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—Nunca me imagine que teníamos tantas cosas en común— dije mientras tomaba vino.
—Conocerte ha sido lo mejor que me pasó en meses— dijo riendo.
Ya llevábamos más de dos botellas de vino, me sentía muy bien a su lado pero no dejaba de pensar en lo molestos que estarían mis hermanos si se enteran que Klaus me agrada más de lo que debería.
—Creo que se me antoja algo más rojo y adictivo que el vino tinto— dije con una sonrisa pícara.
—Catalina Salvatore, parece que puedes leer mi mente— dijo levantándose de su asiento.
Ambos salimos del restaurante y buscamos a una víctima al nuestro al rededor. El pobre reportero Logan estaba en el lugar equivocado a la hora equivocada.
—Yo me encargo de que no grite— dije acercándome.
Tomé al reportero del cuello y lo hipnoticé para que no hiciera sonido alguno. Klaus se acercó a mi espalda para acariciar mi cintura.
—Creo que también me hipnotizaste a mi— dijo coqueto.
Ambos mordimos a nuestra presa, mientras yo desgarraba la arteria carótida, Klaus bebía de la yugular.
Nos dejamos llevar y en menos de lo que pensamos el cuerpo de Logan estaba pálido sin una sola gota de sangre.
—Seguramente fuiste la condesa sangrienta en una vida pasada— dijo el rubio mientras limpiaba la sangre de mi mejilla.
—Siempre quise ser una condesa— sonreí.
—Tu eres más una princesa, mi princesa— dijo esto último en voz baja.
Solo sonreí como estúpida al escuchar estas palabras, el momento nos lo arruinó una pareja que se acercaba al callejón donde teníamos el cuerpo del reportero.
—Aprendí en Nuevo Orleans a como hacer que parezca un ataque de un coyote— dije mientras despedazaba la carne del reportero.
—Nunca dejarás de sorprenderme— le brillaron los ojos al ver como lo despedazaba.
Ambos corrimos rápidamente hasta el apartamento que compartíamos con Rebeka, al llegar ahí la tensión sexual entre ambos aumentó, pero me controlé, ambos nos controlamos.
—Gracias por esta noche— dije antes de abrir la puerta.
—Gracias a ti princesa por darme la mejor noche de mi vida— besó mi mano.
Entramos al apartamento al mismo tiempo y cada uno se dirigió hacia su habitación.
[...]
Mi clase menos favorita era Álgebra, en mis mas de 100 años de vida jamás me había servido de nada el aprender esto.
—Señorita Salvatore, la busca su hermano— la profesora me sacó de mis pensamientos.
Stefan estaba afuera del aula con los brazos cruzados, rodé los ojos enseguida ya que sabía que mi hermano mayor me iba a regañar.
—Quita esa cara, te van a salir arrugas— dije intentando aligerar el ambiente.
—Catalina mataste a Logan anoche, estás son las cosas que no quiero que hagas aquí— dijo molesto.
—¿Por qué dices que fui yo?— me encogí de hombros.
—Tu forma de despedazar a tu presa con los colmillos es única—
—De acuerdo fui yo, lo siento no volverá a pasar— evite el contacto visual.
—Esta tarde Elena organizará un almuerzo, quiero que nos acompañes— pellizco suavemente mi mejilla.
Camino por el pasillo devuelta a su clase, ni siquiera me dejo contestarle a eso último.
Sabía que estaba molesto y decepcionado de mi, así que tenía que cambiar eso dándole el gusto de merendar con su novia mundana.
Entré al aula y me reincorporé a mi asiento sin poner atención a lo que la profesora explicaba.
—Tu hermana quiere que comamos todos juntos, ¿Sabias de eso?— le pregunté a Jeremy en voz baja.
—Te lo iba a comentar, pero creo que Stefan se me adelantó— dijo Jeremy también en voz baja.
—¿Por que a mí?— dije con mis manos en el rostro.
[...]
Para mi mala suerte justo tenía a Elena la mustia enfrente mío, siempre intentando llamar la atención de mis estúpidos hermanos.
Stefan me pateaba debajo de la mesa cada vez que decía algo grosero, en la media hora que llevábamos ahí ya me había pateado más de 15 veces.
Ding, dong
—Salvada por la campana— exclamé en voz baja.
—Bonnie y Caroline llegaron— de levantó la castaña de la mesa para ir a recibir a nuestras amigas.
Mientras que ella se levantó de la mesa yo aproveché para tomar mi celular y distraerme.
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Niklaus :)
Hola princesa
Hola princeso ✔︎✔︎
¿Cómo estas?
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No pude evitar sonreír como idiota al leer el mensaje de Klaus, mis mejillas se ruborizaron un poco y al parecer Damon lo notó enseguida.
