Finalmente había llegado la semana, el pelinegro trato de terminar todo el trabajo que tenia pendiente y las horas con sus paciente para poder pedir unos meses de vacaciones, habia estado trabajando por mas de un año sin vacaciones así que ahora realmente se las merecía. Lo que podría pasar cuando estará con Viktor no se le salía de la cabeza,cada vez que se iba a encontrar con el peliplateado se ponía demasiado nervioso pero trataba de no demostrarlo y actuar mas natural frente a el. Los días habían pasado rápido junto a Pichit acompañándolo y conversando de cualquier tema, le habia dicho que la semana que venia debía ir a ver una compañía que se especializaba en la moda y creación de revistas, así que tendría el tiempo suficiente para realizar el experimento junto a Viktor con total tranquilidad.
Trato de relajarse mientras se preparaba para salir hacia la casa del peliplateado, decidió tomar un taxi que justamente pasaba por fuera del departamento, llevaba una mochila en la cual traía un cuaderno lleno de notas sobre Viktor y todo lo que considero importante cuando hablaron en su primera consulta. Durante el camino trato de pensar en que haría con el peliplateado y sobre que hablarían, el conductor le hablo y volvió a la realidad, dándose cuenta de lo rápido que habia pasado el tiempo. Caminó de manera torpe cuando salió del automóvil en un momento casi se cae pero logro llegar a la puerta y tocar el timbre, jamás pensó que volvería a esa casa despues de lo que habia pasado entre el y el peliplateado, pero lo bueno fue que lograron conversar sobre aquello y llegar a esto, a un experimento.
La puerta se abrió y logro ver al peliplateado, se veía un poco decaído pero aun así le sonrió de manera amable, cuando se acerco a el este se alejo, dejando extrañado al pelinegro que estaba frente a el.
-Hola doctor Katsuki, pase por favor- se hizo a un lado para dejar al pelinegro pasar, cuando anteriormente habia venido no se dio cuenta de lo grande que era la casa de Viktor y los pequeños detalles que habían en ella, cómo fotos de el peliplateado junto a su mascota cuando era mas pequeña y en aquellas fotos de mostraba como ambos iban creciendo con el pasar de los años, en una se encontró con un Viktor de cabello largo, resplandecía gracias a la luz del sol que se lograba apreciar en la fotografía.
Se dio cuenta de como lo habia llamado el peliplateado, se dio la vuelta para hablarle- estaría bien si me llamas simplemente por mi nombre para crear mas comodidad entre nosotros- al decir eso sonrió hacia el ojiazul y este asintió mientras se dirigía a la sala de estar. De repente sintió como algo se abalanzaba hacia a el y en apenas unos instantes su cara ya se encontraba llena de baba y derrumbado en el piso, su mochila salió hasta llegar a uno de los sillones donde estaba sentado Viktor, este se dio cuenta de lo que estaba haciendo Mackachin y soltó una gran carcajada.
-Es bastante raro que Mackachin sea así de amable y eso que es la segunda vez que se ven- se detuvo un momento para reír y tranquilizar su respiracion-Yuuri... tu cara esta llena de baba, hasta los lentes- el peliplateado se llevo sus manos al estomago, comenzó a doler de tanto reírse, hace unos días que no estaba de ánimos pero ya con la simple presencia de su mascota y el pelinegro, lograba alegrarse bastante en solo unos pocos segundos.
El pelinegro se quedo embelesado con la hermosa y radiante sonrisa del peliplateado,de alguna manera lograba que tuviera una forma de corazón y sin darse cuenta el ya estaba también riendo, se extraño cuando Viktor dejo de reír y vio como lo miraba fijamente.
-Nunca te habia escuchado reír, tienes una risa muy contagiosa Yuuri- el peliplateado sonrió y le ofreció su mano para que pudiese pararse, no se soltaron hasta que llegaron a la cocina y Viktor le paso una servilleta a el pelinegro. Este rápidamente se limpio la cara, nervioso por la mirada que posaba fijamente sobre el. El peliplateado no se daba cuenta del efecto que tenia sobre el pelinegro con tan solo mirarlo y sonreír, incluso creía que su risa era preciosa y cómoda a sus oídos, hacía que su felicidad incrementara de manera inconsciente. Ambos se dirigieron a la sala de estar, específicamente al gran sillón color gris que estaba justo al lado de un gran ventanal, que daba la vista hacia el mar.
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Babysitter de un Nikiforov
Fiksi PenggemarViktor Nikiforov es el modelo más famoso de toda Rusia, hasta que después de un tiempo va descubriendo poco a poco un fetiche que tenía guardado dentro de el. Con el tiempo trata de buscar a un doctor que lo ayude con su problema, en eso encuentra a...