Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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Olivia no pudo ocultar su alivio desde que la noticia que Miguel había despertado llegó a sus oídos, la culpa constante que sentía desde la pelea en la escuela se había vuelto más tolerable, aunque se mantenía presente. Su primer instinto había sido ir a visitar a su amigo y pedirle disculpas por haber ayudado a que iniciara el conflicto; sin embargo, no se tenían permitidas las visitas para personas ajenas a su familia hasta que culminaran las evaluaciones físicas.
Eso la llevaba a la situación actual, llevaba aproximadamente media hora esperando que Demetri eligiera el tomo de X Men perfecto para regalarle a Miguel. La adolescente quería al pelinegro, pero empezaba a perder la paciencia al escucharlo debatir consigo mismo por enésima vez mientras ella sostenía la caja de bombones con relleno de menta que había comprado en la tienda de al lado junto a una tarjeta de "¡Mejórate pronto!".
–Creo que este es el elegido –decidió al fin, sosteniendo un ejemplar de Uncanny X Men 135–, tendré que avisarle a Carmen que el plástico no resiste rayos UV, sería una tragedia si lo deja cerca a la ventana.
–Ajá, una terrible tragedia.
–No seas sarcástica, ese es mi trabajo –comentó él fijando su mirada en la pelirroja–, así que... ¿decidiste volver a Cobra Kai?
La adolescente se puso seria de repente, dedicando toda su atención a su amigo.
–No, en realidad intenté convencer a Johnny de que volviera a enseñarme –la reacción de Demetri no se hizo esperar, la miró con la boca abierta un segundo antes de continuar con su interrogatorio.
–¿Y? ¿Cómo te fue? Bueno, esa pregunta es estúpida, obviamente te rechazó, sino no estarías conmigo a estas horas.
Olivia ni siquiera se ofendió, después de un año de conocerlo, esto no era nada.
–Touché.
–¿Y qué piensas hacer ahora?
–No tengo ni idea –comentó la de pelo largo con un suspiro–, por un lado, no quiero dejar el karate y casi todos mis amigos están en Cobra Kai, pero tampoco me apetece vivir nuevamente la influencia negativa de Kreese.
–Sabes que siempre hay otra opción, ¿cierto? –la pelirroja lo miró confundida.
–Me niego a unirme a cualquiera de los otros dojos insignificantes que hay en el valle.
–Me refería a Miyagi Do.
Olivia soltó una risa antes de rodar los ojos.
–Prefiero cualquiera de los otros dojos basura –antes de que su amigo pudiera intervenir, continuó– sin ofender, Demetri, pero todo eso de "Solo defensa" es la antítesis de todo lo que creo. Además, entrenar con Samantha LaRusso es una pesadilla por sí sola.
–Solo digo que mantengas tus opciones abiertas, Miyagi Do me ayudó y creo que también te puede ayudar a ti.
–Eres consciente que tu dojo está cerrado, ¿cierto?
