Registro 5

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"Tal vez este dormido, en algún momento va a despertar llorando por su mamila, no puedo dejarlo, tal vez tendrá hambre dentro de poco" eran los pensamientos que persistían en la mente de Amane mientras seguía aferrándose a Mitsuba.

N sobresalto al escuchar los pasos que provenían del piso de arriba, pronto estarían aquí e iban solo por ellos, agito su bata del laboratorio desesperada por llamar su atención sin éxito, balbuceando silabas sin sentido sin éxito alguno.

Finalmente sucedió, la luz había sido cortada, siendo imposible visualizar algo.

Oscuridad, era lo único que podía verse.

Tan densa que no podía ver ni su propia mano.

Y aun así, él no quería ver nada.

No quería saber nada.

Solo quería quedarse abrazándolo.

Rompió en un llanto desgarrador, soltó a Amane y salió corriendo en dirección al pasillo, mientras sus lamentos se iban alejando.

- ¿N? - despertó - ¡N!

"Tonto, tonto" se repitió a si mismo mientras salía corriendo del cuarto en un intento desesperado por alcanzar al niño. Entre toda su agonía, olvido que Nene tenia pavor a la oscuridad, tanto que su primer impulso siempre era correr lo más rápido para alejarse.

- ¡N! - lo único que retumbo por los pasillos era su voz sin alguna respuesta - ¡N! - repitió en un intento desesperado por alguna señal.

Escuchó a la lejanía lo que parecía ser un lloriqueo corriendo en dirección de donde venía el sonido, la sala de estimulación temprana. Recorriendo los extensos metros de pasto, llamándola incontables veces, maldita sea, en este momento él era el adulto a cargo, por dejarse llevar olvido cuidar de ella.

- ¡N! ¿Dónde estás?¡N!

Escucho un leve lloriqueo en uno de los arbustos, abriéndose paso entre las ramas, la encontró ahí postrada, sollozando mientras abrazaba su cola.

-Gracias a dios- la tomo entre sus brazos, estrujándola fuertemente, sentía como si en algún momento alguien podría pasar y arrebatarla de sus brazos, mientras comenzaba a llorar una vez más, maldita sea, era si algo le pasaba a ella, jamás se lo perdonaría, después de todo era lo último que le quedaba de su hermano.

"¡DA!"

Nene grito señalando algo que estaba detrás suyo, ¿eso era un láser?

Amane reacciono al instante antes que detonara la bala, solo rozando en la parte dorsal de su cuerpo.

"Soldado 5 a base, los he localizado, están en la sala 4, repito, sala 4, parece que se dirigen al puerto del lado..."

Un gran estruendo se escuchó, seguido de una gran llamarada extendiéndose, la infraestructura comenzaba a colapsar.

"Soldado 5, una explosión del área central, todo esto se vendrá abajo, el sujeto escapo del lado..." Uno de los grandes pilares termino derrumbándose, aplastándolo en el impacto.

El dolor era intenso, ardía como el demonio peor aún creyó que si se pudo haber quedado sordo por la onda sonora, pero de no haber sido por ella lo más seguro es que la bala hubiese atravesado alguno de sus pulmones o su corazón, solo quedaba como un kilómetro de distancia, podía lograrlo, debía lograrlo, tenía que lograrlo.

Veía la luz al final del pasillo.

Podía oír el chocar de las olas y sentir la brisa que resoplaba el mar.

Se detuvo un instante para contemplar la vista, jamás en la vida la playa le había parecido el espectáculo más hermoso de todos.

Lo había logrado.

Lo logró.

"Lancha" señalo N el bote de proa, estacionado al pie de la costa, subió junto con ella.

.

.

.

-No voltees- le ordenó mientras el vehículo seguía la ruta establecida.

Solamente le ignoro sin dejar de despegar los ojos de la isla, aun si estaban a varios kilómetros alejados, el fuego podía ser perfectamente visible pese a la distancia.

N se perdió ante el escenario, viendo como se consumía el lugar que consideraba donde pertenecía.

- ¿Y ahora? ¿Qué haremos?- dijo perfectamente sin balbuceos.

Amane le devolvió la mirada y luego vio la luminiscencia de la isla a lo lejos, entre una mirada de confusión por sus primeras palabras de la niña, solo reunió aire para una sola respuesta.

-No solo sé- fue lo único que salió de su boca, sin despegar los ojos de la llamarada que hacia cada vez más pequeña a medida que avanzaban.

Sin soltar el timón saco el papel que tenía guardado en su bolsillo lo desdoblo, para contemplar el dibujo que le había dado Mitsuba, las lágrimas amenazaban con volver y los sollozos comenzaban a hacer presentes.

Sintió por detrás como unas manos diminutas rodeaban su pierna.

-Tranquilo, yo te cuidare- le dijo Nene, abrazándolo mientras le daba la espalda.


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Holi a todxs!!!

Aqui Lala reportandose!!

Hoy vi muchas estrellitas y no pude resistirme a escribir un poco.

¿No les a pasado que a veces la inspiración llega e momentos equivocados?

Bueno, a mi me llega cuando están a punto de terminar las vacaciones, ay ;w;

Igual dentro de un nuevo periodo vacacional me pondré al tiro para actualizar lo más pronto posible, porque lo bueno apenas comienza.

Saluditos, nos vemos pronto!!!

Expediente NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora