Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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Olivia se levantó de su asiento de inmediato, yendo a ayudar a Demetri, pero el chico desapareció en dirección al baño antes de que pudiera alcanzarlo. La pelirroja se empezó a incomodar por el interés constante de Max, así que aprovechó para enviarlo por bebidas antes de ir en busca del resto de sus amigos. Se tardó un poco en recorrer la casa, considerando que se sentía mareada, pero no pudo encontrar a Tory, Miguel o Katie.
De repente, una mano en su cintura la sorprendió.
–Así que aquí estabas –susurró Max mientras la guiaba a la pista de baile y le entregaba una nueva bebida que la chica rechazó.
La música envolvía el ambiente y la pelirroja no tuvo problema con seguir el ritmo, tomando distancia con el de ojos verdes, pero Max seguía intentando apegarse, Olivia frunció el ceño.
–Deja de tocarme –la chica gruñó, empujándolo con las manos y dando la vuelta para retirarse, pero el rubio la tomó de la muñeca.
–Hey, tranquila, te estás imaginando cosas, mejor toma otro trago.
Antes de que pudiera responderle como merecía, Hawk ya había tomado al otro de la camisa.
–Lárgate de aquí –dijo Hawk, jalando a Max fuera de la casa, a pesar de las protestas del otro.
La pelirroja deseó estar lo suficientemente sobria para patear al rubio y cerrar la puerta en su cara, pero después de tantos tragos y considerando que estaba usando un vestido, solo pudo hacer lo segundo. Una vez que Max había desaparecido, los demás dejaron de prestar atención, Olivia suspiró con cansancio antes de dirigirle una mirada a Hawk.
–Gracias.
El de cresta sonrió levemente al escuchar el tono sincero, dispuesto a ofrecerle un vaso de agua, cuando un sonido lo interrumpió.
–Disculpen, me gustaría hacer un brindis por Eli Moskowitz –la voz de Demetri sonaba amplificada por el micrófono, la sonrisa de Hawk se desvaneció–. Oh, disculpen, algunos de ustedes lo conocen como Hawk, pero debajo de todo ese disfraz de payaso loco y toda la tintura que usa en el cabello sigue siendo mi buen amigo Eli. Mi hermano binario. Bueno, era mi hermano binario, ¿saben lo que es ahora? Un cero total.
–Bien, suficiente, Demetri –dijo Hawk, Olivia pudo notar cómo sus manos se tensaron en puños inconscientemente.
–No dejen que ese peinado los engañe, es un completo llorón, vimos las películas de Harry Potter juntos, lloró como un bebé cuando Dobby murió.
Las risas estallaron y Liv miró a todos confundida ¿Qué clase de persona sin alma no lloraba con la muerte del elfo doméstico?
–Si no se calla, yo lo callaré.
–Recuerda lo que dijo el sensei sobre mostrar piedad –aconsejó Mitch, el de cabello puntiagudo se contuvo.
–En palabras de Steve Jobs, el héroe de Eli, tengo una cosa más. ¿Alguno de ustedes sabe qué es la enuresis del sueño?
