Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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–Puede que se pregunten que hace el equipo después de ganar el torneo, la respuesta: ¡Nachos de la victoria! –Aisha apuntó a nuestra mesa con su celular antes de subir la historia a Instagram.
–¿Ya puedo comer o le vas a sacar más fotos? –dijo Katie con una sonrisa sarcástica, Aisha la ignoró antes de volver a sacar su cámara mientras acercábamos nuestros vasos para brindar con limonada– Iban a ser tragos, pero rebotaron la identificación falsa de Hawk.
–Oye, no hables de eso. Mis padres te siguen.
–Perdón, señores Moskowitz. Como sea, hasta la próxima, sin piedad, bitches –Aisha finalmente guardó su celular y se sentó al lado de Katie.
–Si tu madre pregunta, no sabía nada de tu identificación falsa –susurra Olivia al de cresta azul.
–Claro, como si ella fuera a creer que te oculto algo.
La pelirroja rueda los ojos, pero con una sonrisa presente en su rostro.
–Me gustan las fiestas de triunfos –dice Demetri.
–Aunque no tienes nada que ver con la victoria –menciona Hawk antes de quitarle los nachos de entre sus dedos.
–Podría ser un festejo tardío, por nuestro triunfo en el torneo de programación, ¿Recuerdas? Demetri y Eli, hermanos binarios.
Las risas estallan en la mesa y Olivia no puede evitar imaginarlo con ternura, después de todo, aunque hubiera cambiado en apariencia, ella seguía convencida que en el fondo seguía siendo el mismo Eli de siempre.
–Ya deja la mierda de nerd –lo corta Hawk, provocando que su mejor amigo lo vea confundido por el ataque.
–¿Alguien puede recordarle a Miguel que se supone que esta es su celebración? –menciona Katie, mientras señala al latino que no deja de ver su celular a unos metros.
Hawk y Aisha son los encargados, pero regresan poco después sin haber logrado grandes resultados, los demás devoran su comida de todas formas, aunque Miguel no esté del mejor ánimo, Cobra Kai ganó esa noche y es suficiente para poner a todos de buen humor.
Aunque aquello solo dura ese fin de semana, el lunes en la tarde, cuando Hawk llega a la casa de Olivia, está más que confundido después de su entrenamiento.
–Sensei dijo que fuimos unos cobardes en el torneo, ahora no quiere que juguemos sucio.
–¿Pero esa no es la motivación de Cobra Kai? ¿Ganar como sea?
–¡Exacto! –el adolescente levanta su cabeza de golpe, pero pocos segundos después se vuelve a agachar, descansando sobre las piernas de la pelirroja–, siento que nos hizo creer en algo, para después cambiarlo y decir que estaba mal
La pelirroja se encoje de hombros sin saber bien que decir, pero de todas formas el chico sonríe, no necesita que le dé respuestas, pero le gusta sentirse escuchado, le da un beso corto antes de mirarla a los ojos.
