"Consejos, mejores amigas y, ¡Dios, no ayudas!"

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Me abracé a mi misma luego de que una brisa helada chocara con mi cuerpo haciendo que me estremeciera. Quería volver a la casa, pero todos estaban conversando animadamente, y yo quería silencio para pensar en todo lo que había sucedido con Jayden. Aunque aun estando en el techo de la misma se escuchaba el murmullo de una conversación lejana.

No entendía realmente como aquellos ojos grises me atrapaban tanto, y aunque nunca había sentido algo por alguien sabía que con Jayden todo era diferente. Sabía que él de a poco se estaba metiendo bajo mi piel y claramente eso no me gustaba,  para nada. Pero más allá de eso, no podía hacer nada para impedirlo, porque también me gustaba lo que estaba sucediendo. Aunque también sentía una gran presión en mi pecho cada vez que estaba con él, cada vez que me besaba, cada vez que mi mente pensaba en él parte de mi se estremecía.

Una mano se poso en mi hombro por lo que un gritito broto de mi garganta, al girarme me encontré a Thom mirándome divertido.

-Bueno, por lo visto hay muchas cosas en esa pequeña cabecita… -Dijo golpeando dulcemente mi cabeza- ¿Se puede saber que sucede? –Pregunto.

-Nada –Conteste en un suspiro, este me miro alarmado.

-¿Quién es? –Pregunto Thom cuando estuvo a mi lado.

-¿Quién es quién? –Pregunte de regreso observándolo.

-El idiota que te tiene de esa manera… ¿Debo matarlo? –Pregunto y yo reí.

-No hay nadie… Solo es un juego, nada serio –Conteste mirando la nieve ya que me estaba sintiendo incomoda con mis propias palabras.

-Ashley, mírame –Pidió y yo algo de pudor lo hice- No juegues con el amor… Algo tan importante debe tomarse en serio –Rodee los ojos- No hagas eso, te estoy hablando con franqueza –Me regaño y examine sus grandes ojos azules- Ashley, el amor es demasiado, y ese demasiado, si no te cuidas, puede acabar contigo… Y eso no es para nada agradable.

-Thom, no necesito consejos, puedo cuidarme sola –Articule cada palabra lentamente.

-El amor es diferente, enana… Este no es un juego, porque si lo tomas como juego terminaras perdiendo más de lo que podrías ganar, ¿Entiendes? –Pregunto y mis ojos se llenaron de lágrimas, velozmente mire las casas a nuestro alrededor hasta que las lágrimas desaparecieron.

Abrí mi boca para hablar pero un sollozo se escapo de ella, alarmada me cubrí el rostro con mis manos encontrándome con que las lagrimas se habían derramado por mis mejillas. Segundos después sentí los brazos de mi hermano rodeándome.

-¿Qué te perturba? ¿Qué te engañe? –Pregunto y yo negué con la cabeza sintiéndome incapaz de pronunciar una palabra- ¿Entonces qué, pequeña?

Me encogí de hombros sintiéndome más pequeña de lo que era.

-No lo sé… Siento que me lastimara, siento que mi corazón se me está adelantando, que está sintiendo cosas que no debería de sentir por él –Otro sollozo se escapo de mis labios entreabiertos- Tengo… -Medite la palabra en mi cabeza sintiendo que era la indicada, pero aun así sentía que no debía pronunciarla.

-Miedo… -Se adelanto mi hermano- ¿Tienes miedo? –Preguntó y yo asentí, sus brazos se apretaron a mi alrededor- Es normal, Ash –Susurro y me aparto de él, cuando me tuvo en frente se agacho hasta estar a mi altura- Esta bien temerle al amor, está bien sentirse enojado con tu corazón… Pero no puedes pelear contra lo que sientes porque tarde o temprano te cansaras de luchar, y no es bueno que sea tarde -Meditó sus siguientes palabras- Amar puede doler a veces, pero ese dolor, vale la pena. Y cuando las cosas se ponen difíciles debes recordar, recordar lo que sentiste cuando estabas a su lado, recordar las veces en las que tu corazón se enloquece. –Sonrío- Todo sería más fácil si eligiéramos cuando y de quien enamoraros, pero no… Porque si eligiéramos, los recuerdos no serían necesarios, ni nuestros corazones latirían de esa manera. Y mucho menos importaría escuchar los latidos de la otra persona al estar contigo y notar que se aceleran, ni tampoco importaría que esa persona se alejara –Desvié mi mirada- ¿Por qué crees que te dolió cuando yo me marche? –Pregunto- Te dolió porque recordabas, y aunque no estamos hablando del mismo amor, sabes que cada vez que veías una fotografía de mí el corazón se te encogía… O al menos espero que sea así –Bromeo y yo reí- El amor, Ash… Siempre es difícil, siempre nos lastima, siempre rompe corazones, siempre duele… Pero todo eso no se compara ni un poco con las cosas buenas que hace. Porque como lastima también cura, porque como rompe también repara, y como duele también encanta, endurece y persevera… El amor existe para estar y no puedes impedirlo, nadie puede –Suspiro- Aunque nada de eso quita que quiera romperle la cara al idiota –Reí.

Guerra de Capitanes (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora