23- Rosalinda.

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Abrí los ojos lentamente con miedo a escandilarme con la claridad.

Fruncí mi ceño y solté bostezo, miré mi puerta la cual es abrió, abrí mis ojos espantada.

—¿¡Pero que carajos!?— gritó mi mamá y yo trague grueso.

—Amm... Hola mamá. — murmuré inocentemente—

—¡Elizabeth Parker! ¡Tu habitación está destrozada! — gritó colérica.

—Si... Eso se puede arreglar. — murmuré cerrando poco a poco los ojos.

—Malditos, vampiros. Profanaron a mi niña.— solté una risotadas. —¡ No te rías, Elizabeth! — no pude evitarlo.

—Mamá, yo no era virgen, no lo soy desde los dieciséis. — dije y mi mamá se quitó la chancla para lanzarme la, reí y después se escuchó la puerta de mi habitación ser cerrada de un portazo.

Me senté en la cama observé mi alrededor y si, mi habitación está hecha un asco.

Me levanté con las pocas fuerzas que tenía, mi parte baja dolía bastante como cuando fue mi primera vez pero esta vez era un poco más fuerte.

Me dí una ducha, me puse alguna ropa holgada y bajé a la cocina.

Mamá tomaba una taza de café y me miró fulminante. Alejé mi mirada de allí y seguí con lo mío, la comida preparada por mamá era la mejor.

—Mira como te dejaron. — espetó mi mamá tomando mi mantón.

—Es fui yo, mordí muy... Fuerte. — murmuré.

—he de suponer que te gusta el sexo salvaje, si no es salvaje no se que es. — dijo mamá y tomó un sorbo de su café.

—Aja, algo así. — admití.

—Solo ten cuidado, ellos tiene mucha fuerza — suspiro — No puedo negarte el derecho de tener relaciones sexuales pero al menos ten cuidado. — asentí de acuerdo.

—Si mamá, lo tendré. — relamí mis labios, me ardió un poco pero es soportable.

—¿Mis primas no iban a venir?— Pregunté.

—Si pero ellas pensaban que estábamos en Chicago, no quieren venir a este pueblo, ya sabes cómo son... Se creen mucho ja. — vocifero mi madre en tono de reproche—

— Es lo mejor así no nos dan dolor de cabeza. — ella asintió de acuerdo.

En la boda de victoria, Edward y Jasper hablaron con mi madre, ¿de que? Ni idea.
Pero se la ganaron bastante bien

Terminé de comer le di las gracias a mamá por la comida, y me fui a mi desastroso cuarto.

—Lo sentimos. — habló Jasper desde el balcón de la ventana. — Tu habitación es un desastre. — asentí.

—¿Edward? — pregunté curiosa.

—A eso venía, — se acercó a mí mi acarició mi cabello y labios — Hoy habrá una tormenta, Alice quiere ir a jugar, ¿Quieres ir? Ya después resolveremos lo de tu habitación. — suspiré—

—Me quedaré un poco lejos, donde haya sobra. — el asintió y me tomó en brazos como un koala, le di un besito y después hundí mi rostro en su oloroso cuello.

Sentí como mis párpados pesaban, me quedé dormida, bueno no es como si me hubieran dejado dormir.

Cuando desperté no estaba en mi habitación, las sábanas eran blancas como si fuese una habitación de huéspedes.

╔══•ᴅɪᴀᴍᴏɴᴅs•═╗                               ╚══•✯²ᴘᴀʀᴛ✔✧•╝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora