Olivia Haydes no tiene interés en enamorarse, sabe perfectamente las consecuencias de un corazón roto y, sinceramente, tras pasarse años consolando a su madre por relaciones fallidas, prefiere ahorrarse problemas. Además, no la pasa tan mal, tiene u...
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Olivia sintió alivio al notar que no había ningún coche aparcado, las luces de su casa estaban apagadas y rápidamente comprobó que estaba sola. El consejo de Robby seguía grabado en su mente, tenía que descubrir qué tramaba su padre. Sin perder el tiempo, la pelirroja se dirigió al cuarto de sus padres y revisó detenidamente los muebles y cajones sin éxito alguno.
Media hora después, la adolescente podía ver las similitudes entre la habitación y las consecuencias de los huracanes que transmitían en televisión, todo era un desastre y aún no había encontrado ni la más mínima pista. Sin embargo, continuó insistiendo hasta que, después de empujar con fuerza el ropero, vio caer un folder.
La pelirroja abrió el expediente con curiosidad, encontrando copias de los documentos de identidad de sus padres y distintos formatos de solicitudes completados, la adolescente intentó comprender el contenido de los documentos, pero el complicado lenguaje y los nervios de ser atrapada, le impedían concentrarse. A pesar de ello, supo de inmediato dónde podría conseguir las respuestas. Sin perder el tiempo, la adolescente decidió bajar las escaleras e ingresar a la oficina de su madre en el que su padre solía encerrarse.
Tal como esperaba, estaba cerrado con llave, pero ello no la detuvo. Su primer instinto fue tratar de forzar la cerradura con un clip como tanto se veía en las películas, para sorpresa de nadie, lo único que consiguió fue frustrarse. Olivia retrocedió algunos pasos antes de patear con fuerza el marco de la puerta, consiguiendo el deseado acceso al cuarto oscuro a costa de un naciente dolor en el tobillo.
La de cabello largo decidió no pensar en todo el desastre que dejaba a su paso ni en la hora y se aproximó rápidamente al escritorio y encendió con rapidez la laptop que reposaba en el mueble. Contrario a lo que esperaba, no pudo encontrar ningún archivo que la ayudara a comprender lo que había encontrado, cuando estaba a punto de continuar su búsqueda en los cajones del estudio, la portátil sonó con una nueva notificación.
Olivia ingresó al correo recién llegado y frunció el ceño al ver el contenido del mensaje.
LL. M. Dominic Millstone
Ya conseguí el número de partida registral, el notario nos espera mañana a las 8 am.
La pelirroja revisó la bandeja de entrada, encontrando más y más mensajes del mismo remitente. Con duda, colocó el nombre en el buscador y se levantó del asiento apenas aparecieron los primeros resultados. Dominic Millstone, abogado inmobiliario, socio mayoritario en Knoxville & Watkins.
Con un nuevo temor, revisó nuevamente el folder, notando la cantidad de veces que aparecía la dirección de su casa. Ese era el nuevo engaño de su padre, solo había regresado para quitarles su hogar. La pelirroja cogió su celular con manos temblorosas y tomó fotos a los mensajes rápidamente, eran la evidencia que necesitaba para convencer a su madre. Sin embargo, antes de que pudiera llamarla, escuchó su voz.
