Viktor Nikiforov es el modelo más famoso de toda Rusia, hasta que después de un tiempo va descubriendo poco a poco un fetiche que tenía guardado dentro de el. Con el tiempo trata de buscar a un doctor que lo ayude con su problema, en eso encuentra a...
-Puedes sentarse Señor Nikiforov-pronuncio el pelinegro y acto seguido el también tomo asiento mientras buscaba unos papeles.
Los nervios de Viktor eran bastantes notorios, e incluso sus lindos sonrojos.
-Puedes empezar-
La voz de Yuuri se escucho claramente en la oficina.
-Yo...he tenido comportamientos extraños y la gente piensa lo mismo-el peliplateado soltó un gran suspiro- a veces actuó como un niño pequeño, tomando leche en biberones, usando chupetes de bebé, e incluso tener mi habitación decorada como para alguien pequeño.
Viktor al terminar de hablar, se sintió muy aliviado, demasiado. Después de tanto tiempo pudo tener tranquilidad.
-¿Cree que eso es un problema?
El peliplateado se removió en su asiento,nervioso.Tratando de buscar una respuesta a las palabras del pelinegro.
-Si, pero cuando me comporto de esa manera, me siento en paz y tranquilo. Me siento como soy yo realmente.
-Primero debes aceptar quien eres y como eres-dijo sin mirarlo a los ojos-porque tu no eres un problema y aunque no te conozca mucho, sé que eres alguien muy bueno.
Y seguido de eso el pelinegro puso sus manos sobre las de Viktor. Este no pudo evitar sonrojarse ante la acción del contrario.
Después de unos segundos el de ojos azules se alejó de manera incómoda.
-Bueno, pero no creo que sea fácil-miro hacia abajo, no quería llorar en ese momento.
Yuuri se percató de eso y hablo.
-¿Te gusta ser tratado como un bebé?-la vista de Viktor se levantó de inmediato, y respondió.
-S-si me gusta, me gusta mucho que me llamen Vitya-y en esos momentos las mejillas de Viktor ardían como el infierno.
-Muy bien, haremos lo que te acomode a ti-el pelinegro se paro y fue hacia Viktor, sólo para abrazarlo.
-Vitya- Y ambos sabían que iba a ser difícil superar ese problema.
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Viktor llegó a casa después de ir al psicólogo, aquel que lo iba a volver loco.
Se sintió tan relajado es sus brazos y de todas las cosas que hablaron, y tendría que ir de nuevo en unos días.
Le agradecía tanto a Sara por haber conseguido un hora con ese doctor.
En ningún momento lo criticó sobre como era, al contrario, lo mimo. Como el siempre quiso que lo hicieran.
El peliplateado se dirigió a su cama y tomo su chupete, el cual tenía diseño de un pequeño perro caniche.
Se recostó y sólo podía pensar en si funcionaria, las preguntas no paraban es su cabeza.
Cerró sus ojos y sintió esas manos cálidas y suaves como algodón. Eran delgadas, aquello le encantaba.
Abrió los ojos y vio a Mackachin sobre el, su pequeño lo quería animar.
-¿Por que eres tan lindo?- dijo mientras abrazaba a su perro y se dedicó a estar con el, hasta que ambos se quedaron dormidos.
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Este capitulo fue máscorto, perodespués lo recompensare ;)
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