Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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Olivia nunca había sabía sentido mucho apego por su hogar, o al menos no recordaba sentirlo en muchos años, ya fuera la familiar figura inconsciente de su madre rodeada de botellas de alcohol cada que regresaba de clases o el silencio constante cuando la última sí iba a trabajar. Sin embargo, sin importar cuantos momentos de incomodidad había experimentado por años, nada se comparaba con la situación actual, nada se comparaba con tenerlo a él bajo el mismo techo.
La pelirroja recordaba vívidamente cómo hace algunos meses atrás había tenido una inofensiva competencia con Robby Keene sobre quién tenía al peor padre, ambos se habían reído de sus experiencias, ocultando entre sonrisas lo heridos que aún se sentían al ser decepcionados por quiénes, supuestamente, debían amarlos. Ahora la situación era distinta, Henry Haydes ya no era un trauma del pasado que intentaba olvidar, porque el mismo hombre que la había abandonado y estafado a su madre había regresado a sus vidas en el peor momento posible.
En la actualidad, el fracasado vendedor fingía amor por "su familia" e intentaba acostumbrarse a las labores parentales, lo que incluían fumar cigarrillos todo el día, esperar que le sirvieran las comidas y entrometerse en los asuntos de Olivia.
La pelirroja había intentado por años huir del pasado, pero ahora sentía que intentaba huir de su presente cuando no tenía a donde escapar.
Tory estaba en una situación incluso más complicada y, aunque adoraba a la rubia, cada vez que la veía solo podía recordar la pelea en la escuela y revivir la culpa de cómo ellas fueron las causantes de tanto daño; Katie estaba incluso más descartada, la que había sido su mejor amiga desde que tenía uso de razón se negaba a dirigirle una palabra y ni siquiera le abrió la puerta las veces que fue a pedirle perdón a su casa. Cuando Olivia se enteró que los padres de Aisha se habían mudado producto de la pelea dejó de insistir por completo con Katie, siendo perfectamente consciente que era la responsable de que su relación se hubiera terminado.
Con pocas opciones restantes, la pelirroja pasaba casi todo el tiempo en casa de Demetri o con Hawk. Sinceramente, era una situación menos que ideal, por más que quisiera a Demetri y su amistad hubiera sido reparada unos meses atrás, la compañía del pelinegro por largos periodos de tiempo era cansada. Por otro lado, Eli era su ex y, por si ello no fuera suficiente, no importaba los bonitos momentos que pasaran juntos, él siempre terminaba cada conversación intentando convencerla de regresar a Cobra Kai.
Por ello, no era extraño que dos semanas después de la pelea y con el regreso a clases después de su suspensión, Olivia estuviera un poco contenta con la nueva excusa para alejarse de su casa por largos periodos de tiempo.
La secundaria West Valley definitivamente había cambiado a su regreso, no solo había un nuevo personal de seguridad, sino que los estudiantes estaban forzados a pasar por detectores de metales, lo que no tenía ningún sentido, no necesitaban ningún arma para causar daño. De todas formas, la adolescente no mencionó ni una palabra cuando al fin le devolvieron su mochila y solo sonrió cuando distinguió a Hawk a unos metros, el de cresta le respondió con el mismo gesto cuando la vio acercándose.
