Capitulo 21

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El día martes había pasado rápido para ambos pero se sentían nerviosos y confusos mientras se acercaba el día Miércoles, Viktor seguía con culpa pensando que el pelinegro aun seguía con su pareja, y Yuuri estaba demasiado confuso sobre sus sentimientos y el como podría buscar una solución a la situación de los dos.

El peliplateado subió al auto y se dirigía al consultorio, con los nervios y sentimientos a flor de piel por ver al Doctor Katsuki, se la paso todo el camino pensando en eso y con un nudo en su estomago bajo del automóvil y fue hacia las puertas del lugar, sus manos y cara transpiraban de los nervios y su corazón, estaba a punto de explotar. Hablo con la secretaria que se encontraba y fue a uno de los asientos a esperar que lo llamaran a la oficina del doctor y cuando llego ese momento, se sentía mareado, nervioso y a la vez un poco angustiado y culpable.

Escucho su nombre salir de la boca de la secretaria, se paro lentamente y con pasos torpes se dirigió a la puerta, creyó que en cualquier momento llegaría a caerse. Al abrir la puerta, lo vio, el estaba sentado en la silla de su escritorio, revisando papeles y diagnósticos de otros pacientes y cuando el peliplateado cerro la puerta fue como si Yuuri hubiese vuelto a la realidad y dio un pequeño salto en su lugar.

El pelinegro lentamente levanto la mirada y vio aquellos hermosos ojos azules, ni siquiera sabia si compararlos con el mar o el cielo pero de igual forma ambas comparaciones no eran suficientes para el brillo que estaba en los del otro, y sus pestañas color plateado, era algo tan hipnotizante de ver cuando pestañeaba. Cuando se dio cuenta de los pensamientos que tenia se dio un gran golpe en la frente de manera mental, aun no aclaraba sus sentimientos, y lo que pensaba sobre Viktor le hacia ver que se podría estar enamorando de nuevo pero aquello no podía ser posible ,¿verdad?, aunque todas las cosas que habían hecho juntos le ganaba a todas las negaciones y excusas que se formaban en la cabeza del pelinegro.

Finalmente salió de sus pensamientos para poder hablarle al ojiazul, pero honestamente no sabia que decirle, ¿debía hacer como si nada hubiese pasado y solo tratarlo como un paciente?, nuevamente las preguntas aumentaban en su cabeza.

-Doctor Katsuki, realmente lo siento- el pelinegro se sorprendió antes las palabras dichas recientemente por Viktor- sabia que tenias pareja y yo ese día en el bar no pude contenerme a mismo, si no hubiese ido al bar ese día, no estaríamos pasando por esta situación incomoda-. Las palabras salieron muy rápido de su boca y su cara tomo un ligero color rojo, especialmente en sus mejillas. Yuuri lo miro por unos segundos, procesando la disculpa de Viktor, al parecer el aun pensaba que estaba con Yurio.

-Ya no estoy con mi pareja, no debes sentirte culpable y echarte todo el peso sobre tus hombros, yo no estaba en mis cincos sentidos ese dio ,así que, lo siento mucho- el pelinegro hizo una reverencia hacia el menor y este quedo un poco confundido y a la vez con felicidad, en el fondo de sus ser, al saber que Yuuri no tenia pareja.

-Ambos somos culpables, no pensamos en lo que hicimos en ese momento, ¿debemos hacer como si nada de esto hubiese pasado?- las ultimas palabras le dolió decirlas pero era la solución mas fácil que se le había ocurrido, porque aunque le digiera lo que siente probablemente el pelinegro no iba a sentir lo mismo.

-Haremos como si nada hubiese pasado entre nosotros- y entonces el corazón del peliplateado se partió un poco, sentía una presión en su pecho y un gran nudo en la garganta por aguantar las ganas de llorar.

Después de eso, Yuuri trato al peliplateado como un paciente, pero mientras mas lo miraba las ganas de besarlo y abrazarlo aumentaban. Ya habían decidido hacer como si nada paso entre ellos pero no lo aguantaba, sus pensamientos se aclararon con respecto a sus sentimientos en el momento en el que Viktor le hablaba sobre su problema y como podría superarlo o aceptar que eso ya formo como parte de el, como sus labios se movían y se veían tan apetitosos a su vista.

Babysitter de un NikiforovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora