Registro 7

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Bitácora día X año 20xx

Han pasado dos meses desde que los sujetos emergieron del cascaron, pero pese a ello ya son libres de caminar a voluntad propia sin necesidad de alguna otra herramienta que les sirva como apoyo, otras observaciones encontradas es que su fisiología se asemeja más un bebe de 2 años no encajando con su edad actual.

Existe la posibilidad que los monstruos puedan desarrollarse a un nivel más acelerado que el ser humano promedio, no solo desde el aspecto mental sino también fisiológicamente....

- ¿No podemos dejar esto para otro día? - se quejó Tsukasa mientras jugaba con su silla giratoria.

- El registro de un experimento es esencial para la investigación, esto puede incentivar a los futuros trabajos a tomar referencia de nuestro progreso, es por eso que...

- ¡Ya entendí! ¡ya entendí! eres peor que mi madre...

- Y tú eres peor que un niño de kínder.

- Pero al menos yo ya tuve una novia. - dijo con tono de burla.

- ¡Eso no tiene nada que ver!

- ¡Ja te enojaste!

Y en medio de todo este teatro estaba Kou siguiendo tecleando en su computadora preguntándose que hizo para merecer esto.

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- ¡Mira! ¡mira aquí está limpio de edificios! Lo jaloneo de su suéter despertándolo como por tercera vez en el trayecto del camino.

Amane solo entreabrió los ojos para ver el panorama, miles de kilómetros de verde se extendían a su vista.

-Todavía falta, duérmete lo necesitaras- le dijo mientras volvía a acurrucarse a su lugar.

-Bromeas? Siempre creí que todo lo que existía era mar, arena y pasillos de metal, esto es lo más hermoso que he visto en la vida.

El camino era un trayecto bastante extenso, aunque una chispa de Amane se asomó por sus ojos, tenía años que no volvía ese lugar y eso le causaba una gota de entusiasmo. También admitía que el entusiasmo de Nene era contagioso.

Los dos últimos dos días previos donde compartían las comidas, las tardes leyendo juntos y cuando le explicaba acerca algunos temas que no entendían eran los momentos donde se sentía como un gatito acurrucándose en la cobija más suave del mundo. Incluso la primera noche que compartieron durmiendo los dos juntos, fue la única vez donde las pesadillas de aquel terrible día estaban ausentes. Nene se estaba convirtiendo en un consuelo frente a todo lo que había sucedido.

No, no estaba remplazando Mitsuba, ese lugar era irrevocable, pero cuando estaba con ella similar a la que sentía veces anteriores cuando estaba con él. La miro como estaba postraba frente al vidrio observando como perrito entusiasmado la vista y su nuevo vestido que compraron en el centro comercial en plena parada de autobuses, siendo lo suficiente lago para cubrir su cola y cuidando que no se cayera la gorra que cubriera sus cuernos.

El conductor anuncio la última parada, dando hincapié a que preparase para su descenso, eran los únicos pasajeros a bordo por lo que descender las mochilas que estaba en la parte superior.

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Estaban caminando entre las calles viendo las casas de concreto mientras Amane buscaba entre las puertas alguna señal para identificar las casas. De vez en cuando Nene se maravillaba por la vista de la colina, pasando entre las calles aun podía visualizar las grandes extensiones del campo, parecía un mundo ajeno a la ciudad, no más que mundos, era otro planeta. El pueblo era el único espacio con infraestructura que podría verse en kilómetros de expedición.

Expediente NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora