Capítulo 47

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Olivia no podía dejar de pensar en el All Valley, las formas en las que pudo bloquear el golpe de Tory o estrategias con las que quizás habría asegurado la victoria antes

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Olivia no podía dejar de pensar en el All Valley, las formas en las que pudo bloquear el golpe de Tory o estrategias con las que quizás habría asegurado la victoria antes. Era una completa pesadilla. La pelirroja se sentía débil y vacía, después del torneo, había tardado dos días en siquiera poder comer y más de una semana en salir de su habitación.

Era una sensación extraña, el que nada te motivara. Olivia solo había llorado el primer día por su derrota, pero había sentido que algo dentro de ella permanecía roto desde entonces. Era injusto el alarmar a los que la querían de esa forma, la adolescente lo sabía, pero de todas maneras era incapaz de reunir las fuerzas suficientes para dejar atrás ese intenso estado de apatía.

Primero, había perdido el All Valley y condenado a la extinción de su dojo. Y ahora, no podía siquiera contestar los mensajes preocupados de sus amigos.

Para ser sinceros, su madre había intentado ser comprensiva. No se había opuesto a que cancelara todas sus citas con su psicóloga, había sido convincente en sus excusas cuando sus amigos habían ido a visitarla, hasta había tratado de animarla con sus comidas favoritas.

Sin embargo, incluso Astrid Haydes tenía sus límites y, tras descubrir que la amabilidad y permisividad no traía buenos resultados, abandonó por completo esa estrategia. Y, ese sábado, sin previo aviso, le permitió la entrada a Eli.

Cuando Olivia escuchó los toquecitos en la puerta de su habitación, se revolvió entre las sábanas de su cama.

—Mamá, ya te he dicho que bajaré más tarde.

—¿Liv?

La pelirroja se irguió de inmediato en su cama al escuchar la voz de Eli, sorprendida. Con prisa, se levantó, escondiendo la ropa tirada en el suelo debajo de la cama y recogiendo los libros del camino.

—¡Un segundo! —gritó, mientras terminaba de hacerse una coleta que disimulara su cabello despeinado.

Tras unos segundos, abrió la puerta, siendo perfectamente consciente de que aún vestía pijama cuando eran casi las 4 de la tarde.

—Hey... —dijo Olivia, avergonzada.

Sin embargo, antes de que pudiera expresar alguna excusa sobre por qué apenas había respondido sus mensajes desde el torneo, el de ojos azules ya la había envuelto entre sus brazos.

—Te extrañé.

La pelirroja se permitió relajarse en su abrazo, sosteniéndolo con fuerza. Incluso cuando al fin se separaron, Eli no pareció siquiera notar siquiera sus esfuerzos en arreglar su habitación, pues era incapaz de separar su mirada de ella.

—Lo siento mucho, debí haberte llamado —se disculpó la muchacha mientras ambos tomaban asiento en su cama.

Eli negó con la cabeza antes de tomarla de la mano.

𝕹𝖔𝖙 𝖆𝖓 𝖔𝖕𝖙𝖎𝖔𝖓 - 𝑯𝒂𝒘𝒌 /𝑪𝒐𝒃𝒓𝒂 𝑲𝒂𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora