✔ Editado✔
Nota: Muchisimas gracias a Angela Poveda por el trailer.
***
Até mi cabello, solté una larga respiración y comencé a correr.
Soy Ashley Kaufman, tengo 17, vengo de Arizona y nos mudamos a Seattle porque mis padres querían, mi madre es médica clínica y mi padre es abogado, quisieron un gran cambio y... Aquí nos encontramos. Tengo una hermana, Raven, ella tiene 7 y es parecida a mí físicamente, psicológicamente la pequeña es una demente.
Tengo cabello castaño, ojos verdes y cuerpo normal sin atributo en especial, hago mucho ejercicio, pero no soy delgada... Como dije, normal.
Seattle es la novena ciudad a la cual nos mudamos. ¿Por qué? Porque a mis padres les gusta renovar el ambiente, además de que fui expulsada de algunas escuelas... Bien, fueron 27, tres en cada ciudad, pero quiero testificar que ninguna me gustaba y menos aún cuando me mandaron a terapia... Oye viejo, no estoy loca sólo que en todas siempre había alguien que me sacaba de quicio. Aunque no había sido mi decisión mudarnos, en realidad yo no quería, pero nadie va contra sus padres... Ellos ponen las reglas y tú las cumples, bueno, cuando se trataba de escuelas no.
Apenas había despertado mi madre había comenzado a gritar "A ordenar", "Ashley, a empacar", "Raven, suelta ese jarrón" y había decidido ir a ver los alrededores de nuestro nuevo "hogar". Y claro, como es lunes algo siempre debe salir mal; de repente me estrelle contra algo o más bien alguien y terminé en el césped. Sentí un sonido de queja y abrí mis ojos, a unos pasos de mi se encontraba un chico sobándose el brazo.
-¿Qué sucedió? –Gruñó y yo rodeé los ojos seguidamente me levanté y continué mi camino, pues no me apetecía lidiar con nadie.- ¡Hey, espera!
Comencé a escuchar sus pasos detrás de mí y aceleré mi marcha.
-¡Maldita sea, muñeca! ¡Espera!
ME ACABA DE DECIR MUÑECA... Hey tú, aprende halagos para el futuro.
Traté de correr aun más rápido pero estaba exhausta. Sentí unas manos en mis brazos que me halaron y caí sobre el cuerpo del chico.
-¡Que me dejes! –Al mirarlo esté me guiño el ojo, yo gruñí y me levanté.
Wow... Tranquila Ash, que con esta actitud nunca tendrás a alguien que te quiera... O te soporte.
Me volteé y comencé a caminar.
-¡Espera! –Lo miré mal y el chico pareció entender que se tenía que alejar o lo mataría.
¿Es que no entiende que no estoy de humor? ¿Quién rayos tiene buen humor a la mañana?
Cuando llegué a mi casa me volteé notando que ya no había nadie. Entré a mi casa y me chocaron una oleada de gritos.
-¡Por Dios, Ashley! –Gritó mi madre- ¡Debes estar en menos de una hora en el instituto! –Yo pasé de ella y seguí mi camino a la cocina- ¡Ashley!
Ignoré a todos mientras me servía un vaso de agua fría.
Genial... Salí para despejarme y volví con un humor el doble de malo. Gracias chico pesado, gracias.
-¡Relájate, amor! -Exclamó mi padre- Ella llegará a tiempo.
-¡Quiero chocolate!- Gritó Raven
¿Ahora se entiende por qué me quiero despejar? ¡Es una familia de locos!
Bufé y entré al baño para ducharme; me tomé mi tiempo, al menos en la ducha nadie me molestaría, es el momento sagrado de todos. Al salir me sequé y me puse lo primero que encontré; shorts, blusa y zapatillas.
ESTÁS LEYENDO
Guerra de Capitanes (Editando)
Teen Fiction-¿A qué te refieres con que quieres ser jugadora? Nena, te romperás las uñas -Oh, discúlpame bonito. A mi esas cosas no me interesan, solo quiero jugar -Perdóname, pero no. -¿Por qué? No digas algo como... Porque eres mujer -Lo siento, bonita. Es ex...