𝕹𝖔𝖙 𝖆𝖓 𝖔𝖕𝖙𝖎𝖔𝖓 - 𝑯𝒂𝒘𝒌 /𝑪𝒐𝒃𝒓𝒂 𝑲𝒂𝒊

Capítulo 5

La adolescente ingresó al departamento desconocido con curiosidad, dejando que el peso muerto de su madre se apoyara en ella mientras cruzaba el umbral. Robby, en una situación similar, la guió hasta un cuarto con una cama amplia donde pudieron colocar a ambas mujeres.

No había costado mucho trabajo convencer a Olivia que tomar un taxi desconocido, de madrugada y con su madre inconsciente hasta el otro lado de la ciudad era peligroso, especialmente cuando Olivia despertaba cada mañana escuchando noticias terribles en los medios.

–¿Quieres algo para beber? –la pelirroja se sentó en su sofá, lista para responder, cuando notó lo que había sobre la mesa, el muchacho siguió su mirada y se apresuró a guardar todo.

–¿Tus padres te permiten fumar hierba en casa?

–La mayoría es de mis amigos –murmuró incómodo–, a mi mamá no le molesta y mi papá es un imbécil.

–No creo que pueda ser peor que el mío –contestó Olivia, sonriéndole amigablemente.

–¿Quieres apostar? –preguntó Robby divertido, la incomodidad había abandonado el ambiente tan rápido como había llegado–, mi papá es un perdedor, nunca le he interesado, ni siquiera estuvo en el parto.

–Hmm... Creo que es un oponente respetable, pero mi padre se esforzó bastante –el ojiverde se sienta frente a ella, su atención completa en sus palabras–. Sé que se llama Henry y es pelirrojo como yo, estafó a mi mamá con un préstamo y desapareció apenas se enteró del embarazo. Regresó tres años después, ella lo perdonó, pero volvió a desaparecer cuando no halló nada de valor.

–Qué desagradable –murmuró él, observando con cuidado a Olivia, temeroso de que empezara a llorar, pero ella solo lo miró entretenida.

–Bueno, sobre la apuesta que mencionaste, exijo comida como mi recompensa.

–A la orden –mencionó él, dirigiéndose a la cocina–. Así que, padres ausentes y madres alcohólicas, dime que no haces skate o te estarás robando por completo mi personalidad.

–Mi mamá no es alcohólica –ante la mirada de incredulidad de él, suspira–, solo permite que la hieran con regularidad y a veces recurre al alcohol como un refugio. Sobre lo segundo, prefiero patines.

El castaño asiente, mientras termina con su mejor intento de tortilla. Ambos adolescentes se sientan juntos y hablan de sus vidas, agradándose más de lo esperado.

–Deberías descansar un poco, mañana tienes clases, puedes dormir en mi cama –la muchacha asiente, siguiéndolo por el corredor.

–Deberías volver a estudiar–él no le hace mucho caso, entregándole ropa para dormir–, y quizás podrías hablar con tu papá.

–Quizás –coincide, mirándola brevemente a los ojos, sonríe levemente–, descansa, Liv.

La mañana siguiente todo ocurre demasiado de prisa, Olivia y su madre se despiden rápidamente de Robby adormilado al ver la hora. La mayor se arregla como puede y toma un taxi a su trabajo, la adolescente hace lo propio para llegar a su casa, cambiarse y asistir a la última clase del día.

–¿Dónde estabas? –pregunta Miguel al ver el estado en el que ingresa a la cafetería, Olivia se sienta al lado de Eli, sonriéndole a modo de saludo

–Larga historia.

La subdirectora aparece, con micrófono en mano, interrumpiendo todas las conversaciones que se desarrollaban en la cafetería, la mayoría saca sus celulares, anticipándose al aburrimiento que se avecinaba.

–El ciberacoso no es gracioso, enviar un mensaje cruel a alguien en línea es tan hiriente como decírselo en la cara. No diré nombres, pero el otro día, una madre me llamó porque su hijo lloraba luego de que unos chicos se burlaron de su deformidad facial en línea.

Olivia queda perpleja ante la falta de tacto, los cuchicheos se expanden inmediatamente, todos observan al chico a su lado, risitas los acompañan y este intenta cubrir como puede su labio. Toma su mano debajo de la mesa, sus dedos se entrelazan naturalmente, levanta la mirada y lo mira fijamente.

–No les hagas caso, son unos idiotas.

El castaño claro asiente, perdido en la sensación de estar tocándola, se relaja cuando después de unos momentos ella no se aleja, sus manos permanecen unidas y fuera de la vista de todos.

–Pero hoy, nuestra meta es convertir esta escuela en un lugar seguro para todos– continúa la subdirectora, poco a poco los demás estudiantes dejan de mirar a su amigo.

–Sabes, si estás harto del bullying, mi dojo busca reclutas –comenta Miguel.

–Sí claro, Eli, ¿escuchaste? Con un poco de karate, vas a dar palizas.

Miguel y Demetri discuten un poco sobre si era mejor practicar karate o jugar Crucible Control, el último argumenta con suficiente insistencia y desanima al castaño. La maestra cambia la dirección de su discurso y se centra en que los disfraces de Halloween deben ser apropiados.

–Estoy segura que te va a gustar mi disfraz –menciona animada.

–¿De qué irás? –pregunta Eli, sacando de su mente cualquier pensamiento intrusivo, pero la pelirroja solo responde con una sonrisa.

La campana suena y todos los adolescentes se apresuran a salir de la cafetería en dirección a sus clases, Miguel y Demetri observan extrañados como sus amigos caminan agarrados de la mano hasta el aula de Literatura.

Disculpen por no haber actualizado estos últimos días, seguramente han visto lo que ha estado pasando en Perú, pero estaré subiendo capítulo súper pronto (¡Ya viene la fiesta de Halloween!) gracias por la paciencia <3