Salir de la cama es un reto diario. Comer es difícil. Dormir es difícil. A veces hablar es difícil.
Sin duda alguna esos días fueron difíciles, pero las sonrisas de aquel chico de pelo rizado a su lado aligeraban la pesada carga sobre sus hombros...
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Capitulo 15. Estas solo, pero puedes estar solo conmigo si lo deseas.
Ese día desperté, como de costumbre. Solo que esta vez estaba en el suelo y al mirar hacia el techo había varias plantas colgantes, aparte de que mi mejor amigo estaba en el sillón con una manta mientras tomaba mi mano.
Sacudí mi cabeza y cuando quise moverme la pequeña mano de mi amigo apretó la mía, su ceño estaba fruncido y se veía preocupado por algo. Lo levante sin soltar su mano y me acosté en el sillón también. No pasaban de las 8 de la mañana así que quería dormir un poco más. Ese día no tenía que ir a trabajar así que estaría bien. Dormí un rato más hasta que sentí como pasaba su mano por mi cabello. Abrí los ojos una vez más, siendo cegado por la luz del sol que pasaba por la ventana, y lo mire.
Se veía cansado. Sus ojos aún estaban algo rojos al igual que sus regordetas mejillas, ture de una de ellas y el gruño. Siguió acariciando mi cabello hasta que decidí levantarme. Estire mis brazos y fui hasta la cocina quedándome de pie unos segundos antes de voltear a ver a Izuku.
—¿Por qué te vas?
Preguntó levantándose con el pelo aplastado de un lado, sin embargo sólo voltee una vez y empecé a buscar algo en el refrigerador.
—¿A caso que me vaya te pone triste?
Pregunte con algo de burla en mi voz mientras colocaba mis manos sobre mis caderas.
—Si, así que regresa y se el mejor de los mejores amigos y abrázame.
Dijo mientras extendía sus brazos. El era cariñoso pero no a ese grado, así que debía estar verdaderamente mal para querer contacto físico.
—Si voy a abrazarte no podré cocinar, lo que significa que tendrás que venir a cocinar tu.
—No me importa, necesito cariño porque estoy triste.
—No tendríamos problemas con el cariño si me hubiese dicho antes.
—No es fácil hablar de eso. No es que no confíe en ti, lo hago, enserio que si, pero es difícil hablar del tema.
—Lo se. No debes presionarte Izu.
El se acercó para poder abrazarme y después tomó un banco para poder tomar el cereal de la alacena.
—Solo quiero comer cereal hoy.
—Entonces desayunaremos cereal, luego te llevaré a comer algo afuera. Necesitas salir.
—No necesito sali-
Entonces oímos un fuerte golpe en la puerta. Mi primer instinto fue ponerme frente a Izuku. Y luego tome lo primero que encontré. Me dirigí a la puerta y abrí para ver quien era. Enseguida baje la cuchara de madera que tenía en la mano al ver que Bakugo estaba en la puerta, al parecer el se veía más confundido de lo que yo lo estaba.
