hyunjin, es solo una pastilla al día, de ser necesario, dos.
Hyunjin soltó un bufido ante el comentario de su madre, su vida estaba cambiando de la noche a la mañana y no sabía que tan cómodo se sentía con eso.
—No seas tan renegado, después de todo es por y para ti, créeme que lo agradecerás luego.—dijo su padre mientras le dejaba un beso en la mejilla a su esposa y luego se acercó al menor para dejarle un suave beso en la frente antes de salir de casa camino al trabajo.
Hyunjin se levantó de mala gana a prepararse un par de tostadas y un té para desayunar antes de irse, la omega lo abrazó y luego acuno el rostro de su hijo con sus manos.
—Entiendo lo difícil que es ésto para ti, un día despiertas y ves que todo lo que creíste que eras no es así, pero las cosas no son tan malas como lo hace ver esa gran cabeza tuya. Después de todo estás sano y nos tenemos los unos a los otros, tu padre y yo vamos a hacer todo lo que sea necesario para verte feliz.
Hyunjin solo asintió y luego le devolvió el abrazo a su madre, sabía que tenía razón y después de todo, la tenía a ella en su vida y eso lo hacía sentir menos frustrado con todo lo que estaba pasando. El menor se conocía para saber lo dramático que podía llegar a ser, y se lo estaba permitiendo porque después de todo, la situación lo ameritaba.
Luego de desayunar limpió todo para luego cambiarse, lavarse los dientes y salir de su casa rumbo al colegio, no sin antes despedirse de su madre, ésta lo obligó a que lleve con él la caja de supresores, solo por las dudas. La omega le sugirió quedarse en casa ya que el menor estaba largando muchas feromonas, seguramente el primer celo de Hyunjin estaba cerca, pero el rubio se negó a tener que modificar cosas en su rutina simplemente por su celo que ni siquiera sabía cuando llegaría. Aún así su madre se salió con la suya y le guardo la caja de éstos en la mochila.
