Registro 8

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"¿Qué le cuesta quedarse quieto?"

"Entiendo que siga e crecimiento, pero por favor, ¿se le hará un mal habito siempre esconderse?"

Lo había buscado por todas partes, desde que empezó a caminar le surgió la mala costumbre de levantarse en la madrugada explorar los alrededores, aún si lo dejaba dormir a su lado a veces se escapaba de una manera sigilosa por horas de la madrugada, ¡era como una serpiente escurridiza!"

Ya había revisado todos los sectores más cercanos, fue hasta que un sonido proveniente de la cafetería llamo su atención, para entrar por la puerta y encontrar una cola de color fucsia asomándose del congelador.

-Oye ten más cuidado con eso, te vas a caer- sacando a M del freezer vio sus manos y boca mancados de lo que parecía ser helado de chocolate.

-Deberías dejar el azúcar, te van a salir caries- M solo proseguía lamiéndose los restos que quedaban en sus manos sin prestarle mucha atención.

Pasaron a una de las mesas del comedor, seria una pena desperdiciar el bote, así que procedió a comer juntos lo que quedaba del resto del bote, múltiples veces rechazaba los comentarios sobre que tenía un afán por consentir a su monstruo, si en ese momento alguno de sus colegas lo viera seria el hazme reír de todos.

-Ya te dije, usa la cuchara, te mancharas tus manos- solo lo miro confundido mientras proseguía usando sus extremidades, tomo otro pedazo y se lo extensión de dárselo.

-Oye...

Reafirmo extendiendo más su mano cerca de su boca; Amane se fijó que no hubieran moros en la costa, abrió su boca para que estallara una explosión de dulzor por su paladar.

M le dedico una sonrisa, siendo los únicos en el comedor lo unos que pudo escucharse fueron los gestos de cariño del uno al otro.

Hasta que retumbo el sonido de bala, atravesando el pecho de Mitsuba cayendo sobre el regazo de Amane.

No por favor.

No de nuevo por favor.

No dios mío.

Es su ropa favorita, se manchará de rojo, el necesita su suéter favorito.

Mañana íbamos a leer juntos.

"Amane"

El aún no sabe leer, prometí que le iba a enseñar.

NO POR FAVOR.

"Amane!" la voz que se oía a la lejanía se volvía más insistente.

Todo menos él

"¡AMANE!"

***

¡AAAAAAAAH!

-Cálmate, soy yo.

Se levanto con el corazón agitado respirando de una manera acelerada, mientras Nene lo abrazaba para que su crisis pasara los más rápido posible.

-Aquí estoy, tranquilo, tranquilo- acaricio su cabeza pensando que eso podría traerle un poco de paz.

Finalmente reconoció el cuarto, las paredes de madera, el futon en el que estaba recostado y los brazos que lo rodeaban; pudo por fin calmar su respiración en inhalaciones y exhalaciones lentas pero de larga duración, solo hundió su rostro en la cabellera color crema, mientras dejaba escapar unos llantos.

-Tranquilo, solo fue una pesadilla.

Solo oía como el llanto proseguía mientras se aferraba aún más a su cuerpo.

Expediente NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora