╔══•ᴅɪᴀᴍᴏɴᴅs•═╗ ╚══•✯²ᴘᴀʀᴛ✔✧•╝

28- Miles de preocupaciones.

Sentí una mano fría coger la mía y desperté, allí estaban con expresiónes de preocupación como si me fuese a morir, cosa que puede ocurrir.

Alcé la mirada y Edward me fulminó con ella, al leer mis pensamientos.

Han pasado semanas, Carlisle me interno en su consultorio por si acaso, mamá ya lo sabe y casi le da un infarto.

Cuando le llamé y le dije en menos de nada ya estaba aquí, y desde ese momento no se ha separado de mí, para nada.

No culpo a nadie ya que no sabíamos que esto podía ocurrir...

Y si no me fuese olvidado de la píldora, nada estuviese pasando, pero después de todo no me arrepiento.

Lo tengo en mi vientre ahora, es mío.

-Tienes que desayunar.- susurró apretando mi pálida mano.

Tenía intravenosas en mis brazos y de vez en cuando me ponían oxigeno, me hicieron un par de pruebas y encontraron que mi corazón estaba débil, eso quiere decir que puede fallarme en cualquier momento.

El oxígeno... Simplemente cuando me falta el aire.

Negué lentamente, no tenía hambre, solo tenía sueño.

Cuando explotó la bomba, es decir, cuando se dijo que estaba embarazada, a los días explotó mi barriga, ahora parece que tengo cinco meses de embarazo.

Cuando en realidad tengo menos, apenas un mes.

Crece con rapidez y eso me asusta, me asusta mucho.

Si crece así en mi vientre... ¿Crecerá así de rápido cuando Nazca?

Me aterra pensar en eso, pero bueno.

-Ten. - llegó Rosalie con un vaso lleno, con olor a dulce indescriptible, se hizo agua la boca y en menos de nada ya el vaso estaba vacío en mi mano.

Según carlisle cuando veo la sangre entró en trance, como si la que bebiera no fuese yo.

En pocas palabras el bebé, está ayudándome.

Cosa que agradezco mucho.

Pero Edward no lo ve así, Edward piensa que el engendro que tengo dentro está convirtiendome​ en un mounstro.

Si ver por la salud de mi bebé es malo pues díganme qué es lo bueno.

-Gracias. - susurré relamía do mis labios, al Probar la sangre sentía dentro de mí un alivio, como si me quitara mucho peso de encima, me sentía mejor.

Rosalíe acarició mi cabello, y sonrió.

Jasper asobó mis inchadas piernas, mientras susurar cosas inaudibles para oído humano.

Cerré mis ojos al acostarme y suspiré.

Hasta que llegó el momento y me derrumbe.

-Tengo miedo... - susurré con mis ojos lagrimosos. - Mucho, tengo mucho miedo... - Edward me abrazó levemente y escondió su rostro entre mi cuello, mientras yo lloraba sin poder hacer nada.

-Nosotros también... - susurró cerca de mi oído con un gemido lastimero.

Con mis manos Temblorosas acaricié su cabello cobrizo levemente mientras que Jasper me daba un beso en la mejilla cariñosamente.

El lobo le había avisado a su manada y ahora teníamos un problema, ellos pensaban que mi bebé es un ser maligno sediento de sangre.

Muchos piensan así pero se que no es un mounstro, no lo es.