Salir de la cama es un reto diario. Comer es difícil. Dormir es difícil. A veces hablar es difícil.
Sin duda alguna esos días fueron difíciles, pero las sonrisas de aquel chico de pelo rizado a su lado aligeraban la pesada carga sobre sus hombros...
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Capitulo 7
Si... No fue tan mala idea.
Justo hoy viernes 15 de julio del año 2018 cumplo tres semanas aquí. Ayer tuve una consulta con la señorita Kayama. Esta vez hizo preguntas más específicas. Como si quisiera hurgar algo al fondo de mi oscuro pasado que pudiese hacer que encontrase algún medicamento o terapia que me ayudara.
—Y bien Shinsou. ¿Qué es lo que recuerdas de tus padres?
—No debería decirles de ese modo. No lo merecen.
Ella anotó algo en su libreta. Me miró atentamente. Mordió su pluma, como si estuviera pensado o analizando algo. Así como yo lo hacía constantemente cuando me encontraba ansioso o cuando resolvía un problema de matemáticas que me había dejado Fuyumi el día anterior. Sonrió, parecía haber encontrado la pregunta correcta.
—¿Qué es... Lo que recuerdas de las personas en tu entorno durante tu niñez?
Era buena, debía decirlo. Lo había dicho sin exactamente relacionar el parentesco, eso me agradaba. Porque en lo más profundo de mi ser no quería aceptar a las personas que me dieron la vida como padres. Me recargue en el sillón, retire mis zapatos y me senté en cuclillas sobre el sofá. Mire hacia el techo. Estaba pensando en que decir. Podría decir muchas cosas. Pero quería resumir todo ese caótico recorrido. Aparte de que por más que fuera mi psicóloga no quería dar tantos detalles, hablar del tema aún me aterraba.
—Yo... Recuerdo que ella tenía el pelo negro. Usaba vestidos color blanco todos los días. Era amante de vestirse elegante para salir, quería ser 'una ama de casa ejemplar'.
Tome aire. No recordaba tanto de ella físicamente. Solo como era en el interior. Aún le tengo miedo a esa silueta en tacones negros. No rencor, solo es... Miedo.
—Bien... ¿Qué recuerdas de él?
Podía describirlo de pies a cabeza fácilmente, el era la principal razón de todos mis traumas ahora. El dueño de mis pesadillas. La persona que menos quería en mi cabeza. Sabía cada detalle de él. Pero mi cabeza bloqueaba el recuerdo de su rostro a toda costa en especial el color de sus furiosos ojos.
—Alcohólico. Agresivo. Poco tolerante. Un maldito mentiroso. Falta de empatía. Un pésimo intento de figura paterna. No. Un lamentable intento de figura paterna. Tenía una mirada fría. Podía atravesarte si quería con ella. Sus ojos siempre parecían estar rojos. No recuerdo bien su apariencia física, es más como el sentimiento que tengo sobre el. Creo que tenía el pelo castaño. Media al menos 1,85. Sus manos eran grandes y pesadas.
Terminé de describirlo rápidamente. No necesitaba entrar en detalles específicos. Esa descripción lo decía todo. Era una persona cruel. Y no es que le deseara ese destino, pero de cierta manera mi corazón se siente aliviado de que el ya no esté en este mundo.
