Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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A pesar del innegable cariño que Olivia sentía por Miguel, lo cierto es que la adolescente apenas había pasado tiempo con él desde que ambos tomaron caminos distintos al elegir dojos. Ante la incertidumbre de su estado de salud, la pelirroja no podía evitar temer por lo peor.
Si bien los organizadores le habían otorgado un plazo de 30 minutos al latino para que se recuperara, el evento no se había suspendido. La pelirroja deseaba ir a la enfermería a verificar el bienestar de su amigo, pero no podía sino quedarse a presenciar la pelea de Demetri con Robby con el objetivo de apoyar a su equipo. Sin embargo, la situación no pintaba tan bien.
–Keene va liderando uno a cero. Él y Demetri Alexopoulos luchan por pasar a la final.
El más alto y el de gui negro se rodeaban rápidamente, lanzando patadas y esquivándolas por igual. Sin embargo, antes de que Demetri llegara a posicionarse nuevamente, Robby conectó un puño a su torso.
–Punto, Keene. Puntaje, dos a cero, vayan con sus senséis.
El de cabello negro trotó adolorido hasta Daniel, el mayor no parecía desalentado por la ventaja del adversario, pero lo mismo no podía decirse del adolescente.
–Si no podía ganarle cuando estaba en el lado luminoso de la fuerza, ahora que es todo un Sith, soy un Jedi indefenso a punto de ser masacrado.
–Bueno, pero tú eres más alto, tienes el terreno elevado –contestó Eli, tratando de motivar a su mejor amigo–, con esa ventaja Obi-Wan venció a Anakin.
–Nerd –bromeó Olivia mirando a su novio, pero este solo la miró divertido.
Tras unas recomendaciones más de su sensei, Demetri regresó a la colchoneta. El cambió fue notorio, no solo el de cabello negro podía seguir el ritmo del estudiante de Cobra Kai, sino que al fin tenía oportunidades de atacar. A pesar de ello, Robby fue superior, logrando tumbar al más alto y patear su pecho, obteniendo así el tercer punto que sellaba su victoria.
–Ganador –declaró el árbitro.
En el siguiente combate Tory no solo venció a su oponente, sino que acabó con ella con un tres a cero aplastante. Si quería ganarle al fin a la rubia, tendría que ganarse también su camino a la final. Sin embargo, no la tenía tan fácil, tal como le había pasado a Cobra Kai en cuartos, por azares del destino, Liv tendría que enfrentarse a alguien de su mismo dojo y no era cualquier persona.
–Al menos es seguro que una de ustedes llegará a la final –mencionó Demetri tratando de ser optimista, pero siendo ignorado por todos a su alrededor.
–Den lo mejor, ustedes pueden –intervino Daniel, tratando de ser imparcial, aunque sus ojos lo delatan al posarse mayoritariamente en su hija.
Olivia y Samantha se posicionan en la colchoneta mientras obedecen a las venias indicadas por el árbitro. Unos meses atrás este enfrentamiento hubiera involucrado una clara hostilidad, pero ahora solo existía un aura de respeto mutuo.
