Capítulo 33

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Olivia no mantuvo grandes expectativas sobre una posible mejoría en la relación con su madre después de lo que vivieron y el tiempo le probó que estaba en lo correcto, Astrid Haydes había pasado las semanas siguientes al incidente llorando y toman...

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Olivia no mantuvo grandes expectativas sobre una posible mejoría en la relación con su madre después de lo que vivieron y el tiempo le probó que estaba en lo correcto, Astrid Haydes había pasado las semanas siguientes al incidente llorando y tomando todo el alcohol que encontrara en su camino, lo suficientemente inteligente para falsificar un descanso médico y no asistir por días a su trabajo. A pesar de que eran las dos únicas personas que vivían en su casa, ambas se evitaban lo suficiente para no tener que verse regularmente.

Sin embargo, no todo era malo, a pesar de lo molestas que eran las muletas y que, cada cierto rato, notaba a algún estudiante en los pasillos murmurando sobre su nueva cicatriz en el hombro, existían beneficios de estar lesionada. No solo los profesores eran más considerados y le encargaban menos deberes, sino que disfrutaba particularmente de la atención y cariño que Eli le dedicaba cada día.

La pelirroja había intentado resistir todos esos meses anteriores lo mucho que quería estar a su lado, pero ello ahora estaba en el pasado, al fin volvían a estar juntos. No se negaba más a sí misma la cercanía que tanto anhelaba, aprovechando cada momento posible para tomarlo de la mano, besarlo o abrazarlo por la espalda. Poco le importaba las opiniones de los demás o que Tory soliera describirlos como asquerosos.

A pesar de ello, Olivia se sintió mucho más feliz cuando al fin pudo abandonar sus muletas. Especialmente, cuando recibió grandes noticias sobre uno de sus mejores amigos.

–¡Miguel! –saludó la pelirroja apenas lo vio ingresar a la escuela, inmediatamente envolviéndolo en un abrazo, una sonrisa gigante adornaba su rostro.

–Hey, Liv, es bueno verte –respondió el latino–, ¿ya no más muletas?

Olivia negó rápidamente con su cabeza, a punto de comentarle sobre las últimas indicaciones de la doctora hasta que sintió una mano en su cintura.

–¡El serpiente!

La pelirroja observó contenta cómo Miguel y Hawk se saludaban, el de piel morena finalmente se fijó en la cercanía de sus dos amigos.

–¿Regresaron? –consultó confundido, lo último que había sabido de su relación era que Hawk seguía en su travesía de reconquistarla.

–Por supuesto –dijo el de cresta con una sonrisa presumida.

–Por ahora, está a prueba –bromeó la pelirroja, cuando su novio la miró preocupado, Olivia le dedicó un guiño.

–Entonces, ¿te dieron piernas biónicas? –preguntó Hawk al de ojos marrones.

–No, las mismas piernas humanas aburridas.

–¿Sí? ¿Puedes patear? Debes defender tu título –bromeó el de cresta haciendo un amago de lanzar un puño–, tienes de derrotarme primero.

–No lo escuches, está buscando un nuevo oponente porque no puede vencerme en el dojo –mencionó la adolescente con sorna, el rostro de Eli se transformó en un gran gesto de indignación.

𝕹𝖔𝖙 𝖆𝖓 𝖔𝖕𝖙𝖎𝖔𝖓 - 𝑯𝒂𝒘𝒌 /𝑪𝒐𝒃𝒓𝒂 𝑲𝒂𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora