Capitulo 29

587 87 15
                                    

Ambos hombres se quedaron un rato abrazándose, mientras que Sara los veía con una gran sonrisa que demostraba orgullo por el peliplateado y su relacion con el japonés. Viktor se separo solo un poco de el y comenzo a dejar pequeños besos en todo el rostro del pelinegro, quien estaba con la cara super roja, miro directamente al peliplateado solo para apreciar sus ojos celestes, como el cielo.

-Te amo- las palabras salieron sin que siquiera las pensara, se dio cuenta de lo que habia dicho y tapo su cara, mientras corría hacia la casa, Viktor lo siguió inmediatamente, mientras soltaba unas carcajadas, logro alcanzarlo cuando el pelinegro abrió el pomo de la puerta y ambos callearon al piso, y se abrazaron otra vez.

-También te amo Yuuuuuuri- alargo un poco mas la "u" en el nombre y le dio una enorme sonrisa en forma  de corazón, que hacia a Yuuri derretirse frente al ruso.

-Hey, me alegro mucho por ustedes, ¡ya era hora¡- la morena se acerco a los dos hombres que aun seguían en el piso, y estos se pararon de inmediato- Soy Sara Crispino, la asistente de Viktor, un gusto en conocerte Yuuri- amablemente estiro su mano para poder saludarlo. El pelinegro se paro lo mas rápido que sus piernas le permitieron y con mucha vergüenza saludo a la morena.

-Un gusto en conocerte también- estrecharon la mano y se sonrieron de forma amigable, y finalmente el peliplateado hablo.

-¿Quieres quedarte un rato Sara?- el ruso se acerco un poco mas y vio de reojo como Mackachin venia corriendo hacia y saltaba sobre el, al parecer hacer eso se le habia hecho una costumbre a su mascota- también te extrañe amigo- hablo Viktor mientras acariciaba la cabeza y lo abrazaba.

-No puedo, debo hacer unas cosas, tal vez otro día- Sara fue al sillón donde estaba su bolso y lo recogió- tengo una cita en unas horas, ¡adiós¡- salió caminando fuera de la casa y a a vez se despedía agitando la mano de un lado a otro, con una gran sonrisa en su rostro. El peliplateado junto a Yuuri también se despidieron, este se acerco a donde estaba Viktor y su can.

-También te extrañe Mackachin- el nombrado se le acerco al japonés y suavemente lamia su cara, en manera de decirle que lo extraño.

-Ya que no almorzamos, ¿preparemos algo juntos?- Viktor hablo y se levanto del piso para caminar a la cocina.- podemos hacer sopa, hace mucho frio- movió con exageración sus brazos y el pelinegro se acerco a donde estaba el peliplateado.

-Dime los ingredientes y los buscare enseguida-.

Pasaron al menos 45 minutos cocinando y moviéndose de un lado otro para buscar los alimentos, utensilios y estando atento a que todo quedara sabroso, pero por supuesto que los dos no podían aguantarse y a ratos se deban pequeños besos, y se miraban el uno al otro con un gran brillo en sus ojos. Finalmente se sentaron en la mesa y empezaron a comer, y tal como querían la sopa habia quedado deliciosa y perfecta para un día como este.

-Sabes, he pensado en el experimento y sobre todo el tema- comenzo a hablar el peliplateado, mirando a Yuuri a los ojos- no quiero seguir con eso, quiero ser yo mismo aunque eso signifique que actué como un bebe a veces, pero es lo que me acomoda a mi- por fin habia soltado lo que quería decir desde hace un tiempo, durante el día en el cual se comporto frio pensó en aquello.

-Tienes razón, yo tampoco quería seguir con esto, además siempre debemos aceptarnos y amarnos a nosotros mismos tal y como somos.- el pelinegro tomo la mano de Viktor y dejo un pequeño beso sobre ella- te amo demasiado Vitya.

Este al escuchar aquello no pudo evitar sonreír, se levanto de la silla y a pasos lentos se acerco al japonés, se sentó en su regazo y lo beso apasionadamente, Yuuri se sorprendió pero de igual manera respondió y sus manos se dirigieron a las mejillas del ojiazul, acariciándolas con mucho amor, y el peliplateado abrazaba la espalda del pelinegro. Luego de unos segundos el ambiente se volvió pesado y caluroso, las manos de los dos se dirigían hacia los muslos y caderas del otro.

-Yuuri- aquello sonó como un gemido pero siguió hablando- quiero hacerte el amor y que tu me lo hagas a mi, quiero amarte y sentirte de tantas formas- un brillo aparecio en los ojos de Yuuri y las lagrimas cayeron, el peliplateado asustado se separo un poco para ver su cara, las lagrimas no dejaban de caer- oh no, tal vez aun no quieres hacerlo, no habia pensado en ...-.Sus palabras fueron calladas por el japonés.

-No es...no es eso, es que jamás alguien me habia dicho algo como eso, y es como si el amor se siéntese diferente y tan único cuando estoy contigo.

Se miraron fijamente a los ojos, los cuales desbordaban amor por la persona que veían, Viktor dejo todo el placer de lado y llevo sus manos  a las mejillas del otro para decirle dulces palabras y dejar un largo beso sobre sus labios, se sintió tan mágico, como si todo alrededor desaparecía o incluso se detenía.

-Me siento de la misma manera cuando estoy contigo, y las palabras no son suficientes para expresar lo que siento para ti, ahora el amor tiene un nuevo significado para mi, y tu me ayudaste a descubrirlo Yuuri.

Las palabras no fueron suficientes y solo se besaron, con unas caricias en sus rostros y pecho.El pelinegro tomo al ojiazul en sus brazos y fueron a la habitación, y por el enorme ventanal se veían los copos de nieve caer, al igual que Viktor en la cama. Este dejo a Yuuri debajo de el, mientras se besaban, y miraban con ternura y adoración, hacer el amor tenia muchos significados para todas las personas, y para ellos era demostrarse lo mucho que se amaban, sin ninguna necesidad de placer carnal, solo querían que sus almas se uniesen para formar una y bajo aquel hermoso clima nevado lo hicieron.

Babysitter de un NikiforovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora