Capitulo 33

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Luego de quedarse cuidando a Mackachin, decidieron hacer el almuerzo juntos y cada uno se sentó en las sillas de madera, conversando de cualquier cosas que les interesara a ambos o lo que le gustaba.

La tarde pasó bastante rápido y llegó finalmente la noche, aunque el peliplateado se extraño al ver a Yuuri tan callado, como si estuviese completamente sumergido en sus pensamientos.

-Yuuri, ¿sucede algo?- el ruso se acercó al pelinegro, y este se alejó de forma violenta de el, como si estuviese asustado de lo que estaba a su alrededor.

-No es nada, ya vuelvo- salió caminando rápidamente hacia el baño, sentía como aquel sentimiento amargo aparecía dentro de él, pero con todas sus fuerzas trato de ignorarlo, fallando en el proceso.

Su cuerpo actuaba por si solo, no estaba consciente de lo que hacía en el momento que golpeó el espejo con su puño, y sus cejas se fruncian en una mueca llena de enojo.

Se alejó rápidamente del espejo roto y miró su mano ensangrentada, lograba oír a lo lejos los gritos de Viktor para que abriera la puerta, pero los sonidos cada vez eran más espaciados y lejanos, asustado se tiró al piso y enterraba sus uñas en su cabeza, tratando de calmarse de alguna forma.

El fuerte golpe de la puerta chocando contra la pared lo trajo nuevamente a la realidad, y a través aparecía el ruso con un rostro que solo demostraba preocupación y confusión al presenciar lo que pasaba dentro de la habitación, rápidamente se agachó a donde estaba el azabache.

-¿¡Estas bien!?,¿Yuuri?- el nombrado sintió una terrible desesperación y arrepentimiento al ver lo que hizo,y solo pudo dejarse cubrir por aquellos brazos cálidos, no podía controlar sus lagrimas.

-Lo siento, lo siento, lo siento mucho, no se que sucede conmigo- dijo aquella oración y el "lo siento", se convirtieron en susurros.

-Tranquilo, tranquilo cariño, vamos a curarte primero- se paró y busco en un mueble que estaba justo al lado de ellos, saco alcohol, vendas y unas tijeras, primero limpió toda la sangre que corría por la mano del pelinegro y reviso que no tuviera ningún vidrio dentro, luego desinfectó y vendo su mano cuidadosamente para no lastimarlo más de lo que estaba.

-Viktor, debo decirte algo importante, lo he pensando desde hace muchos tiempo- su semblante cambió a serio en apenas unos segundos- cuando nos encontramos con Yurio, no se porque comenzé a llorar, es como si no pudiese controlarme.Y lo que paso ahora ya me ha pasado varias veces en el pasado, habían pasado meses desde que mi sufría esto, no los sufría desde que comenzó a amarte.- cerro sus ojos por un momento y los abrió para mirar atentamente al peliplateado-

Tengo trastorno explosivo intermitente, fui a un doctor para que me diagnosticara, pero Yurio me quitaba las pastillas que me habían dado, poniendo la excusa de que me amaba por quien era, y yo como estupido le hice caso.Queria ser honesto contigo, porque no quiero verte preocupado por mi, no quiero que hacerte sentir mal o que sientas lástima por mi.

Viktor se le quedó observando en silencio, sorprendió por todo lo que le había dicho el pelinegro, tomó desprevenido al japonés en el momento que lo abrazo fuertemente contra su cuerpo y apoyaba su mentón  en la cabeza de Yuuri.

-Te ayudaré, iremos a un doctor y todo mejorará, debes sentirte muy mal al no poder controlar tus impulsos de ira, y yo no quiero que sufras, solo que seas feliz.- aquella honestas palabras sorprendieron al azabache, quien solo pudo abrir su ojos por la sorpresa, su rostro cambió a uno lleno de lágrimas de felicidad al escuhar lo que pensaba el peliplateado, lo abrazo incluso más fuerte que antes, los dos se quesaron abrazados por varios minutos, sintiendo la presencia del otro.

Lentamente se separaron y se besaron con cariño.

-Puedes ir a la habitación, trata de dormir un poco, yo limpiare esto e ire enseguida- hablo dejando un casto beso sobre la frente del japonés, este asintió con una pequeña sonrisa y fue a ponerse un pijama mientras esperaba al ruso.

Recogió todos los pedazos de vidrio y busco una caja que tenía guardada, hecho todo allí pues si lo hechaba directamente a la basura, la bolsa podría romperse.

Fue a la cocina y sacó un plato con comida y vitaminas que debía comer Mackachin, este estaba en su dormitorio junto a Yuuri, apago todas las luces y fue a su habitación, cerró la puerta suavemente al ver como el pelinegro dormía plácidamente abrazando su almohada, dejó la comida justo al lado de su mascota para que en la mañana no tuviese que levantarse, no quería que Mackachin se esforzará si aún se encontraba enfermo.

Cerro las cortinas y sacó una almohada de su clóset, lo más suave qu pudo novio la cabeza del azabache hacia a un lado y colocó su propia almohada, se acostó y se dio vuelta hacia el lado de Yuuri, apreciando como dormía tan tranquilo.

Acerco su mano hacia los cabellos negros del hombre acostado frente a él, acariciandolos lentamente, mientras que susurraba pequeñas palabras.

-Vitya- habló el pelinegro entre sueños al escuchar la voz del peliplateado, abrió sus ojos poco a poco y vio a Viktor mirándolo con amor.

-Sigue durmiendo bebé, buenas noches- dijo el ruso y lo besó delicadamente en los labios.

-Buenas noches...- dijo por último y cerró sus ojos, los tenía rojos al igual que sus mejillas y parte de su nariz, debido a todo lo que había llorado antes, gracias a Viktor no hizo nada más grave.

El ojiazul apagó las luces y se acomodó sobre la cama, arreglando las sábanas para que estuvieran abrigados, cayendo rápidamente en los brazos de morfeo al estar abrazando a Yuuri, y con una leve sonrisa durmió durante toda la noche.

(...)

He estado leyendo los cometarios de este capitulo, espero que sepan que esto solo es ficción, y al principio de la historia no mostré este problema que tenia Yuuri ya que esa era la idea, que todo pareciese estar bien.

-S.K

Babysitter de un NikiforovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora