Capitulo 15

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Veía como los autos pasaban a toda velocidad por la carretera, finalmente habían llegado a Rusia y estaba entre sentirse feliz, confundido y muchos otros sentimientos.

Dio una mirada a su lado y preguntó a Sara.

-¿Pediste una hora con el Doctor Katsuki?- pregunto tratando de sonar desinteresado, cuando en realidad por dentro estaba rogando que dijera que si para poder ver a el azabache, en su mente imagino a un "mini" Viktor con las manos juntas y rogando, y no pudo evitar soltar una pequeña risa por sus pensamientos extraños.-Ya me encargue de eso, dijo que comenzaría a atender desde el lunes, así que pedí la primera hora para que fueras,por que tenía entendido que querías ir lo más pronto posible ,¿no es así?- Sara levanto su vista y lo único que pudo observar fue la enorme sonrisa que tenía el peliplateado y ver como este se le iba encima para abrazarla por unos segundos.

-Sara, eres la mejor- dijo mientras se separaba del abrazo, y ella lo miró nuevamente para hablar.

-Además, te llamo la atención el doctor Katsuki- en cuanto dijo eso el ojiazul de sonrojo por completo y la sonrisa de antes fue cambiada por una mueca nerviosa, ese Chris no sabía ocultar las cosas.- Un pajarito me contó aquello- hablo Sara mientras formaba una resplandeciente sonrisa y tomaba su celular para realizar algunas llamadas.

El peliplateado al darse cuenta de aquello, sacó su celular y comenzó a revisar su Instagram, mientras que sin pensarlo busco "Yuuri Katsuki" en el buscador y fue mirando los perfiles hasta encontrar al Yuuri que conocía, y finalmente dio con el.

Se sentía un poco acosador, pero le importo muy poco y siguió viendo las fotos, en la cual el azabache aparecía con un chico rubio y una persona con la piel más oscura, y este abrazaba a ambos por los hombros.

Continuó bajando por el perfil, hasta que dio con la primera foto que público y en momento justo en el cual estaba moviendo su dedo, el auto frenó en seco y dándole like a esa foto. Al darse cuenta entro en pánico y apagó el celular, mientras se deba una pequeña palmada en la frente y mentalmente pensaba que fue bastante idiota lo que hizo, ahora el doctor Katsuki pensaría que era un acosador, genial.

Y por el resto del camino a casa, no puedo hacer nada más que pensar en aquel azabache que poco a poco lo estaba volviendo loco.

[...]

-No creo que sea buena idea después de todo Mila- hablo mientras miraba lo que traía puesto, unos pantalones negros y bastante ajustados a su trasero, con una camisa blanco con tirantes y encima de aquello una chaqueta roja, además de que su amiga le había dicho que se sacara aquellas gafas y arreglara su cabello.

-Estarás bien y pasaremos un buen rato, así tal vez encuentres algo para distraerte, piensa de manera positiva.-El azabache iba a hablar pero fue interrumpido por la pelirroja.- Todo estará bien, no te preocupes y vamos de una vez a aquel lugar y terminar completamente borrachos y felices.

El azabache no hizo más que soltar una risa nerviosa y dejarse llevar por Mila, hasta que llegaron a aquel club, había bastante gente y por poco lograron entrar.

-Vamos a tomar algo primero- la pelirroja tomó a Yuuri de la manos y lo llevó a sentarse y pedir un poco de alcohol para pasar el rato. No habían pasado más de treinta minutos y el azabache estaba tirado sobre el mesón, estaba dispuesto a pararse cuando sintió como alguien tocaba su hombro.

Según lo que lograba observar era alguien rubio, y que este lo tomó del brazo y lo acercó a otra persona que estaba en el centro del lugar, donde todas las personas estaban bailando y moviéndose se un lado a otro, y el olor allí solo era a alcohol.

-Aquí te lo dejo- hablo el rubio y se fue, dejando al azabache un poco desorientado, pero poco le importaba al estar en ese estado.

[...]

Sentía como todo daba vueltas a su alrededor y apenas podía caminar por el club, ni el mismo sabia como termino de esa manera pero lo que realmente sabia es que se sentía malditamente bien estar así, como nunca antes lo había estado.

Había llegado junto a Chris a aquel Club, el cual supuestamente era el más popular en toda la ciudad, así que no dudó en ningún momento ir, pero no pensó en como terminaría y se dejo llevar por el alcohol.

Camino desorientado por todo el club hasta llegar al sector de las bebidas y encontrar a su amigo y se acerco a este.

-Hey Chris-al decir aquello su voz sonó rara y el rubio solo le dio una sonrisa y habló.

-¿No haz encontrado a alguien para divertirte un rato?-hablo el rubio mientras llevaba el vaso de whisky hacia su boca y se lo bebió de una.

-Sabes que solo tengo ojos para alguien, solo para...-sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte dolor en su estómago y el amargo sabor de el líquido que subía por su garganta, pero rápidamente lo tragó de vuelta- Chris, me siento muy mal-dijo mientras tomaba a su amigo por los hombros- deberíamos irnos, ¿no crees?-.

-No lo creo, aún debemos divertirnos, vamos- hablo mientras tomaba a su amigo y lo llevaba hacia el centro del lugar, para luego irse y dejarlo solo de nuevo, ya se iba a ir a sentarse cuando vio como Chris traía a un hombre bastante joven, poco a poco se fue acercando y lo reconoció, era el doctor Katsuki y este apenas podía caminar.

Se le quedó observando fijamente hasta que el azabache le dio una sonrisa y lo abrazó.

Sintió como todo a su alrededor desaparecía y solo eran ellos dos, mirándose fijamente a los ojos, y con sus mejillas sonrojadas.

-Eres hermoso- hablo Yuuri, y de esa manera sacando a el ojiazul de sus pensamientos, este no hizo más que bajar su mirada al piso, pero al sentir como el azabache se acercaba a su cuello, se alejo lo más rápido que pudo, para luego tomar una copa que estaba cerca y llenarse de valor para acercarse al azabache de nuevo.

Yuuri al notar eso, se apego nuevamente al cuerpo del peliplateado, y tomándolo por lo cintura comenzó a mover su cuerpo al ritmo de la música a su alrededor.

Ambos comenzaron a bailar cuando sintieron como el alcohol hacia efecto en sus cuerpos, los cuales ya estaban bastante cansados, así que ambos terminaron en una esquina del lugar, pegados el uno al otro y con las manos entrelazadas y una gran sonrisa en el rostro de cada uno.

Ambos deseaban que aquello nunca terminará.

[...]

-c va volando-

-S.K

Babysitter de un NikiforovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora