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Los pares de libros que llevaba, eran demasiados pesados no cabían al completo en mis manos pequeñas, y sin hablar del horrible clima que había, lo único que quería era regresar a mi casa y acurrucarme entre las sabanas hasta el día siguiente.
Pero eso ahora no se podía, estos últimos días eran cruciales para mí y mi vida futura, si aprobaba el examen podría graduarme y ser aceptada en aquella universidad que tanto quería, después de todo obtener esa beca esperaba que no fuese tan difícil, aunque no era la única que había postulado para esa beca en aquella universidad caza talentos, lo que me frustaba a sobre manera.
Mis anteojos se movían cada vez que caminaba y me dificultaba la vista, lo que hacia el camino mas agotador, y frustroso.
Los estudiantes se movían revoltosa-mente por los pasillos, algo realmente molesto ya que con cada empujón se iba del camino, estaban bastante apretujados, y siquiera miraban a ver a quien habían golpeado.
Solte un bufido molesto, y trate de seguir mi camino, después de todo las clases habían terminado y los estudiantes parecían huir de las aulas sin mirar atrás, suponía que mañana seria un día mejor.
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La campaña de la tienda sonó, por lo que inmediatamente mi mirada subió y se fijo en la puerta, esperando que la clientela caminara por el pasillo hasta llegar frente al mostrador, algunas mesas estaban llenas y unas que otras estaban vacías.
