Sick

Extra

Universidad

¿Cómo iba la universidad y la vida independiente?

Bastante bien si era sincero. Hace varios meses ya que vivía en casa de su novio, o lo que Izuku había declarado como "nuestra casa". Pero diremos que la casa de su novio.

Había ciertos problemas con los horarios. Shinsou llegaba a casa exactamente a las 9:30 de la noche. Sus clases iban bien... Era un estudiante de literatura y escritura inglesa. Resulta que en Japón casi no se van por esa especialidad. O no tantos como el pensaba.

El inglés era un idioma maravilloso. Lleno de palabras interesantes y nuevas para el. Tenía ciertos proyectos que hacer, como ver películas y analizarlas, presentaciones, escritos, estaba ocupado con el trabajo también.

Por obra del destino terminó trabajando en esa tienda de tatuajes que tanto solía ver. Resulta que pudo explotar uno de sus talentos como diseñador y artista de tatuajes, más específicamente aprendiz de artista de tatuajes. Era algo difícil la verdad, siempre tuvo un buen pulso eso no fue problema. Aunque debía admitir que ciertas chicas eran fastidiosas.

Pero Izuku siempre iba a dejarle algo de comida. Como esa tarde, en la escuela estaba estresado por un trabajo de investigación que debía entregar en dos días y en el trabajo tenía una cita nueva, su primer gran tatuaje, justo en la espalda, y esas sesiones eran estúpidamente largas, lo sabía porque varios de sus compañeros habían tenido una al menos una vez. A veces tomaban más sesiones pero si era un trabajo de un día pasaría horas encerrado.

—¡Hitoshi tu novio está aquí!

—¡y si no vienes me comeré tu almuerzo!

Esos eran Nine y Shigaraki, o al menos así se hacían llamar. No se llevaba bien con ellos si era sincero, pero trabajo era trabajo.

Salió de la habitación en la que estaba, yendo a la habitación de descanso y encontrándose esos dos hombres juntos con su lindo novio.

—Porque no se callan y dejan de intimidar a Zuzu. —Dijo con cierta molestia mientras se acercaba a sentarse al sillón, estar parado tanto tiempo era un poco cansado.

—Si, ya cállense, el chico es lindo, dejen de molestar.

Setsuna. Hija del dueño, técnicamente la dueña, 22 años, alta, fría, objetiva, también estaba harta de ese par de idiotas si era sincera.

—Vamos Sets, déjalos ser, si tan harta estas siempre puedo golpearlos en la cara.—Ibara, ella hacia piercings, su cabello era muy largo y rizado, color verde, agradable, era todo lo contrario a Setsuna. Y aunque era fácil notarlas y concentrarse en ellas la maldita mirada de Shigaraki hacia su novio no dejaba de fastidiarlo.

—Traje galletas, son de Chocolate, se que te gustan. —Dijo Midoriya mostrando el toper lleno de galletas con chispitas blancas. Shinsou sonrió, le gustaba saber que su novio sabía lo que le gustaba. — Y también se que les gustan chicas, ah si, Ibara aun tengo pendiente hacer las galletas de crema de maní, prometo hacerlas la próxima semana.

—Oye bonito ¿no trajiste galletas para mi también? —Preguntó el peliazul con un tono provocativo. Ese maldito idiota estaba empezando a calarle los huesos. El pequeño pecoso pareció notarlo porque fue donde su pareja, ese sillón negro en la sala de descanso, y se sentó en su regazo, estaban acostumbrados a sentarse así de vez en cuando así que ninguno se sintió incómodo, porque la idea era que ese hombre se sintiese incómodo. —De hecho no Shigaraki-san. Es que ya sabes, Ibara y Setsuna si son mis amigas, pero esta bien, quizá si dejas de ser un maldito idiota te traiga la próxima vez ¿te parece?